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Las violaciones en la Edad Media (1200-1500)
Las violaciones fueron recogidas por la legislación como un acto ilícito que atentaba contra la moral cristiana y contra la honra de la víctima y su familia. Los "forzamientos", tal y como se denominaron a las violaciones en el momento, fueron ilegales, por quedar regulados y castigados por las leyes. Sin embargo, no fue un delito fácil de penar porque entraba en el tablero de juego un imaginario colectivo donde las mujeres eran concebidas como seres lujuriosos y provocadores.
Así, los procedimientos de denuncia descansaron en el fundamento de que la mujer-víctima, debía oponer resistencia y no ofrecer ningún atisbo de consentimiento. Por ello, los gritos oídos por otros, las heridas externas y otras muestras que fuesen visibles, como las ropas rajadas, fueron las principales y únicas herramientas disponibles para recurrir a la justicia.