El 30 de julio del convulso año 1970, en una isla del delta del río Paraná (Argentina), el comité central del Partido Revolucionario de los Trabajadores (desde ahora PRT) se  reunió por quinta vez en un congreso. Esta vez los miembros de la directiva decidieron dar un salto adelante y cambiar de manera radical la concepción que hasta entonces tenían de la política, acordando adoptar la lucha armada como método revolucionario para alcanzar el poder. Así nació el Ejército Revolucionario del Pueblo (desde ahora ERP), y con ello se marcará un antes y un después en la historia de Argentina, y sobre todo en una de las etapas más controversiales de esta: la de la lucha guerrillera contra el estado (1969-1983).

Con esta decisión se inició un periplo de seis años en el que la actividad armada  quedaría marcada en el imaginario colectivo nacional durante décadas. La violencia que acarreó dicha actividad armada la podemos dividir en dos bandos: por un lado, destaca la del ERP, Montoneros y otros grupos; y por otro lado, la del Estado y el ejército. La actividad armada de ambos bandos no ha sido igualada en la historia contemporánea argentina del siglo XX. En el caso específico del ERP/PRT encontramos la experiencia armada más sería y relevante consistente en trasladar la doctrina revolucionaria guevarista de la Revolución Cubana (1952-1959) a la República Argentina, con toda la teoría y praxis que ello implica en un contexto de sucesivas dictaduras cívico-militares y gobiernos parlamentarios democráticos inestables.

Su derrota militar a finales de abril de 1976, apenas 6 años después de su fundación oficial, marcó el fin de la última guerrilla de la izquierda revolucionaria relevante en el país austral, y pese a su corta vida el ERP/PRT influenciará tanto en la teoría como en la práctica a los sucesivos grupos armados de carácter revolucionario y guerrillas en todo Latinoamérica. Su colaboración con otros movimientos armados en países vecinos sembró la semilla de la colaboración internacional entre organizaciones anti-imperialistas afines en el contexto americano.

Entender el fenómeno de la guerra sucia y del terrorismo de estado en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX pasa por entender los orígenes, las motivaciones y las acciones que envolvieron a este grupo armado de carácter marxista —el ERP— que a lo largo de los años irá evolucionando ideológicamente. Es por eso que debemos retroceder a la fundación política e ideológica del PRT, que comienza en 1965.

La fundación del partido y los orígenes (1965-1970)

El contexto que se vive en Argentina a mediados de los años sesenta es de enfrentamiento político y militar entre la Revolución Argentina -dictadura cívico-militar anti-peronista-, y una serie de grupos sindicales y políticos opuestos a las políticas económicas e ideológicas de este régimen. En un principio estos últimos se ven alienados por sus posiciones peronistas, aunque con el tiempo irán evolucionando y se irán diversificando en su ideología. De momento esta oposición política interna es muy leve y sólo se materializa en determinados momentos, pero en un contexto de crisis económicas y ante un aumento de la represión por parte del ejército se irá acrecentando e irá ganando popularidad.

Es así como en 1965 nace el PRT fruto de la confluencia de dos agrupaciones políticas: el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (desde ahora FRIP), de carácter antimperialista, y el  Palabra Obrera (desde ahora PO), de carácter trotskista, que deciden unirse para organizar una resistencia política (Carnovale, 2010: página 41).

Ya desde sus comienzos este joven partido se estructura en un «partido de cuadros» al estilo leninista, porque a pesar de las diferencias ideológicas de sus fundadores —Mario Roberto Santucho (FRIP) y Nahuel Moreno (PO)— estos reconocen al marxismo-leninismo como su ideología base.

Su ideario, enfocado en la aspiración a derrocar la dictadura militar mediante una revolución socialista, provoca un aluvión de afiliaciones por parte de diversos sectores sociales argentinos descontentos con la oposición peronista, que hasta ese momento había sido infructuosa en sus aspiraciones revolucionarias contra el ejército. Es así como el PRT empieza a hegemonizar el espacio de lo que podemos denominar «izquierda revolucionaria» de la oposición.

De 1965 a 1970 el PRT realizará un proceso de formación de cuadros y bases muy importante, asentándose fuertemente en zonas como el conurbano bonaerense —a través del apoyo de estudiantes y trabajadores siderúrgicos— o el noroeste argentino —a través de jornaleros y trabajadores azucareros—  (Pozzi, 2016: página 3). Mientras tanto van formando los denominados «frentes», asociaciones que agrupaban a su partido junto a organizaciones sindicales, gremiales y políticas ajenas a su ideología pero que compartían el elemento común denominador de oposición al régimen. Con esto los perretistas buscaban influir internamente en las otras organizaciones para después fagocitarlas e integrarlas dentro de las propias estructuras de partido.

A pesar de ello, hacia 1970 la base activa del partido apenas rondaba un total de 200-250 militantes (Carnovale, 2010: página 39 ), aunque estos se hallaban muy bien posicionados en industrias y sectores de trabajo claves.

La ideología interna del propio PRT y su estrategia interna durante estos años no estará muy bien definida. El sector de Mario Roberto Santucho —ex FRIP— abogará por abandonar la exclusividad de la acción política para integrar la acción armada en el partido como una herramienta clave en la oposición al estado, mientras que el sector de Nahuel Moreno —ex PO— apostará por continuar con las tácticas subversivas que no implicaran una violencia desmedida y seguir manteniendo una colaboración muy estrecha con las organizaciones sindicales. El pensamiento de Santucho fue influenciado por los éxitos militares de la Revolución Cubana (1953-1959) y de la Guerra de Vietnam (1955-1975). Las tácticas exitosas de los «barbudos» —el Viet Minh y el Ejercito Popular Chino— convencieron al sector santuchista de la necesidad de una insurrección militar que provocara el alzamiento revolucionario en todo el país. El pensamiento maoista de «La Guerra Popular» y el guevarismo comenzarían a tener un auge dentro del partido. Nahuel Moreno, proveniente de una rama trotskista más alejada del maoísmo, arguye que el entrismo dentro de las organizaciones peronistas en más efectivo. Para él la violencia directa contra el régimen solo provocará una excesiva represión que puede acabar con la eliminación física del propio partido. La correlación de fuerzas está a favor del régimen y pretende dar más tiempo a los cambios internos que se están dando en la sociedad argentina.

En 1968, fruto de este irreconciliable enfrentamiento entre visiones, el PRT se verá fracturado con la salida del sector trotskista de Nahuel Moreno, convirtiéndose Mario Roberto Santucho en el nuevo líder del PRT, al que agregará el nombre de «el combatiente» para resaltar la visión de su partido como una fuerza combativa militarmente y no solo políticamente (Moyano, 1995: página 26).

Este último movimiento estará en consonancia con los nuevos cambios que se estaban dando en el campo político argentino de los años setenta. La resistencia política por parte de la oposición viraba en una oposición armada, que incluía tanto revueltas generalizadas —como el Cordobazo de 1969— como atentados individuales, el más destacable el del secuestro y asesinato del General Aramburu en 1970. En este último año  también se funda el otro grupo armado más destacado de esta época: Montoneros. En una búsqueda por aunar fuerzas dentro del propio espacio peronista, este grupo aglutinará a distintas agrupaciones armadas que fueron individualmente muy débiles durante la etapa anterior.

Así fue como en 1970, en el V Congreso del partido, el PRT decidirá fundar el ERP como una organización guerrillera. A partir de ahora el PRT contaría con un brazo armado. Esto es muy importante matizarlo y resaltarlo ya que ninguna otra organización armada en Argentina distinguía entre el brazo armado y el brazo político, sino que unía a ambos en una misma organización político-militar. Esta concepción de la separación entre ejército y partido que aplica por primera vez el PRT es plenamente de raíz marxista y es influenciada por la doctrina de Lenin y Mao Tse-Tung, que ya propugnaron una separación clara.

En las resoluciones del V Congreso se deja claro que se instaurará la separación entre ambas ramas, y que la rama política (el partido) tendrá preponderancia sobre la rama militar:

«El Ejército es el brazo armado, la fuerza militar de la clase obrera y el pueblo, del que se sirve el pueblo revolucionario en la lucha armada contra el ejército burgués. El Partido, en cambio, es una organización exclusivamente proletaria, cualitativamente superior que se constituye en la dirección política revolucionaria de todo el pueblo, en todos los terrenos de lucha, tanto en el terreno militar como en el económico, político, etcétera […] El punto de vista de que el Partido y el Ejército deben ser idénticos, emparentado con el debraysmo, aparte de no tener ningún sentido práctico inmediato y llevar la confusión al seno de la organización, encierra el doble peligro de una línea sectaria y oportunista.» (Resoluciones del V Congreso del PRT, 1970: Página 42)

«El PRT/ERP puso sobre la mesa el tema del poder» Sudestada Revista/Editorial/Librería

https://revistasudestada.com.ar/articulo/816/el-prt-erp-puso-sobre-la-mesa-el-tema-del-poder/index.html

Las primeras acciones (1970-1975)

Con un partido ya formado y enraizado, una línea doctrinal e ideológica más o menos asentada y con unas bases armadas recién fundadas, el ERP/PRT comenzó una campaña de pequeñas acciones armadas por todo el país. El secuestro de militares, armas, dinero y municiones fueron las principales acciones que desempeñaron los miembros del ERP, además del robo en bancos para obtener financiación y la solicitud de rescate para empresarios secuestrados. Así fue como durante los años de la dictadura (1970-1973) y del gobierno peronista (1973-1975) el ERP se ganó la reputación de ser la organización armada más eficaz dentro del espacio de la izquierda revolucionaria.

Durante la Revolución Argentina (1969-1973), el ERP fue el responsable del 27% de las acciones armadas, y durante el periodo de los gobiernos peronistas (1973-1976), lo fue del 20% (Moyano, 1995: página 53), siendo así que durante siete años fue el grupo armado más activo proporcionalmente en Argentina. En comparación tenemos que el otro gran grupo armado, Montoneros, causó el 7% y del 10% de las acciones armadas respectivamente.

Durante estos cinco años de lucha el ERP ideó dos tácticas de actuación en consonancia con el espacio geográfico en el que actuaría. Por una parte, en las zonas rurales del noroeste desarrollaría una guerra de guerrillas siguiendo el ejemplo del guevarismo. Esta doctrina, también llamada «foquismo», ponía el acento en la creación de «focos» de guerrillas en zonas alejadas de los centros de poder del estado. Ejemplo de  ello es la formación de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez en la selva tucumana. Por otra parte, en las zonas urbanas se adoptarían tácticas de golpes de mano y atentados terroristas. Se formarían así en las grandes ciudades (Córdoba, Buenos Aires, Rosario) comandos armados que se encargarían de las acciones descritas al principio, a las que se sumarían ataques a cuarteles del ejército, como el del batallón 141 de Córdoba en 1973 o el de la guarnición de Azul en 1974 (Cormick 2021, páginas 143 y 144). En total el ERP atacó siete cuarteles del ejercito repartidos por toda Argentina.

En 1975, un año antes del golpe de estado del Proceso de Reorganización Nacional, el ERP contaba con una media aproximada de 600 militantes, 2.000 simpatizantes y más de 20.000 adherentes (Carnovale, 2010, página 39). Esto convertía al ERP en el grupo armado más importante de Argentina para ese año, llegando así al cambio de régimen en su punto más álgido y contando con una fuerza operativa muy superior a su contraparte peronista de Montoneros. Pues hay que tener en cuenta que a la llegada del peronismo al poder en 1973 Montoneros paralizó la lucha armada e intentó integrarse en el régimen, aunque reinició las operaciones armadas a la muerte de Perón por desavenencias con la derecha peronista.

En cambio, el ERP nunca cejó en sus aspiraciones revolucionarias y combatió al gobierno peronista, ya que estos no propugnaban solamente el derrocamiento de la dictadura militar sino la conversión de Argentina en un estado socialista, visión que no compartían la mayoría de peronistas. De hecho, podemos leer en el número 56 del Combatiente, periódico oficial del PRT, su visión sobre el peronismo y sus sindicatos en 1971:

«Esta burocracia, apoyándose en la inexistencia de una efectiva democracia interna en los sindicatos -allí donde existía el matonismo organizado la hizo desaparecer- en la insuficiente comprensión por parte de la mayoría del proletariado de su papel histórico, confusamente ganado como estaba, por la ideología nacional burguesa del peronismo con su concepto de conciliación de clases, y la renuncia de los grupos revolucionarios a cumplir su verdadero papel de educadores y organizadores de la clase, se convirtió en el mejor defensor del régimen capitalista al impedir con su posición conservadora el desarrollo de la conciencia política del Proletariado.» (Ediciones Segunda Independencia, 2022: Página 191)

¡A vencer o morir! Documentos del PRT/ERP. Ediciones Segunda Independencia (2022)

 

Auge y final del ERP/PRT (1975-1976)

Este bienio que comprende los años 1975-1976 es fundamental en la historia del ERP/PRT, ya que es el momento de mayor auge y mayor fama para el grupo. De igual forma también es el momento de su desaparición puesto que para finales de 1976 prácticamente habrían quedado reducidos a sus mínimos efectivos, aunque varios elementos dispersos por todo el país siguieron actuando durante 1977.

En el plano ideológico, durante estos años nos encontramos con la plena maduración del pensamiento perretista, que desde su génesis había sido variado y no muy concreto debido a sus orígenes diversos y a las constantes escisiones que se habían formado. Podemos encontrar ya en la doctrina del ERP/PRT una clara identificación con el guevarismo, que ya se mencionaba en las bases del V Congreso. Este «foquismo», mezclado muchas veces con el «castrismo», estaba muy presente en los diversos documentos emitidos por el partido y por la organización armada, aunque muchas veces en la práctica no se siguiesen.

El foquismo propugnaba la exclusividad de la lucha armada y no la política — cosa que el PRT no implementaba —, y la exclusividad de acción en los entornos rurales y no en los urbanos — otro escenario en el que el PRT/ERP no lo cumplía—. Vemos así que las amplias referencias a la teoría del «Che» Guevara muchas veces no se aplicaban al completo, sino que se modulaban con otras muchas teorías, véase las de la Guerra Popular de Mao Tse-Tung o las de Lenin. Al final el guevarismo era más una referencia «espiritual» y de imagen más que de teoría y praxis, se exaltaba el icono del “guerrillero heroico” (Pozzi, 2016: página 6 )

La referencia «estética» durante estos años en la izquierda latinoamericana era Ernesto Guevara «el Che», y era virtualmente imposible que su figura no fuera vinculada de una u otra manera a su patria natal. Es así como el PRT/ERP se presentó ante las masas obreras como sus continuadores, aunque en la mayoría de las veces no lo fueran en su teoría.

Con la muerte de Juan Domingo Perón y el ascenso al poder de Isabel Martínez de Perón, su segunda esposa, comienza un periodo de represión brutal hacia las organizaciones armadas opositoras, una represión que no se había visto ni siquiera durante la Revolución Argentina. Los sectores derechistas del gobierno y los militares desembocan una ofensiva militar muy dura durante 1975 que lleva tanto al ERP/PRT como a Montoneros a replegarse a sus bases fuertes.

Con este panorama se inicia el Operativo Independencia en febrero de 1975, en el que ejército argentino cercó a la guerrilla perretista de la Compañía de Monte Ramón Rosa Giménez junto a milicias montoneras en la provincia de Tucumán. En estos enfrentamientos cayó buena parte de los cuadros del ERP/PRT y la unidad guerrillera fue totalmente aniquilada.

Así para cuando el 24 de marzo de 1976 diversos generales del ejercito dieran un golpe contra el gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón, e instauraran el «Proceso de Reorganización Nacional», el ERP/PRT ya estaba muy debilitado. Aun así, la dirección partidaria seguía aspirando a una victoria a través de la revolución socialista y veían posible un triunfo definitivo. Argüían que se había entrado en una etapa de «generalización de la guerra» (Cormick, 2021: página 167) y que ellos debían liderar este enfrentamiento abierto con el estado.

Pero su fin era inevitable. Debilitados por sus numerosas bajas e infiltrados por los informantes de las fuerzas de seguridad, en apenas un año fueron completamente aniquilados, siendo el asesinato de su líder Mario Roberto Santucho en 1976 el suceso que caracterizó su final irrevocable.

¡A vencer o morir! Documentos del PRT/ERP. Ediciones Segunda Independencia (2022)

 

Bibliografía

Carnovale, V. (2010). «La guerra revolucionaria del PRT/ERP». Sociohistórica (27), 41-75.

https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.4876/pr.4876.pdf

Carnovale, V. (2010). «Guevarismo y guerra popular prolongada en el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP)». Tiempo Histórico (1), 37-61.

https://revistas.academia.cl/index.php/tiempohistorico/article/view/170

Cormick, F. (2021). «PRT-ERP Política y Estrategia». En Álvarez, A., A todo o nada por la revolución. Política, subjetividad, y estrategia revolucionaria en el PRT-ERP. Argentina: Ediciones Escaparate

Moyano, M. J. (1995) Argentina´s Lost Patrol. Armed Struggle 1969-1979. New Haven: Yale University Press New Haven and London

Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) (1970). Resoluciones del V Congreso del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) Página 191.

https://eltopoblindado.com/opm-marxistas/partido-revolucionario-de-los-trabajadores-prt/resoluciones-del-v-congreso/

Pozzi, P.A. (2004). Por las sendas argentinas: el PRT-ERP, la guerrilla marxista.  Buenos Aires: Imago Mundi.

Pozzi, P.A. (2016). La influencia del guevarismo sobre el PRT-ERP de Argentina 

https://www.academia.edu/15606272/LA_INFLUENCIA_DEL_GUEVARISMO_SOBRE_EL_PRT_ERP_DE_ARGENTINA?from_sitemaps=true&version=2

VV.AA. (2022). ¡A Vencer o Morir! Documentos del PRT-ERP Argentina: Ediciones Segunda Independencia

 

 

 

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