No solo la forma de hacer política ha cambiado, sino que también la propia naturaleza de ésta se ha transformado. La profundidad de esta ciencia se ha visto reemplazada por la fugacidad en su forma de ser expresada. La política se ha convertido en comunicación y los políticos no se preocupan tanto por la razón de Estado, sino por el acceso al poder. Por ello, hoy os hablamos de los populismos.

Las estrategias electorales se han visto modificadas. La tecnología lo ha revolucionado todo. Las campañas ahora incluyen las omnipresentes redes sociales: directos en Facebook, stories de Instagram y tweets (el presidente Donald Trump busca la comunicación directa con los ciudadanos, y transmite los anuncios más importantes a través de su Twitter personal y el de la Casa Blanca).

El populismo ha sido el mayor ganador de este cambio y según Krauze, es el mal endémico de América Latina que enfrenta al pueblo con el “no pueblo” y anuncia el amanecer de la Historia y el cielo en la Tierra. El líder populista se convierte en el artífice de la voluntad popular y los cambios que quiere realizar son los que pueden crear un nuevo orden.

Discurso de Juan Domingo Perón
Discurso de Juan Domingo Perón

Desde el primer momento los medios han mecido esta forma de gobierno. Juan Domingo Perón era un experto en utilizar la prensa a su favor. Visitaba plantas, sindicatos y realizaba actos en los que la masa se alzaba como receptora absoluta del mensaje tal y como señala Gino Germani: “junto con una amplia utilizaciónde los medios masivos, especialmente la radio, fue uno de los factores centrales para erigir la figura de Perón en la del hombre, el único que podía ayudar a los trabajadores” (De la Torre, 2013, p: 121).

Nuevas herramientas y dinámicas de los populismos

En la actualidad, se han seguido estas tendencias. El periodista del País, Alfonso Benites, llama a los Bolsonaro “los Kardashian de la política” y es que, el espectáculo del presidente de Brasil y su familia ha llegado a 15 millones de seguidores en la red. El político brasileño lideró la campaña con la ayuda de WhatsApp y de las retransmisiones de Facebook live. La estrategia que siguió fue la de aparentar ser un hombre sencillo e incluso llegó a mostrarle a todos sus seguidores, la bolsa de colostomía que tuvo que llevar como consecuencia del apuñalamiento que sufrió en septiembre de 2018, en plena campaña electoral.

Bolsonaro tras recibir una puñalada
Bolsonaro tras recibir una puñalada

Pero no solo es el instrumento el que ha cambiado, también lo ha hecho el mensaje. La polémica es uno de los motores de esta nueva política. Se trata, según Ruth Amossy, de vencer al otro por medio de la violencia (Amosy, 2017: p42). Shosana Felman señala que el desafío de la polémica es la muerte del adversario. La polémica se manifiesta como un rechazo a la toma de posición sobre la que aparecen las disconformidades, en un entorno apasionado con exageraciones. La pasión es un síntoma necesario para la aparición de la polémica.

Sin embargo, no se puede dejar de lado el ethos ya que, según Micheli las emociones se pliegan sobre la base de una actividad de la razón. La indignación es una de las armas de la polémica y para Aristóteles es: “el medio entre la envidia, que se desconsuela al ver la felicidad ajena y la alegría malévola que se regocija en los males del otro. […] La justa indignación es el dolor que se experimenta al ver la fortuna de alguno que no lo merece. […] Recíprocamente se indigna también al ver sufrir a alguno una desgracia no merecida” (Aristóteles, 1976).

Danblon expone: “podemos ver en la indignación la emoción paradigmática por excelencia de la acción política y partiendo de allí, el motor de los grandes cambios sociales son las revoluciones”. Anne Claude Ambroise- Rendu y Clément Delporte en l´Indignation: Histoire d´une émotion politique et morale afirman que “es la denuncia de las ofensas hechas a la gracia y la restauración del derecho”. Bernanos considera que es una “versión honorable del odio o de la cólera” (Amossy, 2017, p:140-142). Al ser una emoción virtuosa puede exhibirse por lo que supone un instrumento magnífico para la propaganda.

Resulta muy conveniente para estos partidos la utilización de la violencia verbal y se manifiesta de diversas formas. Se realiza una fuerte presión en el adversario para evitar que se exprese y se puede dar de forma oral, con cuestiones retóricas o con figuras de vehemencia. El punto de vista del contrario puede llegar a ser ridiculizado, se agrede a la misma persona del oponente, se recurre al tu quoque, demonizado al adversario, utilizando un lenguaje agresivo, empleando insultos e incitando a la violencia contra el otro.

Morales a Murillo (Ministro de Gobierno): "carnicero, mentiroso y terrorista verbal"
Morales a Murillo (Ministro de Gobierno): «carnicero, mentiroso y terrorista verbal»

Para ilustrar esta forma de expresarse se pueden incluir las frases de Bolsonaro: “jamás te violaría porque no te lo mereces“ (2014), “lo hice bien con mis cuatros hijos. Con el quinto fallé y salió mujer” (2017), “yo fui a una quiombola (comunidad de afrodescendientes) en Eldorado Paulista. ¡No hacen nada! Creo que ni para procrear sirven” (2017), “vamos a fusilar a toda la petralhada (forma peyorativa de dirigirse al Partido dos Trabalhadores)”, para concluir su discurso con “ya que les gusta tanto Venezuela, que se vayan para allá”.

El caballo de Troya de los líderes populistas: las fake news

Pero no solamente el mensaje se puede ver desvirtuado por las formas incorrectas, sino que, en ocasiones, incluso puede ser falso. Las fake news han irrumpido con fuerza en el panorama internacional, para romperlo desde dentro.

Y es que el orden occidental puede verse desestabilizado a causa del control que ejercen sobre los votantes, las mentiras que se expresan formalmente en forma de noticia real. En la actual guerra de desinformación que se sufre en Occidente, las noticias falsas son, según David Alandete (Alandete, 2019, p:162):

  • La información inventada que no tiene una base verídica.
  • La información manipulada. Muchas veces se distorsiona el sentido de la noticia en el titular, por culpa del llamado clickbait (conseguir un mayor número de visitas para una noticia utilizando como cebo un titular suculento).
  • La información de fuentes falsas. Se suplanta la verdadera identidad de la fuente informativa y en ocasiones se suplanta con la imagen corporativa de una agencia de noticias.
  • La información malintencionada. El uso indebido de una información. Se aderezan opiniones de manera que parezcan hechos.
  • El contexto o las conexiones falsos. Información real que se mezcla con información falsa. Por ejemplo, cuando la información del titular no corresponde con la información luego desarrollada en la noticia.

Ángel Gómez de Agreda añade que una fake new no tiene por qué ser mentira, pero tampoco tiene por qué ser noticia. Y es que, para él, hay un error de traducción que repercute en la misma naturaleza de su significado, porque no son noticias falsas, sino falsas noticias. Ya no se trata de identificar aquellos errores de opiniones o de fallos en las noticias, es cuestión de identificar los relatos interesados que buscan la directa influencia en la modificación de la realidad del lector.

La democratización de los medios ha provocado la rápida difusión de noticias a un público mayoritario que puede ascender a la cifra de millones de personas.  Del mismo modo “más de la mitad de las noticias a las que accedemos a lo largo del día no llega a través de motores de búsqueda o de los algoritmos de las redes sociales”.  Por lo que, cualquiera puede generar un discurso que no tenga la previa verificación de los canales de distribución establecidos. Es determinante para evitar el engaño, le educación del receptor. Con ciertas herramientas, se puede evitar la trampa.

Whatsapp como vehículo de difusión

Un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) confirmó que las noticias falsas se multiplican unas seis veces más que las reales. Por este motivo, Bolsonaro ni siquiera necesitó realizar una campaña tradicional de calle, ni acudir a debates televisivos para vencer en las elecciones. Un informe de Datafolha comprobó que un 61% de los votantes del presidente se informaba, a través de WhatsApp. Una investigación del periódico Folha De S. Paulo llegó a la conclusión que el 97% de las noticias compartidas eran falsas o manipuladas.

Antonio Gutiérrez-Rubí, autor de La Política en tiempos de WhatsApp señala: “las redes sociales son un terreno más propicio para la comunicación o la interacción política, pero WhatsApp es un terreno fértil para la propaganda. Ése es el gran cambio”. Y añade: “WhatsApp permite llegar a los teléfonos móviles en una plataforma de amplísima difusión, prácticamente del 100% con unos niveles de descentralización extraordinariamente difíciles de controlar”.

En otras redes como Facebook y Twitter es más fácil determinar el origen de los contenidos y puede ser desmentido o reafirmado por otros usuarios. Lo que no es el caso de WhatsApp: “es difícil operar desde el punto de vista de la contraofensiva, así que quien tenga mayor capacidad para difundir contenidos y esparcirlos va a tener mayor capacidad competitiva. Y, encima, si no tienes esa capacidad para generar contenidos, te los puedes inventar”.

En 2018, por primera vez en la historia, la televisión ha sido desbancada como principal medio de información. Verónica Fumanal, experta en marketing político explica: “los electores de entre 18 y 35 tienen un consumo totalmente diferente. […] Cada vez más [se informan] más por WhatsApp, que es donde está todo el mundo” y funciona con la eficacia del boca a oreja de toda la vida.

Además añade: “hoy los emisores de contenidos no son solo los medios, somos cada ciudadano con el móvil en las manos, manejando contenidos excéntricos, provocadores, que intentan simplemente que lo reenvíes, aunque no lo consumas, que lo abras y lo reenvíes” y “la corona efectiva de difusión es la que trasciende la militancia y llega al electorado no politizado, la que genera una pirámide. Es exponencial. Empiezas con un grupo de 10. Si esos 10 generan otros grupos de 10, ya tienes 100. Y si esos 100 tienen otros 100, ya no tienes 1000 tienes 10 000. Ése es el poder de WhatsApp”.

Las redes sociales versus los medios tradicionales

El neuromarketing ha influido mucho también en las elecciones. Se ha convertido en un arma más, y busca despertar emociones para conseguir el voto de los candidatos. Los políticos conocen cómo influyen sus discursos en nuestros cerebros. Las referencias a las injusticias, la protección infantil o el miedo son conceptos que atrapan a los votantes. Incluso se puede analizar mediante electroencefalografía los gestos que más inspiran confianza en los electores.

En las campañas se proyecta el efecto Pigmalión. El nombre proviene del mito con el mismo nombre. El protagonista creó una escultura, la Galatea, de tal perfección que se terminó enamorando de ella. La empezó a tratar como si fuese una humana, y la diosa Afrodita al ver que era considerada como una persona, le dio vida. Por tanto, el efecto recibe ese nombre ya que se refiere al modo en el que influye en alguna persona o colectivo, el conocer lo que se espera de ella.

En el ámbito político, el efecto Pigmalión se ve reflejado cuando la población cambia su forma de comportarse según cómo le hablan los políticos. Si el pueblo es adulado se verá influido en su voto, ya que sienten que son tomados en cuenta por su candidato. Si este efecto tiene su connotación positiva, encuentra su némesis en el efecto Gobolem que se refiere a la influencia de las bajas expectativas que se tienen hacia uno mismo o hacia el país. Las expectativas adversas afectan los resultados de manera dañina.

Los líderes populistas utilizan el discurso contra los medios tradicionales. No es un caso específico de América Latina, ya que por todos es conocida la cruzada que el presidente Trump ha emprendido contra los medios de comunicación. Hugo Chávez ya decía en 2002: “ante el atropello de los medios, ante la falta de respeto al pueblo, el pueblo tiene derecho a pronunciarse contra los medios de comunicación social”. Igualmente ponía en duda la veracidad de los medios que le contradecían: “Alguien que se pare y me diga: “eres un mentiroso, Chávez”. Que venga aquí algún dueño de medios y me diga: “es una mentira” (Kitzberger, 2018, p 27).

Decenas de miles de personas en el discurso de Chávez
Decenas de miles de personas en el discurso de Chávez

Cambio en el concepto de masa tras la irrupción de los populismos

El concepto de masa ha evolucionado y se ha convertido en una gran contradicción. La globalización ha provocado que la totalidad del planeta participe en ella, por lo que el público se ha multiplicado, pero, al mismo tiempo, los medios y la publicidad buscan la mayor personalización posible a la hora de alcanzar a la audiencia.

Por este motivo, los mensajes se vuelven cada vez más personales y no están dirigidos a grandes masas en las que cualquiera se pueda sentir identificado, los algoritmos buscan llegar al destinatario con la mayor precisión posible. Sin embargo, no existe la misma cohesión social en los países occidentales objeto de estos estudios, como en los países de América Latina, donde el pueblo sigue siendo uno y sigue poseyendo un enemigo común.

La sociedad está aún unida debido a las dificultades que vienen derivadas como consecuencia de la violencia, por lo que el populismo sigue palpitando en el corazón de un pueblo que necesita del aliento necesario para separarse de la pobreza y de las circunstancias complicadas de la fisonomía de un joven continente golpeado por la dureza del narcotráfico.

El progreso es una asignatura pendiente para un territorio que se está desarrollando y arrastra aún ciertas desigualdades que provocan que el territorio deba enfrentarse a un abismo. Los medios de comunicación tradicionales no son los únicos combatientes que pertenecen al cuarto poder, ya que el periodismo ciudadano y las redes sociales han desestabilizado las fuerzas establecidas. Pese a un mayor acceso a la información, las fake news resultan ahora más creíbles que nunca. La democratización de los medios ha favorecido a los gobiernos populistas que ahora tienen un mayor número de canales para provocar, llamar la atención y hacer calar su mensaje.

BIBLIOGRAFÍA

Alandete D. (2019) Fake news: la nueva arma de destrucción masiva, Barcelona: Deusto.

Amossy, R. (2017), Apología de la polémica, Buenos Aires: Prometeo Libros.

Aristóteles (1976) La gran Moral: Libro I, Capítulo XXV, Madrid: SLU Espasa Libros.

Benites (08/01/2019). “Brasil no se pierde ni un capítulo de los Bolsonaro, los Kardashian de la política”. En el País. Disponible en https://elpais.com/internacional/2019/01/08/actualidad/1546972766_015508.html [consultado el 06.04.2019].

Bermejo, P. (2015) Quiero tu voto, Madrid: Lid.

Gómez de Agreda, A.  (14/10/2018). “Falsas noticias, noticias falsas”. En Telos, Fundación Telefónica. Disponible en https://telos.fundaciontelefonica.com/telos-109-asuntos-de-comunicacion-falsas-noticias-no-noticias-falsas/ [consultado el 02.04.2019].

De la Torre, C. (2013). El populismo latinoamericano: entre la democratización y el autoritarismo. Nueva Sociedad, nº 247. Disponible en https://nuso.org/media/articles/downloads/3983_1.pdf.

Kitzberger, P. (2018). Caimanes del mismo pozo. Populismo y representaciones de los medios y la prensa en la estabilización hegemónica del chavismo. Revista Mexicana de Opinión pública, nº25 Disponible en  http://www.scielo.org.mx/pdf/rmop/n25/2448-4911-rmop-25-15.pdf.

Krauze. E. (2017) Arqueología del populismo en Geografía del populismo: un viaje por el universo del populismo desde sus orígenes hasta Trump, Madrid: Tecnos.

Rodríguez Sojo, J. (29/10/2018) “Las frases más polémicas de Jair Bolsonaro: Jamás te violaría porque no te lo mereces. En el Confidencial. Disponible en https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-10-29/jair-bolsonaro-presidente-brasil-frases-polemicas_1637331/ [consultado el 03.04.2019].

Terrasa, R. (6/01/2019). “De Bolsonaro a Vox: cómo WhatsApp ha llegado a ser el arma más eficaz de propaganda política”. En el Mundo. Disponible en https://www.elmundo.es/papel/historias/2019/01/05/5c2f91a8fc6c834e478b45dc.html [consultado el 09.04.2019].

 

 

3 COMENTARIOS

  1. ¿En qué punto la contestación de un presidente ante «falsas noticias» es legítima o en qué momento se transforma en un ataque sistemático a la libertad de prensa y a los cimientos democráticos?

    • La contestación es legítima en el caso que su denuncia sea cierta. Si las noticias efectivamente no son verídicas ese periodista o medio, en concreto, no está utilizando el derecho de libertad de expresión correctamente. Sin embargo, si el político en cuestión denuncia constantemente a la prensa y desvirtúa su imagen sistemáticamente y sin tregua, lo que pretende es reducir el impacto del cuarto poder y resulta un peligro para la Democracia.

  2. De acuerdo, gracias. Pero parece más sencillo de lo que es; cuando comenzó Chávez lo seguí a él a través de los medios generalistas, pero también a través de pequeños diarios de izquierda.
    Todavía recuerdo cuando la Sexta ante una incautación de armamento a la guerrilla, la cual fué retransmitida con un Chávez que exponía parte de las armas, la referida cadena tituló «Chávez amenaza a Latinoamérica con una guerra». Lo expuesto sin que sea óbice para que personalmente comprenda los posteriores desmanes venezolanos (como el acaparamiento del poder legislativo por el ejecutivo y la represión) me puso sobre aviso sobre la posibilidad de la retransmisión masiva y distorsionada de ciertas realidades.

    Mi temor está en que como bien dices, al existir todas esas noticias falsas, ahora multiplicadas infinitamente en tanto que nadie rebate los whats app; nos hemos convertido en carne de cañón como sociedad y no sé qué contrapeso podrá equilibrar la balanza. Ojalá que los periodistas serios podáis darnoslo.

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