Los finales del s. XVIII y gran parte del s. XIX se caracterizan por ser un momento de revoluciones. La Revolución Estadounidense, la Revolución Francesa, la Primavera de los Pueblos,… La Historia de este período está plagada de revoluciones, exitosas o no, que cambiaron la mentalidad de muchas personas. Pero una de las revoluciones «olvidadas» tuvo lugar en la isla de La Española, en el Caribe, y es, a día de hoy, la primera y única revolución de esclavos exitosa de la Historia.
Introducción
Antes de entrar a tratar la revolución en sí misma, hemos de lanzar una pequeña mirada al contexto geográfico, económico, social e ideológico del momento.
Nos situamos en La Española, una isla del tamaño aproximado de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, entorno al año 1780. La Española había pertenecido tradicionalmente al Imperio Español. Sin embargo, tras el tratado de Rijswijk de 1697, Castilla cedió el tercio occidental de la isla a Francia, zona que se conocería en adelante como Saint-Domingue (Santo Domingo).
Pocas décadas después, hacia mediados del s. XVIII, tiene lugar el conocido como»boom del azúcar«. Europa comienza a demandar cantidades ingentes de «oro blanco», y, como consecuencia, las Antillas comienzan a tener una importancia elevada, pues son el centro mundial de la producción de azúcar, convirtiéndose en una de las zonas más ricas del mundo. Santo Domingo producía casi la mitad del azúcar y el café consumido en el mundo en ese momento. Esto provocó que esta zona rápidamente eclipsara al este, aún bajo dominio teórico español, tanto en riqueza, como en población.
Este crecimiento aumentó también el número de esclavos empleados en las plantaciones, que creció exponencialmente durante la segunda mitad del s. XVIII, obligando a un comercio de esclavos más intenso. Aproximadamente medio millón de esclavos trabajaban (directa o indirectamente) en las plantaciones de Santo Domingo, cinco veces más que un siglo antes. La sociedad, al menos numéricamente, era esencialmente negra. Había unos 6 esclavos negros por cada hombre libre blanco. Es cierto que había algunos negros o mestizos libres, y aunque su número era muy reducido, su influencia en las plantaciones y el manejo de los esclavos era bastante importante.
Ideológicamente, las ideas de la Ilustración comienzan a llegar a la isla, aunque la verdadera influencia llegaría con el estallido, en 1789, de la Revolución Francesa, culminación de la Ilustración y el inicio del cambio social. A mediados del s. XVII había habido algunos levantamientos, pero sería en 1791 cuando la situación cambiara. En Santo Domingo se producirá una revolución similar a la de la metrópolis pero no liderada por los blancos “iguales” sino por los esclavos negros. La abolición de la esclavitud y la igualdad de derechos con los blancos eran los dos principales objetivos de la revolución encabezada por los esclavos negros en Santo Domingo.
Inicio de la Revolución. Lucha contra la metrópoli
En 1789 se proclamó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, donde se proclamaba la libertad e igualdad de todos los hombres. Sin embargo, como en el resto de colonias, los esclavos no eran hombres, sino bienes poseídos por los blancos. Esto provocó que, cuando la resolución llegó a la isla, se comenzara a cuestionar si debía aplicarse a los esclavos negros o no.
En cualquier caso, la sola presencia de esa Declaración ponía en riesgo el status quo establecido en la isla entre los blancos terratenientes y los esclavos negros. Ante esta situación, los blancos intentaron independizarse de Francia para mantener así inalterada su posición dominante en la isla. La Asamblea Nacional, que no estaba interesada en perder la «Perla de las Antillas», su colonia más rica, logró alcanzar un acuerdo con los blancos de Santo Domingo. Éstos permanecerían fieles a Francia a cambio de poder comerciar libremente con todo el mundo. Así, podrían mantener su riqueza y aceptar, al menos parcialmente, los costes de «liberar» a los esclavos.
Pero los negros no aceptaron esta nueva situación, consideraban sus derechos vulnerados, ahora eran según la ley, hombres libres. Por ello se levantaron en armas el 24 de enero de 1791, reclamando igualdad legal completa, y no acuerdos engañosos entre las altas esferas. La Asamblea Nacional intentó contener el levantamiento aprobando el Decreto del 15 de Mayo de 1791- Tras duros debates entre la Société des amis des Noirs (Sociedad de amigos de negros, blancos partidarios de la abolición y la igualdad) y el Club Massiac (defensores de la esclavitud por su rendimiento económico), este decreto daba igualdad total de derechos a aquellos negros nacidos libres, pero no a aquellos liberados ni a los esclavizados, que sólo podrían alcanzar la igualdad de derechos bajo condiciones muy concretas.
Esto produjo una paradójica alianza entre el Club Massiac y la elite negra libre para evitar problemas y la escalación del alzamiento de negros esclavos en Santo Domingo, que estaba provocando fuertes enfrentamientos en el norte de la isla. El 4 de marzo de 1792 se amplía el decreto de mayo de 1791, donde los libertos también debían ser reconocidos por completo como iguales a los blancos, algo que el gobernador de Santo Domingo no aceptó y que dio un nuevo impulso a la revolución esclava, que había logrado infligir varias derrotas a la elite blanca y negra.
Para intentar controlar la situación, Francia envió a Sonthonax para imponer el orden revolucionario y aunque los avances fueron importantes, pues se expulsaron a los blancos racistas y se concedieron derechos a mulatos y negros libres, muchas de las peticiones de los esclavos negros no se atendieron, por lo que la guerra continuó en el norte de la isla.
Intervención internacional
Esto llamó la atención de los españoles, que aún conservaban la parte este de la isla. Armaron un ejército, formado en su mayoría por negros, y marcharon en apoyo de los alzados contra el régimen revolucionario de Sonthonax. El apoyo español a los negros es paradójico, pues en ningún momento España había contemplado abolir la esclavitud, sino aprovechar la situación para combatir a Francia, mantener el Antiguo Régimen y recuperar la rica isla caribeña. La alianza hispano-negra tuvo éxito y las derrotas francesas se sucedían y, finalmente, Sonthonax abolió la esclavitud el 20 de agosto de 1792 a todo aquel esclavo que se uniera a los republicanos en un intento desesperado de revertir la situación.
En 1793, la República Francesa declara la guerra a Gran Bretaña y esto supuso un fuerte impulso a los realistas blancos, que comenzaron a recibir apoyo británico. Aunque gracias a los decretos de Sonthonax, los republicanos habían logrado controlar gran parte del oeste de la isla, en 1794 se produjo la llegada de un gran contingente tropas británicas en apoyo de los realistas, que hizo que se lograran varias victorias y recuperar parte de la isla de La Española de manos los negros. Gran Bretaña y España controlaban ahora la práctica totalidad de La Española.
El 4 de febrero de 1794, la Convención Nacional abole por completo la esclavitud, también en las posesiones ultra marítimas, por lo que Sonthonax consigue el apoyo total de los negros, incluidos muchos de los que habían combatido en las filas españolas, en su guerra contra Gran Bretaña, España y los realistas. Esto provoca que la situación comience a revertirse. Sonthonax, apoyado por el líder negro L’Overture, al que él Directorio nombró General de División, logre diversas victorias frente a los británicos y españoles, logrando para 1795 recuperar el control de la zona occidental.
Conflicto civil. Negros contra mulatos
L’Overture había alcanzado mucho poder como general de los negros revolucionarios y muchos blancos huyeron o fueron asesinados. La situación se agrava cuando, el 22 de julio de 1795, tras la firma del Tratado de Basilea entre España y Francia, España entrega el resto de la isla a la República Francesa a cambio de los territorios peninsulares ocupados por los franceses. Cuando la noticia llega a la isla en octubre se produce una emigración masiva de blancos, cuya presencia en la isla a partir de este momento es casi inexistente. Esto produce un vacío de poder en el este, y comienzan conflictos civiles entre mulatos y negros por el control del territorio por lo que Sonthonax, gobernador de la isla, temeroso de lo que L’Overture pueda hacer, negocia con los mulatos un acuerdo para desplazarle del poder.
Sin embargo, Sonthonax es llamado a Francia en 1797 y L’Overture queda en el poder. Ante las enormes bajas sufridas (23000 de los 31000 hombres que participaron en el conflicto), Gran Bretaña negocia con L’Overture la paz en junio de 1798. Gran Bretaña aceptó no intervenir más en la isla de La Española. A cambio, el caudillo negro se comprometió a no exportar su revolución a las otras islas caribeñas, pues el miedo a este escenario había sido una de las causas principales que había motivado de la ofensiva aliada.
Con la situación internacional calmada, L’Overture pudo concentrarse en los problemas internos. En 1799, Rigaud, general mulato que controlaba el este y el sur, intenta hacerse con el poder y evitar así la supremacía negra de L’Overture, que dominaba el norte y oeste. Sin embargo su ofensiva fracasa. L’Overture, tras la sorpresa inicial, logra rehacerse y apoyado en sus dos generales Henri Christophe y Jean-Jacques Dessalines, vencerá a los mulatos y expandirá su control a toda la isla de La Española a principios de 1801. El 9 de mayo de 1801, L’Overture aprobó una Constitución Autonomista de Santo Domingo, que le concedía plenos poderes perpetuos en la isla, aunque aún bajo dominio francés.
Pero las ambiciones de poder de L’Overture, así como los conflictos internos no cesarán aquí. Durante los siguientes 50 años la situación en la isla será de caos y conflicto continuo. Sobre ello, continuamos hablando aquí.
Bibliografía
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José Luciano FRANCO. Historia de la revolución de Haití. Ed.: Academia de Ciencas, 1966. La Habana (CUB)
Erwin RÜSCH. Die Revolution von Saint Domingue. Ed.: Friederichsen/De Gruyter, 1930. Hamburgo (ALE)
VV.AA. Pensamiento político de la emancipación. (1790-1825). Ed.: Fundación Biblioteca Ayacucho, 1985. Caracas (VEN).
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