Tras una década de luchas, internas y externas, que vimos aquí, los negros de la isla de La Española (Haití) habían logrado al fin parte de su objetivo. La práctica totalidad de la isla estaba gobernada por L’Overture, un antiguo esclavo negro alzado contra el Antiguo Régimen. La aprobación de una Constitución Autonomista fue un paso importante, pero la «perla del Atlántico» aún estaba muy lejos de convertirse en un lugar estable. La Revolución Haitiana continúa.
Napoleón
Con la llegada de Napoleón al poder y el inicio de la estabilidad interna francesa, la metrópoli busca recuperar el control de facto sobre La Española. Para ello, Napoleón envía una primera expedición en enero de 1802, formada por unos 25000 hombres y liderada por su cuñado, Charles-Victoire-Emmanuel Leclerc, a la que seguirían refuerzos pocos meses después.
Las experimentadas tropas francesas derrotaron rápidamente a los negros, evitando los problemas de las enfermedades tropicales que habían diezmado a españoles e ingleses y, tras capturar y enviar a Francia a L’Overture en junio de 1802 (donde moriría en la cárcel), se reestablece el control francés.
Sin embargo, meses después llegaron noticias de que la esclavitud y el comercio de negros habían sido reestablecidos en la cercana colonia de Guadalupe, por lo que la población negra retiró su (poco) apoyo al gobierno francés de Leclerc, que intentó mantener la situación bajo control amenazando con castigos y ejecuciones a los posibles rebeldes. La amenaza no surtió efecto y los negros se alzaron de nuevo en armas, usando el sistema militar de L’Overture, aunque ahora el mando pasaría a manos de Jean-Jacques Dessalines, antiguo esclavo negro, general bajo el mando de L’Overture y su sucesor tras la captura de éste.
Pronto, los franceses estaban sitiados en las ciudades. Además, los británicos apoyaron con un bloqueo marítimo a los rebeldes negros, por lo que a finales de 1803 los franceses deciden rendirse, bien a los británicos, bien a los negros.
Independencia. Primer Imperio de Haití
Tras el triunfo frente a las tropas francesas, el 1 de enero de 1804, Dessalines, proclamó la independencia de la parte occidental de la isla, nombrando al nuevo país con el antiguo nombre indígena: Haití. La parte oriental seguiría, al menos nominalmente, bajo control francés.
Tras proclamarse Gobernador General, Dessalines fue más allá y el 22 de septiembre de 1804, se autoproclama Emperador bajo el nombre de Jacques I. Tras ser coronado pocos días después, el 6 de octubre, Dessalines comienza su reinado con la proclamación de la Constitución del Imperio de Haití el 20 de mayo de 1805. En ella, la isla quedaba dividida en 6 provincias, al frente de las cuales estaba un general que se comunicaba directamente con el Emperador, imitando, salvando las distancias, el modelo español previo en la isla.
Sin embargo, Dessalines tendría que hacer frente a muchas complicaciones tempranas. Al este de la isla, las tropas francesas resistían y habían reinstaurado la esclavitud, empleando incluso niños. Por ello, Dessalines decidió lanzar varias ofensivas hacia la parte oriental de la isla, con el fin de derrotar a los franceses restantes y controlar el total de la isla. En un primer momento, las ofensivas resultaron un éxito, y las tropas francesas quedaron recluidas en la ciudadela de Santo Domingo. Pero en ese momento, se puso de manifiesto la pobre preparación y precipitación de la campaña. Sin artillería, el asedio era imposible, y sin flota, los franceses pudieron abastecerse y recibir refuerzos por mar. Ante el miedo de un ataque francés, Dessalines firma la paz y se retira a Haití.
Internamente, también habría problemas. Su intención de restaurar las plantaciones a través del trabajo forzado «por el bien de Haití», así como una reforma agraria que no gustó a la élite negra y mulata, provocaron que Dessalines perdiera muchos apoyos. Finalmente, dos de sus generales, Henri Christophe (que ya había sido general bajo el gobierno de L’Overture) y Alexandre Pétion llevaron a cabo su asesinato el 17 de octubre de 1806. El Imperio de Haití había terminado.
División y unificación. Invasión de Santo Domingo.
Tras el asesinato de Dessalines en octubre 1806, la isla se sume en el caos más absoluto.
Al este, los franceses retiraron la práctica totalidad de sus tropas, necesarias en Europa, por lo que se produjo un vacío de poder que fue aprovechado por los españoles. Aunque, de iure, la isla al completo fue cedida a los franceses tras el Tratado de Basilea (1795), de facto aún quedaban en la isla algunos restos del ejército español, que, tras enterarse de la invasión francés a España en 1808 y la deposición del rey Carlos IV, se levantaron en armas y solicitaron el apoyo de las tropas acuarteladas en la vecina isla de Puerto Rico y de los ingleses.
Tras su llegada, los españoles, liderados por Juan Sánchez Ramírez, lograron la decisiva victoria en la batalla de Palo Hincado en noviembre de 1808. Esa derrota dejó a las tropas francesas en una situación muy precaria. La flota británica impedía el apoyo marítimo y el ejército español se había convertido en superior, por lo que el 11 de julio de 1809, los franceses capitulan y entregan la parte occidental de isla de nuevo a España, que volvió a ser una colonia.
Mientras tanto, al oeste, en el antiguo Primer Imperio de Haití, la situación no era mucho mejor. Una vez muerto Dessalines, el Senado de Haití abolió la Constitución de 1805 y los decretos que convertían al país en un Imperio, pasando a ser una República, y entregaron el poder a uno de los conspiradores, Henri Christophe, como Jefe Provisional del Gobierno a la espera de una decisión firme. Sin embargo, la situación pronto varió. Christophe no resultó del agrado del Senado, que le depuso cuatro meses después, en enero de 1807. En su lugar, nombraron al otro conspirador, Alexandre Pétion, como Primer Presidente de la República de Haití, sin la etiqueta de «provisional» que había llevado Christophe.
Este hecho provocó el enfrentamiento entre Christophe (negro) y Pétion (mulato), que desembocó en un pequeño conflicto que se resolvería a las pocas semanas, cuando Christophe funda el 17 de febrero en la parte noroccidental de la isla, territorio tradicional de apoyo negro, el Estado de Haití, autonombrándose como Presidente del Estado de Haití. Al suroeste, Pétion mantuvo el poder en la República de Haití, sancionando una nueva Constitución que le convertía en presidente vitalicio de la República y con el poder de poder designar su sucesor en el cargo.
En 1811, Christophe se hace coronar como rey Henri I, transformándose así el Estado de Haití en el Reino de Haití. Sin embargo, la política de Christophe comenzará a no ser del agrado de gran parte de la población del reino, incluidos sectores del ejército que el propio Christophe había fundado, debido a su continua ostentación ante las dificultades económicas de la isla.
Ello llevó a que en octubre de 1820, Christophe sufra un golpe de Estado. Aunque en un principio intenta resistir, pronto se verá rodeado y derrotado, por lo que decide suicidarse, pasando el poder a su hijo, Jaques-Victor Christophe, que fue capturado y asesinado 10 días después. Aprovechando esta situación, la República de Haití, gobernada por Jean-Pierre Boyer, protegido y sucesor de Pétion, que había muerto en 1818, invade el norte y logra la reunificación de la parte oeste de la isla de La Española bajo la República de Haití.
Pero el este tampoco había estado exento de problemas. Aunque España recuperó la parte oriental de la isla, la atención que se prestó a sus problemas fue nula, especialmente a los económicos. Políticamente, también fueron años confusos. Algunos criollos intentaron dar varios golpes de Estado infructuosos, cuatro sargentos franceses organizaron un complot para que la isla volviera a manos francesas sin éxito, y la población negra se rebeló ante la negativa del Gobernador de aplicar la Constitución de 1812 en la isla.
El descontento iba en aumento y en 1821 la situación se precipitó. Tras detener a varios conspiradores, varios pueblos del interior de la isla declaran su independencia de España de manera unilateral. Al ver que el movimiento se extiende, los conspiradores no detenidos adelantan sus planes y comienzan un golpe de Estado a mediados de noviembre de 1821. El día 30, los golpistas logran detener al Gobernador y al día siguiente proclaman el Estado Independiente de Haití Español.
Sin embargo, la vida de este nuevo Estado será muy efímera. José Núñez de Cáceres, líder de los golpistas, asumió el gobierno, pero su situación era muy pobre. Su ejército era pequeño y estaba mal equipado y alimentado, por lo que, temiendo un contraataque español, Núñez de Cáceres solicitó apoyó a los países vecinos. La respuesta la encontró en la República de Haití de Boyer, quién escribió una carta en enero de 1822 donde comunicaba a Núñez de Cáceres el interés y la importancia de la unificación de los dos pueblos en un sólo estado haitiano. Núñez de Cáceres intentó evitarlo, pero ante su falta de apoyos, acabó aceptando la leyes de la República de Haití y, por ende, la unificación de facto de la isla.
La ocupación haitiana del este de la isla duraría 22 años, hasta 1844. Durante ese período, el gobierno de Boyer (que retuvo el poder hasta su exilio en 1843) se caracterizó por un proceso de «haitización» de la parte oriental. Las costumbres locales y el idioma español fueron prohibidos. Las tierras de los terratenientes blancos y de la Iglesia (símbolo de la metrópoli) fueron expropiadas y se forzó a los blancos a abandonar la isla. Ante esta situación, gran parte de la población del este se sintió desarraigada y comenzó una oleada de protestas contra el gobierno de Boyer, que desembocó en una fuerte represión militar contra la población.
En 1838 la situación comenzó a ser insostenible. Varios intelectuales fundaron «La Trinitaria» una sociedad secreta independentista. En abril de 1843, los trinitarios se unieron a un movimiento haitiano que buscaba derrocar a Boyer. En el oeste, el movimiento contra Boyer triunfó, subiendo el líder del movimiento, Charles Rivière-Hérard al poder. Sin embargo, en este momento, Rivière-Hérard traicionó a los trinitarios, deteniendo a sus principales líderes. Esto provocó la ira de los miembros restantes de la organización, que el 27 de febrero de 1844 proclamaron la independencia del este de la isla, de la República Dominicana. Rivière-Hérard intentó actuar militarmente, pero su pobre abastecido ejército sucumbió ante el de Pedro Santana, un rico terrateniente que contrató un ejército privado para luchar por la independencia de la República Dominicana. La isla volvió a quedar dividida.
Segundo Imperio de Haití y situación actual
Tras el fin de la ocupación de la República Dominicana, Haití se sume en el caos político. Los golpes de Estado y las traiciones políticas se suceden en los siguientes 3 años, con un total de 4 presidentes, 2 de ellos accediendo al poder a través de las armas. Finalmente, en 1847, Faustino-Élie Solouque llega al poder tras la muerte del anterior Presidente. Analfabeto, militar desde tiempos de Pétion, la elite haitiana pensaba que Solouque sería un individuo fácil de manejar. Se equivocaron.
Solouque demostró su fuerte voluntad y empezó a favorecer a los negros frente a los mulatos, ganando popularidad. En 1848 fue designado por aclamación como Presidente Vitalicio de Haití. Un año después, el 26 de agosto de 1849, el Senado le nombra Emperador de Haití con el nombre de Faustino I. Comienza el Segundo Imperio de Haití, que durará 10 años.
Faustino I intentará invadir varias veces la República Dominicana, buscando recuperar la grandeza perdida, pero en todas ellas su campaña fracasará. En 1856, tras el último fallido intento, una crisis económica sacudirá Haití y Faustino I se mostrará incapaz de hacerla frente. Por ello, surgirán varias revueltas, que el emperador reprimirá con el uso de la fuerza, hasta que en enero de 1859, los soldados de Faustino I se negaron a combatir y forzaron al emperador a refugiarse primero en el consulado francés y posteriormente a abdicar y marcharse al exilio. El Segundo Imperio de Haití fue disuelto y se volvió a instaurar la República de Haití.
Tras revuelta de esclavos, las disputas internas, el caos y la inestabilidad han hecho que Haití pase de ser uno de los territorios más ricos del mundo hacia el año 1790, a ser uno de los más pobres en 2010. En ese tiempo, la evolución de la República Dominicana, antaño la parte pobre de la isla, ha sido, económicamente, mucho más próspera gracias al turismo y más estable (aunque con obvias excepciones, especialmente en términos políticos).
Bibliografía
José Luciano FRANCO. Historia de la revolución de Haití. Ed.: Academia de Ciencas, 1966. La Habana (CUB)
Euclides GONZÁLEZ FÉLIX. Haití y la República Dominicana: Un origen y dos destinos. 2007, Ed.: Corripio, Santo Domingo (R.D.)
Erwin RÜSCH. Die Revolution von Saint Domingue. Ed.: Friederichsen/De Gruyter, 1930. Hamburgo (ALE)
VV.AA. Pensamiento político de la emancipación. (1790-1825). Ed.: Fundación Biblioteca Ayacucho, 1985. Caracas (VEN).
Muy interesante, Gracias.