El 9 de agosto de 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, se produjo uno de los eventos deportivos mas curiosos de la historia. En el Zenit Stadium, en una Ucrania ocupada por la Alemania Nazi, se enfrentaban por segunda vez en un partido de fútbol el F.C. Start, compuesto por antiguos jugadores del Dinamo y Lokomotiv de Kiev contra el Flakelf, formado por miembros de la Luftwaffe en lo que se conocería después como el «partido de la muerte».
Historia y contexto previo al partido
El fútbol se había convertido en un deporte muy popular en el conjunto de la Unión Soviética a partir de los años 30. La ciudad de Kiev, una de las más importantes para la URSS, albergaba dos de los clubs más populares dentro del territorio del gigante rojo: el Dinamo de Kiev, fundado como sociedad deportiva por miembros de la GPU (la policía secreta soviética), y el Lokomotiv de Kiev.
La invasión alemana de la URSS en el año 1941, seguida por la toma de Kiev, hizo que el país se paralizara, la vida normal en una Ucrania ocupada se vio severamente afectada, lo que perjudicó evidentemente al mundo del fútbol. Muchos deportistas ucranianos fueron reclutados por el Ejército Rojo para partir al frente y otros colaboraron en la defensa civil por parte de los habitantes de la ciudad. Los que sobrevivieron a la invasión de la ciudad fueron enviados a campos de prisioneros o sobrevivían de manera muy precaria en las ruinas de Kiev.
En este triste contexto veía la luz el F.C. Start, demostrando de esta manera que el fútbol puede resultar una pequeña vía de escape y abstracción de un evento tan terrible como fue la Segunda Guerra Mundial. Así pues, en el año 1942, el propietario de una panadería e hincha del Dinamo de Kiev, Iosif Kordik, reconoció el rostro de un hombre que buscaba trabajo en su establecimiento, el del antiguo portero del Dinamo, Mykola Trusevych. Tras ofrecerle un empleo en su negocio además de un lugar donde vivir alejado de la indigencia, el portero y el panadero iniciaron un bonito proyecto que consistió en reunir a los supervivientes del equipo, llegando a localizar a 7 compañeros más del Dinamo: Makar Goncharenko, Mikhail Svyridovskiy, Nikolai Korotkykh, Oleksiy Klimenko, Fedir Tyutchev, Mikhail Putistin y Ivan Kuzmenko.
Estos antiguos compañeros de equipo, junto a tres jugadores de su viejo rival (Vladimir Balakin, Vasil Sukharev y Mikhail Mielnizhuk), el Lokomotiv, formaron el F.C. Start, que a partir del 21 de junio de 1942 comenzó a jugar partidos contra escuadras formadas por soldados del Ejército Nazi, tanto alemanes, como húngaros y rumanos. Su primer rival como local fue el Rukh, al que golearon con un resultado de 7-2, pese a estar hambrientos y pésimamente equipados.
El F.C. Start se mantenía invicto tras jugar 5 partidos más, hasta que el 6 de agosto se enfrentaron al Flakelf, un conjunto formado por militares de élite y pilotos de la Luftwaffe, creado para enfrentarse al cada vez mas popular Start. En este primer encuentro futbolístico, «los panaderos» se impusieron por un contundente 5-1 a los soldados alemanes. Según cuenta el mito de este memorable equipo, en este partido, los miembros del F.C. Start se negaron a hacer el saludo nazi, acto que hizo que fueran convertidos posteriormente en leyendas por la propaganda soviética.
Partido de revancha y consecuencias
Las autoridades alemanas y de la Gestapo que asistieron al partido calificaron de indigna aquella contundente derrota, por lo que planificaron una revancha para el 9 de agosto, tres días después del primer encuentro y esta vez se celebraría en el Zenit Stadium de Kiev, renombrado posteriormente como Start Stadium.
Entrando de nuevo en lo que es la leyenda y la propaganda posterior sobre el encuentro, instantes antes del partido, un comandante de las SS bajó al vestuario del Start con dos premisas muy claras, que hicieran el saludo nazi al saltar al campo y que ofrecieran al público un espectáculo digno, pero tenían que perder. Según la leyenda, los jugadores del F.C. Start, se negaron a saludar a las autoridades alemanas una vez en el campo y comenzaron a jugar lo que posteriormente se conocería como «el partido de la muerte».
En este punto es donde entra súbitamente en juego la propaganda y la versión real de los hechos se diluye entre la leyenda, ya que según las versiones mas míticas, los jugadores alemanes del Flakelf llevaron a cabo un juego duro y sucio en todo momento, que no fue castigado por el árbitro ya que este era un oficial de las Waffen-SS. Pese a todas estas adversidades, el F.C. Start se fue al descanso ganando 2-1, siendo de nuevo visitados por otro oficial alemán instándoles a que se dejasen vencer o pagarían muy caras las consecuencias. Sin embargo, el partido concluyó con un 5-3 favorable a los ucranianos, recordándose una memorable jugada de Oleksiy Klimenko, que con el resultado a su favor, regateó a la defensa y al portero del Flakelf y en vez de chutar a puerta, dio media vuelta y lanzó el balón al centro del terreno de juego.
No obstante, en el año 2012, uno de los últimos supervivientes y testigos oculares de ese partido, Vladlen Putistin, hijo del jugador Mikhail Putistin, que contaba con 8 años de edad en ese momento, niega el contundente juego sucio y favoritismo arbitral que los alemanes en teoría emplearon el narrado encuentro futbolístico. De hecho, afirma que hubo una gran competitividad entre ambas escuadras con los momentos típicamente tensos que podemos ver en los partidos de fútbol actuales. Las palabras con las que Putistin define el encuentro, describen a los jugadores del F.C. Start como guerreros que saltan al combate y que con pundonor derrotaron a los alemanes delante de su publico, como verdaderos atletas.
Después del encuentro, los jugadores del Start se marcharon hacia sus casas y jugaron un encuentro más el 16 de agosto frente a su ya conocido rival, el Rukh, al que volvieron a vencer con un notorio 8-0, cerrando tristemente su historia sin conocer la derrota.
Lo cierto es que, tras este último partido, los jugadores del F.C. Start fueron detenidos por la Gestapo para interrogarles debido a que sospechaban que algunos de ellos pertenecían al NKVD. En este primer interrogatorio, Nikolai Korotkich murió como consecuencia de las torturas que en el practicaron, ya que descubrieron que era miembro del Partido Comunista.
Debido a que carecían de pruebas contra el resto de jugadores, fueron enviados al campo de prisioneros de Syrets, en el que cuatro jugadores más (Ivan Kuzmenko, Oleksey Klimenko, Mihael Keehl y Mykola Trusevich) fueron ejecutados en febrero de 1943.
Pese a que a los supervivientes del F.C. Start se les culpó de colaboracionistas del régimen nazi en un principio, Fedir Tyutchev, Mikhail Sviridovskiy, Makar Goncharenko y Mikhail Putistin, son los responsables, junto a la propaganda soviética de convertir a estos valientes deportistas en leyenda y de contar su memorable historia.
El legado de los jugadores del F.C Start, pese a haber caído en relativo olvido, ha inspirado multitud de libros y artículos periodísticos, así como una serie de películas producidas por la URSS llamadas Tercer tiempo (1964) y El partido de la muerte. Además inspiró la producción audiovisual húngara del año 1961, El último gol, y la más que famosa película estadounidense Evasión o victoria (1981), Fuga a la victoria o Escape a la victoria en Latinoamérica, que contó con la participación de Pelé, Sylvester Stallone, Michael Caine o Bobby Moore, que, al contrario que los sucesos reales, concluyó con un final feliz.
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Bibliografía
La verdad sobre el partido de la muerte. Diario La Vanguardia
69 años del «Partido de la Muerte». Diario Marca
F.C Start: la historia del equipo que se enfrentó al Ejército Nazi. Diario Digital «El Plural»
Consultados el 06/12/2017
