Visión general del conflicto
Ya hablamos de las tácticas y el equipamiento de los soldados durante 1914 y la guerra de movimientos, pero ¿qué vino después? simplemente tres años hasta noviembre de 1918 de Guerra de Trincheras en las que se perdieron millones de vidas entre el barro y las alambradas. Esta fase de la guerra dominó todo el conflicto y no es de extrañar que los estrategas militares y los fabricantes de armas intentaran idear una forma de romper el estancamiento para que sus hombres pudieran avanzar en territorio enemigo fácilmente. La etapa de las trincheras comienza en el otoño de 1914 pero se estandariza durante 1915, en el que los ejércitos no se mueven ni un kilómetro hacia adelante. Para avanzar la friolera de 10 km o menos hace falta una ofensiva a gran escala que tienen como resultado una matanza, como las ocurridas en Verdún y luego en el Somme durante 1916.
¡Demonios! ¿y ahora que hacemos?
Antes de que los estados mayores organizaran las batallas de Verdún y posteriormente la del Somme en 1916, los ejércitos aún algo móviles y aunque existían ya líneas de trincheras, aún era posible llegar la trinchera enemiga y desalojar al enemigo de sus posiciones, aunque fuera a un alto coste. Cuando la situación se fue endureciendo se fueron forjando nuevas estrategias de batalla para alcanzar las líneas enemigas. La primera opción y la que parecía más factible fue el uso masivo de la artillería, algo que se siguió utilizando durante todo el conflicto. Si el enemigo no quiere salir a batallar le lanzamos un millón de proyectiles y le enterramos bajo sus posiciones. La idea parecía buena, pero como se vio, el enemigo siempre resistía estos ataques en sus refugios, aunque siempre había bajas.
Podemos adelantar ya que hasta la invención del tanque por los británicos en 1916 y su posterior mejora por los franceses en 1917-18 no habrá unas tácticas efectivas para romper las líneas de trincheras enemigas. Hasta ese momento habrá toda clase de nuevas ideas que veremos.
Aparece el caballero contemporáneo
Los estados mayores piensan y piensan y dan con otra solución, ¿ y si acorazamos a nuestros soldados? ¡buena idea! Si les damos una coraza suficientemente fuerte a algunos soldados abrirán huecos entre las alambradas enemigas y la gran masa de infantería podrá avanzar. En 1916 aparecen en el frente los primeros soldados equipados con corazas que son más típicas de la época medieval que del siglo XX. Sobre todo son equipados los cuerpos de asalto de los diferentes países como Alemania, Reino Unido y Francia, hay que destacar a Italia que llevó esto al extremo.
Lo cierto es que estas corazas son efectivas contra las esquirlas metálicas y los escombros provenientes de una explosión, pero no son efectivas ni mucho menos para caminar contra las ametralladoras enemigas, además su peso extremo (11-12 kg) hace que deban quitarse pasado un tiempo para desencasar el cuerpo. Ingleses, alemanes y franceses se dan cuenta de esto y la idea después de un tiempo es desechada debido a su poca efectividad. Italia en cambio sigue potenciando y experimentando. Al soldado italiano de asalto se le añade ademas un casco especial llamado Farina. Además de la coraza y el casco se le da un escudo metálico y una lanza para que pueda acabar acabar con la vida de un enemigo a cierta distancia.
catapultas, mazas, cuchillos y palas
Ya hemos hablado de los bombardeos masivos que se hicieron en todos los frentes cuando empieza a aparecer la Guerra de Trincheras. Pero claramente tal cantidad de potencia de fuego se escuchaba a kilómetros de distancia, por lo que los soldados podían prepararse para la lluvia de obuses antes de que estos cayeran y no dejaran asomar la cabeza. En esta situación aparecen las primeras catapultas al estilo medieval que permitían lanzar de forma silenciosa pequeños proyectiles y granadas a las trincheras enemigas que no estaban más allá de 150 metros de distancia. Los franceses incluso idearon ballestas que lanzaban granadas a una distancia considerable. Estas catapultas y ballestas tenían un tamaño medio y las había de muchas clases, pero no estaban adoptadas de forma oficial por parte de los ejércitos. Hacia el final de la guerra estas armas también se habían desechado y a cambio se había invertido el tiempo en fabricar más cañones de más tipos y nuevas armas más efectivas.
Las mazas fueron un objeto verdaderamente efectivo en la guerra de trincheras, y que comenzaron a fabricarse en las trincheras en el llamado «arte de trinchera». Cuando los soldados no estaban cargando o de marcha y estaban sentados fumando en las trincheras se ponían a fabricar objetos o a escribir cartas a sus familiares. Uno de estos objetos eran las mazas que se fabricaban de muchos tipos, algunas incluso con clavos como en la Edad Media. A medida que avanzó la guerra los fabricantes de armas y el gobierno entregó a sus soldados mazas de producción industrial. Un golpe de este arma en el lugar indicado podía dejar fuera de combate a un soldado o producir fracturas y heridas bastante graves.
Los cuchillos posiblemente fueron el arma blanca más abundante durante la Gran Guerra. A comienzos de la guerra, como vimos, se utilizaban todavía las viejas cargas de bayoneta, pero cuando se estandarizó la guerra de trincheras, las largas bayonetas eran dificultosas de utilizar en una trinchera de dos metros de ancho, cuando no menos. Aunque estas armas se siguieron utilizando puesto que eran reglamentarias, muchos soldados partieron los filos y confeccionaron cuchillos más cortos. Estos cuchillos artesanales podemos incluirlos en el Arte de Trinchera también. Como ocurrió con las mazas, los cuchillos finalmente acabaron en la industria armamentística nacional y comenzaron a entregarse. Entre 1917-1918 se idearon los famosos cuchillos de trinchera, estos mezclaban un puño americano, un cuchillo de cuatro filos y una punta para golpear en la cabeza. Después de la guerra este tipo de armas se prohibió por la simple razón de que una herida producida por este tipo de armas no se puede tratar, ya que no se puede coser.
Aunque la hemos dejado en el último lugar no quiere decir que no sea mortal, efectivamente durante la Gran Guerra, el uso de la pala como arma ofensiva es corriente. Las palas que los soldados acabaran llevando en su equipo son pequeñas, lo que solo permitía cavar pequeños agujeros y parapetos en el suelo por alguna circunstancia, no tienen nada que ver con las palas que utilizan por ejemplo los peones de la construcción hoy día. Estas pequeñas palas manejables en muchas ocasiones eran afiladas para poder hacer de ellas un arma contundente y que podía acabar con un soldado de un solo golpe si se daba del pecho hacia arriba.
¡Por fin hemos roto el frente!
En septiembre de 1916, durante la Batalla del Somme aparecieron los primeros tanques de la historia, eran los Mark I británicos. Estas maquinas serán todo un descubrimiento aunque como todo al principio tendrán muchos defectos. Los carros de combate británicos aguantaban las balas de pequeño calibre y hacia falta disparos de artillería para dejarlos inservibles. A principio se utilizaron tímidamente, pero en la Batalla de Cambrai en 1917 ya se usaban de forma masiva en el campo de batalla. El Mark I era un carro de combate bastante grande que repartía armamento por toda su estructura. Su tripulación eran 8 soldados y tenía una velocidad de 5 km/h, lo que le hacia bastante lento. A pesar de que los modelos siguientes fueron mejorando fallos, (se llegó al modelo Mark VIII) era una clase de tanque destinado a desaparecer tras la guerra, aunque llegaron a usarse en la Guerra Civil Rusa (1917-1923).
Francia fue la otra nación que también fabricó y diseñó tanques a gran escala, y sin duda dio en el clavo con el famoso Renault Ft17 que comenzó a verse en el frente durante 1918. Este pequeño tanque ligero necesitaba solamente dos personas para hacerlo funcionar, era más rápido que su amigo el Mark I (10 km/h) y tenía una característica muy especial, la torreta giratoria. Esta es sin duda la parte más importante de este carro ligero, la torreta permitía girar el arma del tanque, por lo que se ahorraba el rellenar toda la estructura con armamento para tener todos los ángulos asegurados. Los Renault Ft17 podían ser machos y hembras, los machos portaban un cañón de 40 mm y las hembras una ametralladora Hotchkiss M1914 de calibre 8 mm. Sin duda este fue el carro que sentó las bases para los modelos posteriores realizados en el periodo Entreguerras y la 2ª Guerra Mundial. Su éxito fue enorme y no es de extrañar que se exportara por medio mundo. Como curiosidad España utilizó algunas unidades en la Guerra de África (1925-1927) y más tarde en la Guerra Civil Española (1936-1939).
¿De verdad hemos roto el frente?
Lo cierto es que si, el frente poco a poco fue cediendo en favor de la Entente. Hay que decir que esto no sucedió solo gracias a los tanques ni mucho menos, pero ayudaron a ello. Quien estaba quebrando el frente de verdad fue el bloqueo británico a Alemania, a cientos de kilómetros de las lodosas trincheras del Frente Occidental. Como ibamos diciendo, gracias a los tanques y las nuevas técnicas artilleras como la de disparar por encima de los hombres que avanzan, los aliados comenzaron a ganar terreno. Los alemanes se mantuvieron a la defensiva a partir de 1917, hasta que en abril de 1918 lanzaron su última ofensiva de la guerra que logró reconquistar mucho terreno perdido durante un breve espacio de tiempo, ya que luego se volvió a perder todo.
Los alemanes nada más construirán 20 tanques durante toda la guerra, al estilo del Mark I. En vez de eso fabricaran fusiles anti-tanque y cañones para combatir a los carros enemigos. El fusil antitanque de Mauser T de 1918 disparaba un proyectil de 13,2 mm que atravesaba el blindaje y acababa con la vida de los ocupantes o dejaba fuera de servicio el vehículo si daba en el motor. Era un arma de unas dimensiones bastante grandes, y su uso continuado y debido al retroceso podía dislocar el hombro del operador. A finales de la 1ª Guerra Mundial podemos decir que empieza la lucha entre el carro blindado y el armamento para detenerlo, algo que llega hasta hoy día.
BIBLIOGRAFÍA
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R.G, Grant: I Guerra Mundial, la guía visual definitiva. Edic. Akal, Madrid, 2013.
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L. PIROCCHI, Angelo: Tropas de asalto italianas de la Primera Guerra Mundial, Osprey Publishing, Londres.
ZALAGOA, Steven & SARSON, Peter: Carro Ligero Renault FT, Osprey Publishing, Londres.
Las Sturmtruppen con las Tácticas de Hutier dieron un paso importante para romper las lineas enemigas. estas tropas usarían Tácticas de Infiltración que permitían entrar tras las lineas enemigas y atacar centros logísticos. Aunque los británicos rompieron el frente en Cambrai, los alemanes lo recuperarían grdualmente. para la Ofensiva de Primavera (21 de marzo – 5 de abril de 1918) los alemanes emplearon las Sturmtruppen para romper el frente. La idea era prometedora, pero factores como la mala coordinación con la infantería regular, el agotmiento, la falta de tanques de apoyo hicieron que esta operación fracasara