Miguel, Mikhaíl, Mijáil, Michaele Románov, distintas variantes de un único nombre que apenas ocupan, en algunos casos, unas pocas líneas sobre esta figura. La forma utilizada en este artículo será la forma española: Miguel, quedando constancia, por tanto, la dificultad que podemos encontrar a la hora de abordar a este personaje debido a las diferentes traducciones que se han hecho del ruso.

Figura 1: Figura 1: Miguel I Románov. Wikipedia Commons.
Figura 1: Figura 1: Miguel I Románov. Wikipedia Commons.

La época de las turbulencias

Antes de comenzar a relatar quién es Miguel I Románov, debemos tener en cuenta qué hecho provoca que este alcance el trono de Moscovia. Denominamos Época de las Turbulencias o smuta al periodo comprendido entre 1598 y 1613, en el cual el crecimiento económico llevado a cabo por Iván IV, apodado el Terrible, que había entablado acuerdos comerciales con Europa, se ve interrumpido por esta coyuntura de carácter político.

Figura 2: Figura 2: Esquema casas de Rurik y de Románov. (Colás Latorre, 2002: 169.)
Figura 2: Figura 2: Esquema casas de Rurik y de Románov. (Colás Latorre, 2002: 169.)

La dinastía Rurik se veía asegurada con la aparición de dos herederos del zar, Fiódor y Dmitri, aunque como veremos a continuación sería esto mismo lo que provocaría que la dinastía pasara a manos de los Románov. Una vez nombrado zar, Fiódor I delegará los servicios gubernamentales en calidad de regente en Boris Gudunov, padre de su esposa Irina Gudonova, el cual no tardará en proclamarse sucesor de Iván IV tras la muerte de Fiódor I, contando con el apoyo del Zemsky Sobor o Asamblea de la Tierra, y entrando en conflicto, por tanto, con el otro pretendiente al trono, Fiódor Románov, padre de Miguel I Románov y primo del anterior zar, Fiódor I. Pero, ¿qué ocurrió con Dmitri? El último hijo de Iván IV, era la única esperanza de que la dinastía Rurik no se extinguiera, por tanto la muerte en extrañas circunstancias de Dmitri cuando tan solo era un niño, provocará que aparezca toda una serie de personajes que se autoatribuyan su identidad.

Por ende, debemos decir que, el reinado de Boris Gudonov puede ser resumido en la siguiente cita: «Under Godunov’s direction the country recovered economically and continued its expansion into Siberia. At the same time the most important underlying problems, especially peasant discontent, remained unresolved» (Kort, 2007: 40) Pero, a la vez, será en estos momentos donde aparezca el primer Falso Dmitri, ganando adeptos a su causa y acercándose peligrosamente a la capital moscovita. Al mismo tiempo, Gudonov, conocedor del riesgo que suponía la presencia Románov «quemó uno de sus palacios, confiscó sus haciendas y los desterró al Ártico»(Montefiore, 2016: 53) para asegurarse de que los Románov no tratasen de arrebatarle el poder.

En 1604, el Falso Dmitri contaba con el apoyo de los polacos y los cosacos, además de contar con el apoyo del pueblo, caracterizado por una ferviente religiosidad y que veía con muy buenos ojos la resurrección del pretendiente al trono. Godunov muere de una hemorragia y es sucedido por su hijo Fiódor II, que es degollado rápidamente. Al año siguiente, el Falso Dmitri es reconocido por María Nagaya, última esposa de Iván IV, como su hijo tras lo cual se casará con la hija de un protector polaco, Marina Mníszech, que sería apodada más tarde como Marinka la Bruja. Poco después, la joven pareja huye de Moscú tras un golpe de estado, lo que hace que Basilio IV, uno de los golpistas, sea nombrado zar. Paralelamente, Fiódor Románov conspira contra él a pesar de ser nombrado patriarca, es destituido y llevado a Rostov. Por otra parte, el Falso Dmitri es asesinado, pero poco después aparece el Segundo Falso Dmitri, apodado “El Bandolero», que fue reconocido por Marinka como su marido y con el cual tendrá un hijo. Por otro lado, Basilio IV es destronado por un golpe de estado, y se vuelve a escoger a un zar, esta vez el elegido es Ladislao, hijo del rey de Polonia.

Figura 3: Figura 3: La elección de Miguel I de Rusia, A. Krivshenko. Wikipedia Commons.
Figura 3: Figura 3: La elección de Miguel I de Rusia, A. Krivshenko. Wikipedia Commons.

El prisionero que se convirtió en zar

La historia de Miguel Fiódorovich comienza en 1596 en la calle Varvarka en la plaza Roja siendo hijo de Fiódor Románov y Xenia Shastova, y el único de los cinco hijos supervivientes. Sus padres, como consecuencia de la Época de las Turbulencias se vieron obligados a tomar los hábitos para no ser pretendientes al trono imperial. Es a causa de esto que, Miguel de cinco años, es llevado con su tío Alejandro a Belozersk, el cual será uno de los primeros lugares donde habitará el futuro zar en una juventud caracterizada por la huida. Pero Filareto, nombre que tomará su padre como monje, se reúne con su mujer y su hijo en Rostov, justo cuando el reino de Suecia invadía Rusia y los cosacos del Bandolero avanzaban hacia ellos. En 1608 su padre caerá prisionero de los polacos y será nombrado patriarca, y será este quien proponga a su hijo como posible pretendiente al trono, pero debido a su juventud y a la presión ejercida por el Bandolero, es descartado. Miguel será enviado al Kremlin junto con su tío, Iván Románov, en calidad de prisionero. Ante esto, el patriarca Hermógenes se alzará en contra de esta situación provocando su muerte, pero dejando la semilla que provocará que, años más tarde, Miguel sea coronado como nuevo zar. Los patriotas, es decir, los seguidores de la posición de Hermógenes que estaban en contra de la presencia polaca, recogieron el testigo del patriarca y encabezaron una revolución, provocando el asedio del Kremlin, en el cual tanto polacos como boyardos (grandes terratenientes pertenecientes a la nobleza) comenzaron a perecer, incitando a su liberación el 26 de octubre de 1612. En 1613 se convoca a la Asamblea para elegir a un nuevo dirigente, entre los candidatos se encontraban: Golitzin, Mstislavski, Trubetskoi y Miguel Románov, aunque también debemos tener en cuenta al hijo del segundo falso Dimitri que era pretendiente al trono. Tras una larga deliberación, la Asamblea de la Tierra, tenía dos opciones: o coronar a un príncipe sueco (como eran partidarios los cosacos, es decir, un grupo de soldados errantes instalados en las zonas fronterizas de Turquía y la Kanato de Crimea con Rusia, que fueron tanto parte de los ejércitos lituanos como rusos. Como recompensa tendrían exenciones de impuestos, tierras, dinero y demás privilegios) o coronar a Miguel (contando con el apoyo de los cosacos del Don). Finalmente, el 7 de febrero se toma la segunda opción.

Pero, ¿dónde estaba el futuro zar? A 300 kilómetros de Moscú, en Kostramá, concretamente en el monasterio de Ipátiev, Miguel Fiódorovich Románov se resguardaba junto con su madre, ahora de nombre Sor Marta. El 13 de marzo de 1613, es despertado por su madre, quien le notifica que delegados de Moscú quieren llevárselo a la capital. Es tarde, así que la reunión que va a cambiar por completo el destino de la familia, se posterga al amanecer del día siguiente. Pero no sólo los delegados le buscan, los hombres del Bandolero se dirigen hacia Kostramá para asesinarlo antes de que sea zar, episodio el cual dará lugar a la leyenda de Susanin, un campesino que da una dirección errónea a estos hombres, con el objetivo de salvar al joven zar, y que siglos más tarde inspirará la famosa ópera de Glika. En el tiempo estipulado, boyardos y metropolitas comunican a Miguel la decisión de la asamblea. Su madre y él se niegan. Es por tanto que, las negociaciones se alargan durante tres días, explicándole un metropolitas la urgencia de una respuesta afirmativa por parte de Miguel por el bien de Rusia, siendo en ese momento cuando el joven Miguel acepta. El zar acepta el bastón y besa la cruz mientras los nobles se santiguan y besan sus pies. Era el comienzo de una nueva dinastía.

Figura 4: Figura 4: La Asamblea de la Tierra suplicando a Miguel I que acepte el zarato. Wikipedia Commons.
Figura 4: Figura 4: La Asamblea de la Tierra suplicando a Miguel I que acepte el zarato. Wikipedia Commons.

El reinado de Miguel I Románov

Podemos resumir el reinado de Miguel I Románov en la siguiente cita: “There are three key facts about the reign of Michael Romanov. First, none of its problems ever spun out of control, and at Michael’s death the crown passed in an orderly fashion to his son Alexis. Second, the powers of the autocracy remained uncompromised.[…] Third, Russia was largely at peace during Michael’s reign.” (Kort, 2007: 42) Para entender el reinado del primer Románov, debemos poner el foco en dos ámbitos fundamentales: El reino de Suecia y la Confederación Polaco-Lituana, con una mayor predominancia de la segunda, que serán quienes pongan una fuerte presión sobre los hombros del joven zar. Además, a estos se les suman los tártaros de Crimea y sus protectores otomanos. Pero antes de enfrentarse a tales enemigos, Miguel tuvo que enfrentarse a un paisaje aún más desolador: Moscú en ruinas. Tras la guerra civil y la invasión, todo había quedado arrasado, las joyas de la corona habían sido robadas y no quedaba nada con que coronar al emperador. La primera decisión, fue arreglar el Kremlin reconstruyendo tres estancias principales: el Palacio de los Térem, la Cámara Dorada y el Palacio de los Facetas.

Por otra parte, Miguel Fiódorovich Románov era un joven vulnerable, con un tic en un ojo y cojera, y que padecía una enfermedad crónica o secuelas de su vida en cautiverio. Era completamente analfabeto, aunque mostraba interés por las nuevas tecnologías, los relojes, la jardinería y la caza. A esto se le suma su gusto por las diversiones occidentales, contratando para su Palacio de Poteshky una compañía de acróbatas, payasos y enanos. Cabe decir, que por todas estas cualidades, la Asamblea de la Tierra le vió como un buen candidato ya que era presumible que sería un buen títere en manos de los boyardos algo que, en vistas futuras, sería un descalabro para los últimos.

En búsqueda de una zarina

Antes de adentrarnos en la cuestión meramente política del reinado de Miguel I, debemos adentrarnos en una tradición que nos permitirá desglosar a la aristocracia que rodeaba al zar en ese momento: el Concurso de Novias.

Las grandes familias eran recompensadas con ponestia, es decir, tierra con siervos a cambio de reconocer al zar y de dar sus servicios, como movilizar recursos y comandar sus ejércitos. A cambio, el zar, además de la tierra, les daba poder, títulos y bodas. Dentro de esta aristocracia, existía una clasificación que se basaba en la Escalinata Roja: los que se mantenían al pie y por ende, eran de rango menor, se denominaban «la gente de la escalinata»; los que podían subir por ella eran los conocidos como «la gente de los aposentos»; y, finalmente, los de un rango superior, podían entrar en la Cámara Dorada. Por tanto, los nobles eran convertidos en sirvientes de la corte siendo llamados dvor. Por lo cual, debemos tener la premisa de que los nobles era los esclavos del zar y el reino, su patrimonio. Si eran desleales perdían todos sus bienes y títulos. Por tanto, en palabras de Orlando Figes podemos describir a un noble ruso de la era moscovita (1550-1700) “[…]en su cultura material había poco que lo distinguiera de la población común. Se vestía como un mercader, con un caftán semioriental y un abrigo de piel. Mandaba sobre su familia, al igual que los mercaderes y los campesinos, a través de las costumbres patriarcales del Demostrói el manual del siglo XVI que instruía a los rusos sobre la forma de disciplinar sus casas con la Biblia y la vara de abedul. Los modales de los nobles rusos eran proverbialmente groseros” (Figes, 2021: 45).

En 1615 se convoca el Concurso de Novias, donde doncellas de la mediana y baja nobleza acudían a la corte junto con sus familias, evitando así alianzas de las grandes familias que podrían provocar derrocamientos, para ser candidatas a ser la próxima zarina. En un primer momento eran juzgadas por médicos y jurados hasta seleccionar un grupo muy reducido, donde se evaluaba la belleza, la salud y los lazos de parentesco de las candidatas. En ese momento eran presentadas mediante la smotrini, donde el zar escogía a una serie de candidatas que serían estudiadas por el director de la Secretaría General de la Corte y los doctores reales, con el objetivo de saber el nivel de fecundidad de las mismas. Las elegidas eran llevadas al Kremlin, siendo las descartadas devueltas a sus hogares acompañadas de regalos. En esta última fase, el monarca mediante la entrega de un anillo y un pañuelo escogía a su futura esposa entre el grupo de candidatas. Debemos tener en cuenta, que no solo la joven era recompensada, sino que su familia ascendía a un nivel social mucho más alto por lo que este tipo de acontecimientos sociales eran muy importantes para la mediana y baja nobleza. Miguel seleccionó a María Khlopova a pesar de que obtuvo en un primer momento la negativa por parte de Sor Marta y Saltikov. Por ende, estos últimos al vislumbrar que la futura zarina no solventaba sus intereses optaron por que Saltikov la envenenase, provocando que un médico la volviese a ver y, bajo la acusación de que la causa del mal que acechaba a la joven era en realidad una enfermedad que la misma había ocultado fue descartada. Como consecuencia, María fue desterrada a Siberia y su padre fue nombrado gobernador del Vologda.

Tras la vuelta de Filareto, se vuelve a examinar a María Khlopova, descubriéndose el engaño y desterrando a Saltikov. Sor Marta, no aprueba la boda y propone a María Dolgorúkaya, la cual se convertirá en la primera esposa de Miguel I. Sin embargo, cuatro meses después del enlace, el 19 de septiembre de 1624, muere. Se escoge, por tanto, a una segunda esposa, Eudoxia Streshniova el 5 de febrero de 1625. Fue encerrada en el Térem y se rigió por el Demostrói, dando a luz a diez hijos, siendo la primogénita Irina, que sería seguida por el zarevich, Alexéi, en 1629.

Hacia la pacificación de Rusia

Figura 5: Figura 5: La llamada de Mikhaíl Fedorovich al reino (detalle), N. S. Shustov. Wikipedia Commons.
Figura 5: Figura 5: La llamada de Mikhaíl Fedorovich al reino (detalle), N. S. Shustov. Wikipedia Commons.

El joven zar, que ocupaba un papel de liderazgo militar, compartió el poder con los boyardos y con la Asamblea de la Tierra, teniendo el Kremlin en manos de Pozharski y los héroes del alzamiento. Por tanto, podemos ver este intento por parte de los boyardos por poner límites al poder de Miguel I mediante el Consejo de los Boyardos y la Asamblea de la Tierra que fue eliminado en tiempos de Iván IV, pero que ahora resurge como un órgano consultivo. Esta política de reconstrucción de Rusia, llega de la mano de la firma de la Paz de Stolbovo el 15 de octubre de 1615, con el reino sueco, mediante la cual, Suecia devolvía Nóvgorod y Rusia, concedía Livania a cambio, quedándose de tal manera sin una entrada a las aguas del Báltico. Pero no todo serían buenas noticias, en octubre de 1617, el príncipe polaco Ladislao avanzó hasta Viazma, atacando Moscú, el 1 de octubre del año siguiente, y llega hasta las puertas de Arbat, aunque su atrevimiento no se prolongó en el tiempo, pues las consecuencias del invierno provocó que su ejército mermase. Este hecho provocó que el 2 de febrero de 1619 se firme la Paz de Deúlino donde Rusia otorga Smolensk a la Confederación. Cabe destacar, cómo ese mismo año, el 14 de junio, Miguel se reúne en Pryesne con su padre, nombrado patriarca por Teófanes. Con su padre a su lado, el joven Románov, comienza una diarquía, donde Filareto tendrá el zarato y el ejército, además de contar con una camarilla de hombres entre los que se destacan: los Sheremétev, Iván Románov e Iván Chickaski. Comienzan, además, una serie de reformas como la recaudación de impuestos, las tierras de la Iglesia que pasan a ser propiedad de la dinastía Románov y se otorga un mayor control a los terratenientes sobre sus siervos. A esto se le suma que, Miguel I también hará que los restos de Vladimír, salvo su cabeza, sean trasladados de Kiev a Moscú para ser venerados en la Catedral de la Dormición.

En abril de 1632 muere el rey Segismundo III, por lo que Filareto lanza una ofensiva contra Polonia: reúne a 60.000 hombres con dos boyardos al mando, que acaban destituidos poniéndose al mando Mikhaíl Shein y Artemii Iznailov; y por otra parte, contrata a 8.000 mercenarios al mando de Leslie y Sanderson. En agosto de 1633 se intenta tomar Smolensk mediante un asedio, pero todo intento fue inútil, debido al refuerzo del rey Ladislao IV. Por otro lado, Sanderson acusó a Leslie de traición, lo que provocó que este último le asesinara; a su vez, los otros generales entraron en negociaciones con los polacos y, finalmente, el 14 de febrero de 1634 se rindieron, ganando de tal manera la acusación de alta traición que provocó que fueran decapitados. Los polacos avanzaron hacia Moscú hasta que, el sultán otomano, Murad IV, mostró sus pretensiones de invadir Polonia, lo que desembocó en el retorno de las tropas a la Confederación. Ese mismo año, en el mes de octubre, Filareto moría, y poco tiempo después, la madre de Miguel, Sor Marta, perecía.

En Crimea, los tártaros y sus protectores otomanos realizaban ciertas incursiones, lo que llevó a los cosacos del Don a realizar ataques hacia Crimea y Turquía, entre los que se destacan la toma de la fortaleza de Azov en 1637 que casi provoca una Guerra Rusa-Otomana. En 1642 Miguel pide su devolución a los otomanos.

No obstante, no solo en el ámbito político tuvo suerte el zar, sino que es mediante su reinado y el de su sucesor cuando vemos una reactivación de los acuerdos comerciales con Europa y una reactivación de la economía rusa.

En abril de 1645 el zar padecía escorbuto, hidropesía y depresión, para lo cual le recetaron que bebiese vino del Rin mezclado con unas hierbas y dos purgantes. Pero, tras desmayarse durante la misa, ese mismo día expiró, no sin antes proferir su deseo de que el zarato fuera para su primogénito, Alexéi. Este paso fue de extrema importancia, ya que sin esta última voluntad el trono no necesariamente hubiese pasado a su primogénito, sino que podría haberse producido una vuelta a la Época de las Turbulencias.

Bibliografía:

  • Alexinsky, G. (1917) Russia and Europe. T. Fisher Unwin LTD, London.

  • Colás Latorre, G. (2002)”Pluralidad de formas políticas en Europa”. En: Floristán, A. (coord.) Historia Moderna Universal. Ariel, Barcelona.

  • Figes, O. (2022) La historia de Rusia. Taurus, Barcelona.

  • Figes, O. (2021) El baile de Natasha: Una historia cultural de Rusia. Taurus, Madrid.

  • Kort, M. (2007). A brief History of Russia. Facts of Files, New York.

  • Kluchevsky, V. O. (1913). A History of Russia, vol. 3. Ballantyne Press, Edinburgh.

  • Montefiore, S. S. (2016). Los Románov. Crítica, Barcelona.

  • Solano, E. (2002) “La gestación de grandes imperios en la Europa del norte y del este”. En: Floristán, A. (coord.) Historia Moderna Universal. Ariel, Barcelona.

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