La guerra desde los tiempos más antiguos ha sido siempre un ejercicio realizado por los hombres. El hombre componía enteramente toda la jerarquía militar, desde el simple soldado al dirigente del ejército. La mujer quedó relegada a la vida civil como una criadora de niños y ama de casa. Bien es sabido que a lo largo de la historia hay cuantiosas excepciones en este tema, en donde una figura femenina ha participado en una campaña militar de manera activa; sin ir más lejos nombraremos a Juana de Arco. También hubo mujeres que combatieron en la conquista de América por los españoles y la Guerra de Secesión Estadounidense, pero como hemos dicho, son excepciones. Hoy hablamos de la mujer en el Ejército Rojo.
A comienzos del siglo XX aparecieron los movimientos sufragistas y feministas que pedían la igualdad entre hombres y mujeres. El cambio se fue dando lentamente y de forma gradual. En 1914 se declara la Primera Guerra Mundial, un hecho que, aunque fue uno de los más terribles de la humanidad, consiguió que las mujeres adquirieran derechos que antes no tenían, como trabajar en puestos a los que antes no podían optar y, por supuesto, el derecho a voto. A pesar de todo, la vida militar seguía estando cerrada para ellas, a no ser que se alistaran como enfermeras, pero tenían prohibido alistarse como soldados. Durante el final de la guerra esto fue cambiando, no en los países occidentales, sino en la lejana Rusia.
La mujer en el ejército ruso 1914-1917
Parece extraño que en un país donde existía un imperio gobernado por un emperador autocrático, y donde la servidumbre se había eliminado a finales del siglo XIX, la mujer se iba a formar tan plenamente como en ningún otro lugar, por supuesto tras la caída de esta forma de gobierno, en la cual la figura femenina tuvo mucho que ver.
Según las fuentes, unas 6.000 mujeres lucharon en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial en el Frente Este. Claramente, y como en todo los países, Rusia no permitía que las mujeres se alistaran como combatientes a no ser que fuera en labores de retaguardia. Sin embargo, muchas de ellas disfrazadas pasaban por la oficina de reclutamiento y eran aceptadas. Hay que decir que los reclutadores hacían la vista gorda en muchas ocasiones. El objetivo de alistarse en el ejército era el combatir al lado de sus maridos, hermanos y padres que tantas penurias estaban pasando. Aunque «la soldado» era una figura ilegal, quedó demostrado que las mujeres podían aguantar como los hombres las duras condiciones del combate. Asimismo no solo hubo mujeres combatiendo en tierra, también hubo algunas que combatieron en el cielo a los mandos de un avión.
En febrero (marzo en el calendario gregoriano) de 1917, el pueblo ruso se levanta contra las autoridades, y el zarismo cae después de siglos de existencia. Una de las medidas más innovadoras del nuevo gobierno provisional respecto a lo militar fue que se aceptó a la mujer como combatiente de primera línea, pero en unidades separadas de los hombres. Estos destacamentos militares femeninos tuvieron un importante papel en las ofensivas de verano de 1917, pues la guerra continuaba, aunque la gran parte de la población quisiera el cese de las operaciones. En verano, el reputado y famoso general del ejército Alekséi Brusílov (famoso por su ofensiva en 1916) apoyó que se crearan «batallones de la muerte» integrados enteramente por mujeres. En muy poco tiempo, las mujeres tenían una gran importancia en el seno del ejército, y ese mismo verano, en agosto, en la ciudad de Petrogrado se celebró el primer Congreso Militar de la Mujer.
La Revolución Bolchevique y la URSS (1917-1924)
En 1917, los alemanes habían enviado en un tren blindado a líder comunista Vladímir Ilich Uliánov alias «Lenin» a Rusia, para que iniciara movimientos revolucionarios que obligaran al país a salir de la guerra. Con su llegada a Rusia, Lenin se puso manos a la obra, no por orden de los alemanes, sino porque desde hacía años él y su grupo habían estado planeando el gran momento que se avecinaba. En octubre (noviembre en el calendario gregoriano), los bolcheviques tomaron el Palacio de Invierno donde se encontraban los dirigentes del gobierno provisional. Kerensky no fue arrestado debido a que había salido de allí antes de los sucesos. Este hecho no inició la era bolchevique, sino que propició el inicio de una guerra civil que duraría hasta el comienzo de la década de 1920.
La mujer había tenido un papel fundamental en la caída del gobierno y posterior revolución bolchevique, pues miles de ellas se movilizaron y apoyaron las protestas contra las autoridades. Los Batallones de la Muerte fueron disueltos por el nuevo gobierno bolchevique, pues fueron considerados una medida excepcional, pero en el futuro esto se verá compensado. Es cierto que hubo mujeres que se resistieron y se unieron al denominado Ejército Blanco, pero fueron una minoría en comparación con las que apoyaron las ideas bolcheviques.
Tras la guerra civil y la creación de la URSS, la mujer obtuvo numerosos derechos que ni siquiera en los países demócratas occidentales tenían, tampoco en Estados Unidos. La nueva mujer soviética era más independiente que nunca. Se les daba igualdad salarial respecto a los hombres, educación en la escuelas (co-educación), aprobación del divorcio, podían exigir la manutención para sus hijos por parte del padre hasta los 18 años y finalmente el derecho al aborto en 1920. El derecho al aborto hay que cogerlo con pinzas, ya que los soviéticos nunca lo vieron como un derecho propio de la mujer, más bien de salud pública. Lenin entendió el problema de las mujeres y apoyó la causa feminista, posiblemente fue influenciado por las dos mujeres que estuvieron más cerca de él, Inessa Armand y Nadia Krúpskaia, esta última esposa del revolucionario soviético.
Los cambios en la ley tras la llegada de Stalin (1925-1941)
Stalin se convirtió tras la muerte de Lenin en el hombre fuerte y líder de la URSS. En este artículo no expondremos las características económicas, militares y de otros ámbitos que se dieron en su régimen y nos centraremos solamente en las medidas que se tomaron respecto a la mujer soviética.
El régimen de Stalin fue, en cuanto a derechos de la mujer se refiere, más restrictivo que en la etapa anterior, es decir, hubo una pequeña involución que se agravó con la entrada en la Segunda Guerra Mundial. Stalin, a diferencia de Lenin, no estuvo tan influenciado por figuras femeninas. A pesar de todos los derechos perdidos, no fueron eliminados del todo, más bien fueron reestructurados. Por ejemplo, se fue limitando las escuelas de co-educación , aunque en 1943 se volvió a introducir, pero este tipo de educación nunca rebasó el 2% de todas las escuelas existentes en la URSS. El divorcio también fue restringido en el decreto del 27 de junio de 1936, pues la URSS se había convertido en el país con mayor número de separaciones. Las restricciones se basaron en el pago de una tasa estatal entre ambos individuos (300 rublos) y por supuesto la presencia de las dos partes en la firma del divorcio.
Uno de los hechos importantes fue la disolución de llamado Zhenotdel en 1930 por orden de Stalin, es decir, el departamento de mujeres del Partido Comunista que se había fundado en 1919. Sin embargo esto no es del todo cierto, pues los Zhenotdel de ámbito local siguieron existiendo en las pa11rtes más orientales, donde la lucha feminista era realmente difícil. Las mujeres que habían quedado sin estas organizaciones fueron incorporadas dentro del partido central, aunque tenían menos poder. Lázar Kaganovich dijo respecto a esto «ya es hora de promover a la mujer no como una mujer sino como un trabajador de pleno derecho, crecido, desarrollado».
Uno de los derechos que también se perdió en parte fue el del aborto que antes mencionábamos. El aborto quedó restringido en la sociedad rusa, pero hasta 1940 el número de abortos no dejó de aumentar. A partir de 1941, con el inicio de las operaciones contra los alemanes en la Segunda Guerra Mundial o la «Gran Guerra Patria» como se conoció en la URSS, el aborto estuvo aún más reducido, ya que se necesitaba tener una natalidad alta para recuperar la población. En 1955, tras la muerte de Stalin, el aborto y otros derechos restringidos fueron de nuevo reinstaurados.
En 1941, como hemos nombrado anteriormente, los alemanes atacaron Rusia en la llamada Operación Barbarroja. Los soviéticos se movilizaron, y la larga guerra que sería la Segunda Guerra Mundial comenzó en el Este. Para el esfuerzo que iba a requerir, el estado soviético debió recurrir al sector femenino para sostener la producción industrial. El papel de la mujer en este conflicto fue fundamental, y este esfuerzo de guerra no se puede entender sin el trabajo que realizó este colectivo, algunas incluso trabajando en varios oficios y en varios turnos al día.
La mujer y la Gran Guerra Patria (1941-1945)
A parte de ser una trabajadora excelente, la mujer iba a dar mucho más al esfuerzo bélico durante la Segunda Guerra Mundial. Según los últimos estudios, se especula que entre 800.000 y 1.000.000 de mujeres (80.000 de ellas oficiales) participaron activamente en las operaciones llevadas en la última gran guerra. El cine y muchos medios de comunicación nos dieron a conocer a las letales y famosas francotiradoras, los libros nos dieron a conocer a las piloto, las llamadas «brujas de la noche», pero hubo mujeres también luchando como infantería, artillería, marina y medios acorazados.
Brujas de la Noche, mujeres piloto soviéticas
Ya en la Primera Guerra Mundial y disfrazadas, las mujeres podían llegar a entrar en las fuerzas aéreas y el ejército, pero durante este nuevo conflicto pudieron entrar de forma legítima a las unidades. Es cierto que en un principio no se permitía a la mujer participar en la guerra, y aún menos pilotando un avión de varios miles de rublos, pero se le atribuye a Marina Raskova el haber convencido a los dirigentes soviético de crear regimientos independientes compuestos solo por mujeres. Estos regimientos de las fuerzas aéreas tenían por supuesto un equipo de mantenimiento, que también estaba formado por mujeres. Los regimientos eran tres, 586º, 587º y 588º. En 1942 y entre las tres unidades habían realizado entre 25.000 y 30.000 misiones, muchas de ellas nocturnas.
El regimiento que más destacó durante la guerra fue el 588º, conocido como «Brujas de la Noche» por las tropas alemanas. Este regimiento realizaba ataques nocturnos sobre las posiciones enemigas, no dejaban de acosar a las unidades alemanas, que según parece, llegaron a recompensar con una cruz de hierro aquel que derribara una aeronave de esta unidad. Las llamadas Brujas de la Noche pilotaban los PO-2, aviones lentos y obsoletos, pero que en plena noche hacían un ruido mínimo por el que podían acercarse al enemigo y dejar caer bombas de poco peso, que igualmente hacían mucho daño.
No olvidamos a los regimientos 586º y 587º. El primero estuvo destinado en Stalingrado y fue el primero en entrar en acción. En esta unidad estuvo destinada la famosa Lydia Litvak, la que se ganó el apodo de «La Rosa Blanca de Stalingrado». El 587º estaba comandado por la propia Marina Raskova y tenía la importante función de entrenar y llevar a cabo el programa de preparación para las pilotos. Fueron un ejemplo para todos los pilotos y para otros países, por ejemplo, en Estados Unidos no se permitió a las mujeres entrar en las fuerzas aéreas hasta 1993.
Las francotiradoras, silenciosas y letales
El cine, las fotografías y también los videojuegos nos han dado a conocer este famoso rol que tenían varios miles de mujeres en la URSS durante la Segunda Guerra Mundial. Las francotiradoras han llamado la atención de muchos apasionados de la historia militar, por ser la mezcla entre lo bello y lo letal. Pero es que realmente fueron una unidad muy eficiente, a parte de tener la «cara bonita», tuvieron a sus espalda una lista de miles de bajas entre las filas alemanas. El nacimiento de esta unidad fue el 21 de mayo de 1943, cuando se creó la «Escuela Central de Entrenamiento de mujeres francotiradoras». Cuando llegó 1945, dicha institución había entrenado a más de 1050 francotiradoras y 407 instructoras. Hay otros autores y fuentes que elevan esta cifra a unas 2.000 mujeres.
De las 2.000 mujeres entrenadas en esta escuela, solo 500 sobrevivieron al final del conflicto. La guerra en el frente fue muy dura, además las tropas alemanas tenían órdenes precisas de ejecutar de inmediato a cualquier francotirador que cayera en sus manos. Las mujeres tenían un problema añadido: las violaciones. Fueron normales durante toda la guerra, pero las francotiradoras antes de dejarse atrapar siempre reservaban en la recamara un cartucho para ellas mismas, eso les libraba de humillaciones y vejaciones por parte de las tropas alemanas.
La autora Samantha Vajskop, expone como los soldados alemanes también tenían motes para las francotiradoras como «amazonas carentes de feminidad» y «bestias bolcheviques» entre otros. La labor que realizaron fue increíble, y algunas de ellas tienen una larga lista de bajas entre los soldados de la Wehrmacht como Lyudmila Pavlichenko (309 muertes enemigas, incluyendo 36 francotiradores alemanes) y Morozova y Nina Alexetevna Lobkovskaya (también 309 muertes).
Unidades Terrestres: partisanas, regulares, tanquistas y servicio médico
Quizá de todas las unidades nombradas en el título las más conocidas sean las partisanas. Los partisanos fueron guerrilleros que se levantaron en armas en sus países ocupados por las tropas del Eje, eran unidades irregulares y tenían sus propias estructuras. Estos grupos guerrilleros abundaron en Europa del Este y en los Balcanes, además de en Francia e Italia. Las primeras mujeres que lucharon en la Segunda Guerra Mundial estaban integradas en estos grupos e hicieron una gran labor, como cualquier hombre. Realizaban sabotajes y emboscadas a las columnas de soldados que se dirigían al frente o a retaguardia. Los partisanos fueron un gran incordio para las tropas de ocupación de los diferentes países del Eje, por lo que no es de extrañar que se destinaran divisiones enteras a buscar y destruir estos movimientos guerrilleros.
Las unidades regulares del Ejército Rojo estaban integradas en su gran mayoría por hombres, pero las mujeres consiguieron también plaza y se formaron, como en otras ramas, unidades de fusileros integradas únicamente por mujeres. Es muy interesante destacar que, según fue avanzando el conflicto, estas unidades desaparecieron y se integraron en unidades mixtas, algo que daba a entender la igualdad entre hombres y mujeres. Respecto a las tanquistas, fueron muy minoritarias, pero lo que cuenta es que existieron tanques T-34 dirigidos y conducidos por mujeres exclusivamente.
Aunque parezca extraño, no todo en la guerra es pegar tiros y acabar con el enemigo. En la retaguardia y también en primera línea había un gran servicio médico para cuidar el gran número de heridos. Los datos nos dan la información de que en las unidades médicas, de los 700 médicos, el 42% eran mujeres. Además otro trabajo de no combatiente fue la de dirigir el tráfico en las ciudades ocupadas por el Ejército Rojo.
La artillería y los servicios antiaéreos, grandes desconocidos
Sin duda de todas la unidades en las que hubo componentes femeninos, la artillería y la defensa antiaérea son los más desconocidos. A pesar de todo, tuvieron una participación vital en dos lugares claves para resistencia soviética frente a la invasión alemana: Stalingrado y Leningrado. Ya habíamos dicho que en Stalingrado participó también el regimiento 586º de aviación compuesto totalmente por mujeres. Pero en tierra se encontraba el 1077º regimiento de defensa antiaérea que estaba formado por jóvenes.
En agosto de 1942, el avance alemán hacia la ciudad del Volga era imparable, y se le dio la orden a la 16ª División Panzer de destruir la famosa fábrica de tractores que se había reconvertido para construir los famosos tanques T-34. Los soviéticos no estaban preparados para soportar tal ofensiva, y el 1077º regimiento tampoco lo estaba, pero valientemente las operarias de las baterías las utilizaron como cañones antitanques. Los cañones disponibles eran los M1939 (61-K) de 37 mm, basados en el cañón sueco Bofors de 40 mm. En 1942, los alemanes tenían aún tanques que no tenían un blindaje para soportar los disparos de este calibre. Tras dos días de ofensiva, el saldo fue la derrota del 1077º regimiento, pero habían destruido 83 tanques.
Por último, en Leningrado, las unidades de artillería estaban formadas casi exclusivamente por mujeres debido a que el personal masculino había sido llamado a filas al comienzo de la guerra. En algunos casos el personal femenino fue el 80% de la unidad.
El final de la guerra y conclusión
Después de la guerra, muchas de las mujeres que habían participado en los combates tenían el titulo de «Heroína de la Unión Soviética», una de las mayores distinciones que se podía tener en la antigua URSS. La mujer tuvo un papel muy importante y fundamental para derrotar a los enemigos de la «Madre Rusia», pues tanto en las fábricas como en la línea del frente, fueron un ejemplo para todos los ciudadanos, camaradas y soldados. Aunque la guerra terminó, la fuerza de trabajo de la mujer no disminuyó, y en 1950 representaba el 47% de la misma. El sector femenino quedó definitivamente introducido en el sector laboral y no hubo vuelta atrás.
Lamentablemente durante bastantes años y debido a la posterior Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS, el papel de la mujer fue disminuido debido a la diversa propaganda anticomunista y también la visión patriarcal de los historiadores del momento. Pero gracias a las nuevas publicaciones e investigaciones realizadas, poco a poco se están sacando al publico las historias de las mujeres que ayudaron a derrotar al «fascismo» en Europa entre 1941-1945.
BIBLIOGRAFÍA
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VAJSKOP, Samantha: «Elena’s War: Russian Women in Combat«, Ashbrook Statesmanship Thesis. Recipient of the 2008 Charles E. Parton Award.
Páginas Web:
https://cubatalla.wordpress.com/2015/01/21/mujeres-mitos-y-sus-resistencias/
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http://mundosgm.com/militares/las-mujeres-en-el-ejercito-sovietico/