Visión general

En 1815 acabó la época napoleónica tras la derrota de éste en la Batalla de Waterloo. Aunque se abría una nueva etapa política, militarmente no se podía decir lo mismo. En la primera mitad del siglo XIX y desde mediados del siglo XVIII, el arma predilecta de la infantería era el mosquete. Esta arma había evolucionado desde el siglo XVI, siendo en 1800 un arma larga y menos pesada, que ya no necesitaba una horquilla como antaño. Además de la mejora física, también se había mejorado su fabricación y su mecanismo de disparo, que ahora era de «pedernal».  A partir de la década de 1820 va comenzar una nueva evolución progresiva, que aunque al principio será lenta, tiempo más tarde, durante el siglo XX, alcanzará una velocidad vertiginosa.

Grafico sobre el funcionamiento del sistema de disparo por pedernal.
Gráfico sobre el funcionamiento del sistema de disparo por pedernal o «de chispa».

Del ánima lisa a la estriada

El ánima es el interior de las armas de fuego y puede ser lisa o rayada (ésta última de varias formas). Las armas de ánima lisa predominaban tras la época napoleónica, pero en la década de 1850 ésto comenzó a cambiar radicalmente. Los rifles de ánima rayada o estriada existían desde hacia tiempo, pero eran muy poco comunes. En un cañón de ánima lisa, el proyectil rebota dentro y sale propulsado de forma imprecisa, por lo que perdía su efectividad a unos 150 metros. En cambio, un proyectil que fuera disparado desde un cañón estriado salía propulsado con un giro centrifugo que permitía una buena precisión a distancias bastante mayores. En la década de 1850 y gracias a la brochadora, se podía estriar el interior del cañón. Cuando esta técnica se comenzó a mejorar y a generalizar, los ejércitos ganaron efectividad y alcance.

Brochadora para estriar cañones.
Brochadora para estriar cañones.

Del sistema de pedernal al sistema de percusión

El sistema de chispa o de pedernal (visible en la primera fotografía) se había impuesto durante el siglo XVIII. A mediados del siglo XIX se instauró un nuevo modo para provocar el disparo del mosquete, el método de percusión. Este método nuevo tenía muchas ventajas respecto al anterior, la primera ventaja es que era un sistema mucho más fiable, debido a que el encendido de la pólvora se realizaba dentro del cañón y no fuera con la ayuda de una cazoleta como ocurría con el sistema de chispa. Al ser una combustión interna, el proyectil salía con más velocidad y por lo tanto más alcance. La chispa era realizada gracias al martilleo del percutor contra un pistón o cebo. Este tipo de rifles junto al estriado se generalizaran entre la década de 1850-1860.

Gráfico que representa el funcionamiento del sistema de percusión.
Gráfico que representa el funcionamiento del sistema de percusión.

De la munición esférica a la munición Minié

Desde la aparición de las armas de fuego, los proyectiles eran esféricos, en  1848 unos generales franceses crearon la bala Minié, de forma cónica. Este nuevo proyectil era más mortífero que su antecesor, ya que cuando penetraba en la carne su trayectoria no se desviaba con los huesos, normalmente los atravesaba y los partía. La primera vez que se utilizó este tipo de munición fue en la Guerra de Crimea (1853-56) donde los soldados rusos comprobaron su efectividad en su cuerpo. Las heridas que producía la bala Minié eran difíciles de tratar en la  época, por lo que casi siempre se acababa amputando el miembro afectado. Durante la Guerra de Secesión estadounidense (1861-65), su uso ya estaba generalizado.

Un complemento a esta nueva munición (aunque ya existían antes) serán los cartuchos de papel que se fabriquen ahora. Estos cartuchos permiten una recarga más rápida del arma, no hay que olvidar que con este tipo de armas la cadencia de disparo era de 3-4 por minuto, si el soldado estaba bien instruido.

Munición Minié. Gracias a su forma se adaptaba perfectamente al estriado y además al introducirse en la boca del cañón lo limpiaba de restos.
Munición Minié. Gracias a su forma se adaptaba perfectamente al estriado y además al introducirse en la boca del cañón lo limpiaba de restos.

De los mosquetes de avancarga a los fusiles de retrocarga

Al igual que la munición esférica, desde la aparición de las armas de fuego, la recarga de estas ha sido de avancarga, es decir se recargaban introduciendo el proyectil por la boca del cañón. A mediados y finales del siglo XIX comenzaron a parecer diferentes modelos y sistemas de retrocarga. Principalmente hay dos sistemas de retrocarga, de palanca y de cerrojo. Estos dos sistemas permitían una gran cadencia de fuego que dejaba a los fusiles de avancarga en clara inferioridad. Con un fusil de avancarga el soldado debía estar de pie para recargarlo, con un fusil de retrocarga, el soldado podía recargar mientras se echaba cuerpo a tierra.

En el sistema de palanca vamos a tener los famosos Winchester que conquistaron el oeste norteamericano. En los modelos de cerrojo vamos a tener el fusil prusiano Dreyse que aunque no tenía cargador para nada más que un cartucho, era fácil de fabricar y tenía un mecanismo sencillo. Sin duda la aparición de estos nuevos modelos abrió una nueva etapa en la historia militar.

Fusil Henry de 1860. Gracias a su deposito tubular, el tirador podía hacer 16 disparos antes de volver a recargar.
Fusil Henry de 1860. Gracias a su deposito tubular, el tirador podía hacer 16 disparos antes de volver a recargar.

 

El siglo XX: una nueva perspectiva

La llegada del siglo XX fue la llegada de la plena industrialización, que no se dudó en aplicarse a las técnicas militares. La producción en masa y la mecanización fueron imprescindibles para el esfuerzo bélico en este nuevo siglo que comenzaba. Desde 1871, tras la Guerra Franco-Prusiana (1870-71), las armas de retrocarga se habían impuesto finalmente como equipo principal del infante. Desde esta fecha hasta el año 1900 se habían creado nuevos modelos de fusiles y munición.

La munición metálica

A finales del siglo XIX se generalizó la munición metálica. Aquel cartucho de papel evolucionó a un cartucho revestido de una chaqueta metálica. Las balas de plomo también comenzaron a revestirse de algún tipo de aleación para que ésta no se deformara con la velocidad de salida. La munición metálica permitía una gran efectividad y además no dejaba grandes restos en el cañón del arma. Una evolución paralela a esta fue la mejora  de la pólvora, que culminó con la aparición de la pólvora sin humo. Sin duda el cartucho característico de esta etapa final del siglo XIX fue el cartucho Lebel diseñado en 1886.

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Munición de 8mm Lebel. Utilizaba pólvora sin humo.

Nuevos modelos de fusiles de cerrojo

Entre 1886 y 1900 aparecieron los fusiles que harían famosos por participar en las dos guerras mundiales. Estos fusiles de cerrojo se caracterizan por utilizar munición metálica y por disponer de cargadores internos (verticales o tubulares) que permiten disparar de 5 a 10 cartuchos hasta que se tiene que volver a recargar. Los modelos principales son el Lebel francés M1886, el Lee-Enfield británico, el Mauser M1888 y M1898 alemán, el Mosin-Nagant M1891 ruso o el Carcano M1891 italiano. Haré especial énfasis en el modelo Lee-Enfield británico que tendrá a lo largo de su historia bastantes variantes y que sin duda destaca por la rapidez con la que se hacen los disparos. Durante la 1ª Guerra Mundial, en la Batalla de Mons (1914), los ingleses abatieron oleada tras oleada alemana con fuego preciso de este fusil.

Fusil británico Lee-Enfield Nº 1 Mk. III
Fusil británico Lee-Enfield Nº 1 Mk. III

Aunque el arma del infante había evolucionado muy rápidamente en los últimos cincuenta años, las tácticas no habían cambiado, lo que producirá verdaderas masacres al comienzo de la Gran Guerra, aunque esto es otra historia.

Del sistema de cerrojo al funcionamiento semiautomático

Aunque el sistema de gases que permitía crear un fusil semiautomático ya se había inventado de diversas formas a principios del siglo XX, no será hasta la 2ª Guerra Mundial (1939-1945) cuando este tipo de armas se generalice. Los fusiles semiautomáticos funcionan principalmente mediante la reutilización del gas procedente del disparo. Sin duda el fusil que caracteriza este método es el M1 Garand norteamericano, usado profusamente por las tropas estadounidenses durante la última conflagración mundial y en la inmediata posguerra. Tras 1945, muchos ejércitos del mundo adoptaron este tipo de armas como paso intermedio hacia los fusiles de asalto que también aparecieron a mediados de la década de 1940.

M1-Garand-Rifle
Fusil semiautomático M1 Garand norteamericano con sus famosos peines de 8 cartuchos.

Este tipo de fusil permitía una recarga más rápida, debido a que normalmente usaban cargadores externos de 8 o 10 disparos sino más. A pesar de todo, este sistema no sustituyó nunca al sistema de cerrojo pues ambos sistemas convivieron mucho tiempo.

La aparición de los fusiles de asalto

Durante la 2ª Guerra Mundial, la concepción del fusil de asalto por fin surgió con nuevos aires. Esta idea había aparecido ya a principios del siglo XX, cuando se mezcló un fusil automático con munición intermedia entre pistola y fusil, pero no tuvo mucho éxito. Los alemanes con una tecnología más avanzada ya en la década de 1940 produjeron varios fusiles de asalto que se denominaron MP43, MP44 y Sgt-44 (los tres modelos son muy parecidos). El fusil de asalto permitía al soldado combatir a una distancia intermedia de 400-500 metros y disponía de fuego preciso y automático. Sin duda este tipo de armas era muy completa y no es de extrañar que tras la guerra todos los países comenzaran sus propias pruebas para sacar un modelo nacional. No podemos dejar de nombrar al famoso Ak-47 ruso, el arma más producida de la historia.

La Guerra de Vietnam (1959-1975) fue el inicio de la era del fusil de asalto. En aquel conflicto apareció el famoso M-16 estadounidense que con su calibre 5,56mm era un arma magnifica, aunque es cierto que en las zonas selváticas daba muchos problemas debido a los atascos.  También durante la década de 1960 en España apareció otro fusil de asalto muy famoso, el CETME que produjo numerosas versiones hasta el año 2000 cuando fue reemplazado por modelos alemanes. Sin duda la aparición de este tipo de armas, al igual que el fusil de cerrojo a finales del siglo XIX fue un cambio para la historia militar.

Soldado alemán equipado con un fusil de asalto Sgt-44
Soldado alemán equipado con un fusil de asalto Sgt-44
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Mikhail Kalashnikov con su famoso Ak-47.

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