La Historia suele olvidarse de muchas reinas, como Hatshepsut o emperatrices, como Wu Zetian, y más aún de pequeñas y breves regentes. Hoy dedicaremos este artículo a Juliane de Schaumburg-Lippe, una mujer de la Ilustración, una regente poco convencional.

Introducción

Schaumburg-Lippe era un pequeño Estado el Sacro Imperio Romano-Germánico. Tras la Guerra de los Treinta Años, la Paz de Westfalia de 1648 creó el condado de Schaumburg-Lippe en torno a la ciudad de Bückeburg, su capital, quedando atrapado entre sus enormes vecinos: el condado de Brunswick-Luneburgo (posteriormente Reino de Hannover) y el landgraviato de Hesse-Kassel.

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Extensión del condado de Schaumburg-Lippe. De Bückeburg, la capital, a Hagenburg hay unos 30 Km.

Durante los siguientes cien años, el condado de Schaumburg-Lippe sobrevivió con grandes dificultades a los problemas internos y externos. Con un ejército que nunca sobrepasó los 1000 soldados (aunque respecto a su tamaño y población era una cifra importante), tuvo que hacer frente a varios intentos de invasión de sus ambiciosos vecinos. Internamente, una grave crisis económica provocó el descontento entre los campesinos y las divisiones sucesorias crearon conflictos familiares que se solucionarían de una vez por todas con la llegada de nuestra protagonista al poder.

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Situación de Schaumburg-Lippe en el Imperio Alemán en 1871.

Juliane de Hessen-Philippsthal nació en 1761 en el pequeño condado de Hesse-Philippsthal, parte del landgraviato de Hesse-Kassel, miembro de una rama menor de la familia reinante. Su padre, un reconocido militar, sirvió en Holanda, lo que hizo que la joven dama se educara en un ambiente internacional. Aprendió francés, idioma principal de la época, italiano, inglés y latín, además de, obviamente, alemán como lengua materna. De personalidad inquieta, Juliane demostró desde niña ser curiosa y muy capaz, dispuesta siempre al aprendizaje de nuevas cosas.

Llegada al poder

Con 19 años de edad, en 1780, Juliane se casó con el conde Phillip II Ernst de Schaumburg-Lippe. El anciano conde, pues contaba con 57 años en el momento de la boda,  necesitaba una descendencia legítima para salvar el pequeño territorio de sus ansiosos vecinos. Felipe Ernesto había tenido tres hijos y una hija con su primer matrimonio. Sin embargo, su mujer y sus cuatro vástagos murieron antes que él. Su mujer, Ernestine Albertine, lo hizo el 25 de noviembre de 1769, tras ver morir a tres de sus cuatros hijos.

Karl Wilhelm Friedrich, el segundo hijo, fue el último en morir. El Príncipe heredero enfermó a comienzos de 1780 mientras estudiaba en la Universidad de Göttingen. Su enfermedad se complicó rápidamente y para mayo tosía sangre. Felipe sabía que su hijo y heredero iba a morir, por lo que comenzó a buscar una nueva esposa, y la encontró en la figura de Juliane. El compromiso entrambos se anunció el 3 de septiembre de 1780. Cuatro días después, el día 7, moría Carlos. La boda entre Felipe y Juliane tuvo lugar el 10 de octubre.

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Felipe II, conde Schaumburg-Lippe (1777-1787)

Felipe, consciente de su urgencia, dejó embarazada a Juliane de manera casi inmediata, pues dio a luz a una niña al año siguiente, en 1781, aunque fallecería al año de edad. Otra niña nació en 1783. Sin embargo eso no aseguraba de ninguna manera la sucesión del condado. Sería el 20 de diciembre de 1784 cuando Juliane diera a luz a Georg Wilhelm, el heredero de Schaumburg-Lippe que Felipe estaba esperando.

El 13 de febrero de 1787 fallecía el conde Felipe, y dos días después, el 15, las tropas del landgraviato de Hesse-Kassel entraron en Schaumburg-Lippe y ocuparon el condado. Juliane cogió a sus tres hijos (una tercera niña nació en 1786), el tesoro real y algunos de los documentos más importantes y huyó a la vecina ciudad de Minden, por entonces parte del reino de Prusia. Cabe destacar que durante el trayecto, el pequeño Georg viajó vestido de niña, para evitar que, si eran capturados, le identificaran o mataran de inmediato. Una vez a salvo en Minden, Juliane recibió las noticias que la guarnición de Wilhelmstein, al frente de la cual estaba el Comandante Rottmann, opuso resistencia a las tropas de Hesse, declarando que sólo capitularía por petición expresa de Juliane. Juliane escribió una carta Rottmann donde decía que ella jamás:

“eine Ordre zu ertheilen, deren Befolgung verbothen ist”

“emitiría una orden, cuyo cumplimiento está prohibido”.

Rottmann resistió en Wilhelmstein mientras Juliane pidió la ayuda de Prusia y Hannover, ayuda que logró el 2 de abril. Prusia y Hannover enviaron una carta a Hesse-Kassel donde expresaban su oposición a la “ocupación ilegal” del condado de Schaumburg-Lippe, y amenazaban con una intervención militar si no se retiraban. Dos semanas después, el día 18, las tropas de Hesse-Kassel se retiraban y Juliane y sus hijos volvieron a Bückeburg. Allí, Juliane fue nombrada regente junto al consejero Johann Ludwig von Wallmoden-Gimborn.

Regencia

El problema más grave al que Juliane tendría que hacer frente sería la fuerte crisis económica del pequeño condado, provocado por una enorme deuda. Schaumburg-Lippe adeudaba en el año 1787 un total de 470000 táleros, mientras que sus ingresos anuales rondaban los 20000 táleros. Felipe II subió los impuestos varias veces durante su reinado, en un intento desesperado de frenar la creciente deuda, pero no tuvo éxito y sufrió muchas protestas campesinas.

Sería Juliane quien lograra una solución, al menos temporal, al problema. Usó sus contactos en Holanda y su nombre para lograr acordar una reducción de los intereses y firmar un plan de pagos a treinta años. Paralelamente, comenzó a reducir los gastos. El ejército fue casi eliminado (pasó de 1000 a 50 soldados), el personal de palacio reducido al mínimo y los gastos de fiestas y banquetes anulados. Además, buscó fuentes de ingresos adicionales. Vendió los ocho cañones de oro que Portugal regaló a Schaumburg-Lippe como agradecimiento a su participación en la Guerra de los Treinta Años o instaló camas plegables en los edificios condales vacíos para alquilarlos como pensión. Para el año 1806 la deuda de Schaumburg-Lippe se había reducido a la mitad y Schaumburg-Lippe cumplía escrupulosamente el plan de pagos que Juliane había firmado.

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Palacio de Bückeburg, residencia de los condes de Schaumburg-Lippe

En cuanto a su gobierno, Juliane implementó varias medidas de carácter ilustrado. Agilizó la Justicia, lo que trajo consigo también una reducción de los costes. Redujo el servicio militar obligatorio de 10 a 6 años, logrando calmar, parcialmente los ánimos de muchos campesinos. Y es que en 1793 los campesinos de Schaumburg-Lippe se rebelaron contra los (todavía) altos impuestos.

Unos 600 campesinos pusieron en jaque al reducido ejército de 50 hombres del condado, por lo que Juliane se vio forzada a pedir ayuda a Hannover y Prusia para lograr frenar la revuelta. Es lo que se conoce como “Kuckshäger Krieg”. Sin embargo, la ayuda de Hannover y Prusia no fue desinteresada. Ambos reinos tenían miedo de los recientes acontecimientos sucedidos en Francia, y temían que una revolución así se extendiera por sus dominios. Por ello, aun cuando la revuelta tuvo lugar en un pequeño Estado, se apresuraron a sofocarla y mantener la estabilidad.

Socialmente, Juliane también demostró ser una mujer muy tolerante, especialmente con los judíos. Schaumburg-Lippe se convirtió en un refugio para los seguidores de la fe de Abraham, estableciendo colonias con pequeñas propiedades territoriales. La única condición que Juliane puso al establecimiento de colonos judíos en su condado sería que los hijos de éstos realizaran una “contribución a la sociedad”, aprendiendo oficios artesanos que significaran una reactivación económica del Estado. Aunque Schaumburg-Lippe era un condado protestante, Juliane permitió una amplia libertad de culto:

“Juden und Christen, Lutheraner und Katholiken hatten in meinen Augen gleich Ansprüche auf Achtung und Liebe“

“Judíos y cristianos, luteranos y católicos tienen en mis ojos el mismo derecho a la atención y el amor”

Otro de los aspectos destacados de la regencia de Juliane fue su preocupación por la educación y la cultura, especialmente entre los más pequeños.

Era costumbre que en los cumpleaños de sus hijos Juliane invitara a los niños a un baile en palacio. La regente consideraba que no debía celebrar los cumpleaños a costa del pueblo con grandes banquetes para nobles y aristócratas, sino con el pueblo. También organizaba anualmente bailes de máscaras, donde la regente podía participar sin ser reconocida. De hecho, muchos de sus contemporáneos la apodaban como la “reina de la noche”.

Pero no sólo era la “reina de la noche”. También se interesó por el teatro y la música, especialmente el piano, llegando a contar con los servicios de Johann Christoph Friedrich Bach, hijo de Johann Sebastian Bach, como pianista y director de orquesta; y con Franz Christoph Neubauer como virtuoso violinista. Ambos enseñaron a los pequeños hijos de Juliane a tocar varios instrumentos. Varios arquitectos y escultores también fueron contratados para embellecer la ciudad de Bückeburg. El jardín inglés que rodea el palacio condal es el mejor ejemplo, abierto a la población para su disfrute.

En cuanto a la educación, Juliane consideraba la creación de escuelas como la más importante inversión que debía realizar. Se construyeron nuevas escuelas, se aumentó el salario de los profesores y se creó un seminario de formación de profesores. Esto atrajo a docentes de toda Alemania al pequeño condado, que aumentó su tasa de alfabetización enormemente. Además, un sistema educativo reformado convirtió a Bückeburg en referencia educacional en su entorno hasta bien entrado el s. XX.

Sus hijos, sin embargo, fueron educados lejos de Bückeburg. Juliane tenía especial preocupación porque Georg, el Príncipe heredero, enfermara y muriera, por lo que fue educado en Lausana, donde contaba con atención pedagógica y médica constante. Solamente en verano, cuando el riesgo de enfermar era menor, el pequeño Georg volvía a Bückeburg con su madre. Georg recibió formación militar por parte del comandante Niehausen y educación en Filantropía y Ciencias Naturales por parte de Christian Salzmann. La preocupación de Juliane por la correcta educación de su hijo y futuro conde de Schaumburg-Lippe resultó ser muy acertada, convirtiendo al joven en uno de los mejores gobernantes del pequeño Estado.

Pero Juliane también tenía puntos oscuros o, al menos, no tan brillantes. Aunque disfrutó durante 7 años de un feliz matrimonio con Felipe Ernesto, Juliane quedó viuda a la edad de 27 años, por lo que sus affaires amorosos eran comunes. Clemens August von Kaas, un teniente del ejército del obispado de Münster se convirtió en el amante de la regente. Juliane logró convencer a von Kaas para convertirse en su consejero y su aventura amorosa se convirtió en un secreto a voces en el condado.

De hecho, Juliane tuvo, al menos, tres hijos con von Kaas. Ya que eran bastardos, Juliane dio a luz en París, una niña en 1788 y dos niños, uno en 1790 y otro en 1791. La niña murió al año de edad, pero ambos varones fueron dados en adopción a una familia sin hijos, bajo el pretexto de ser sus tíos, encargados de su educación al fallecer sus padres. Sin embargo, Juliane se encargaría de que no les faltara de nada. Uno de los hijos, Clemens Antoine von Althaus se convirtió en general y participó en la guerra de independencia del Perú, bajo las órdenes de José de San Martín.

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Retrato de Juliane de Schaumburg-Lippe, año 1780

Legado

Juliane murió el 9 de noviembre de 1799 con 38 años de edad debido a una infección pulmonar. A su muerte, y con tan sólo 15 años de edad, Georg fue nombrado conde Schaumburg-Lippe. El hijo de nuestra protagonista se convirtió en duque en 1807, aprobó una Constitución en 1816 y en 1854 se adhirió a la unión aduanera encabezada por Prusia, además de sobrevivir a las invasiones napoleónicas. Su largo gobierno, un total de 73 años (13 de regencia y 60 en solitario) trajeron a Schaumburg-Lippe su período de mayor esplendor y estabilidad gracias a las bases sentadas por su madre.

Juliane zu Schaumburg-Lippe es recordada como una mujer cercana al pueblo, que rompió las viejas barreras aristocráticas e insufló nuevos aires en el palacio de Bückeburg. Un baile de máscaras se celebra aún hoy cada 20 de diciembre en el palacio de Bückeburg en recuerdo a ella. Como reza su epitafio:

“Sie wollte das Gute”

“Ella quería lo mejor”

Bibliografía y agradecimientos

Quiero dar mis más sinceros agradecimientos al Director del Archivo de Bückeburg, el Dr. Steffan Brüdermann, por permitirme conocer el personaje de Juliane y poder acceder a documentos y cartas privadas de la regente, así como su interés por este artículo.

Carl-Hans HAUPTMEYER. Souveranität, Partizipation und absolutistischer Kleinstaat. Die Graftschaft Schaumburg-Lippe. 1980. Hildesheim (ALE).

Karl Gottlieb HORSTIG. Juliane: ein biographisches Fragment. 1865. Gotha (ALE).

NIEDERSÄCHSISCHES LANDESARCHIV, Standort Bückeburg. F 1 A XXXV y siguientes (correspondencia privada de Juliane).

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