¿Por qué nos tiene que importar la Doncella de Orleans?
Pocas personas aficionadas o no a la historia no han oído hablar de la Doncella de Orleans. Es un personaje sui generis de la Edad Media, etapa que está siendo redescubierta pese al maltrato de la historiografía del pasado. Una época en la que una mujer de dieciocho años llega a la corte del rey de Francia, pide un ejército para tomar una plaza teóricamente inexpugnable. Y, para sorpresa de todos los consigue. Una mujer que sabe fascinar desde al clérigo más piadoso hasta al más corrupto de los nobles como Gilles de Rais.
Además es uno de los emblemas principales del archiconocido nacionalismo francés. En ningún momento demuestra servilismo hacia nadie, como si la gran mayoría de nobles, ni traiciona sus ideales. Ella lucha por y para Francia y Dios. El hecho de la conceptualización de una idea de patria le valdría muy buena prensa histórica en el romanticismo. Prueba de ello es el emocionante capítulo introductorio que le dedica Jules Michelet, historiador esencial para Francia y romántico por excelencia. Amén de que se le considera patrona de Francia, pues fue su salvadora, y no hace falta un gran esfuerzo pensar en que hubiese sido del mundo sin lo que Francia le ha dado. Voltaire, Moliere, Napoleón, personajes sin los que el mundo sería un lugar muy distinto, probablemente peor. Dicho esto, podemos asegurar así que Juana de Arco es uno de los personajes de la historia más influyentes.
Por no hablar del apasionante periodo en el que se encuadra su historia. Una época de cambio donde fuerzas luchan por ocupar el vacío que hay tras los tiempos de la peste negra. La nobleza tiene derrotas importantes y ve como su mundo peligra por el aumento de poder de la Iglesia y la aparición de una burguesía que controlaría el dinero. Y además los campesinos iniciaban las revueltas contra sus señores, hartos de cargas impositivas indignas en la condición de todo ser humano.
Sin embargo hemos de recordar que estamos en el germen de la modernidad. Una época donde se consolidará uno de los países más relevantes para la historia de la humanidad, Francia, donde desaparece paulatinamente la Edad Media para acabar dando paso al Renacimiento. El fin de una era. También he de reconocer que como aficionado al cine y a la literatura he vibrado con muchas obras. Quizá la que más me marcó fue Ingrid Bergman con su espectacular actuación en Juana de Arco, (Fleming). Creo que con películas y novelas históricas es como muchos empezamos en esta carrera. Así que me atrevo a decir que yo y muchos más de mis compañeros le debemos algo a Juana, el estar estudiando esta carrera.
La dulce Francia ahogada por la mano de la Pérfida Albión
En la época en la que vive Juana de Arco, se está desarrollando la Guerra de los Cien Años, que entre 1337 y 1453 sostuvieron los reyes de Francia e Inglaterra. En realidad no fue un estado de guerra continuo, sino que hubo largas treguas salpicadas de pequeños conflictos en un marco de carácter feudal. Se vieron involucrados otros estados del momento, como Borgoña y Castilla en algunas etapas. Es fundamental conocer este conflicto, puesto que durante su desarrollo se produjo el ascenso del estado de la Edad Moderna donde el monarca gana poder en detrimento de la nobleza.
La principal causa del conflicto fueron los problemas en la relación feudal entre el rey de Francia con el duque de Normandía y Aquitania, que era su vasallo y a la vez el rey de Inglaterra. Además, ese orden feudal estaba siendo sustituido poco a poco por un crecimiento del sentimiento nacionalista. Felipe IV, como rey de Francia, confiscó a Inglaterra el ducado de Aquitania, lo que hizo estallar la guerra de manera oficial. A partir de ahí, podemos hacer varios períodos: Está una primera etapa de victorias inglesas (1337-1360) en Crécy (1346) y Poitiers (1356). Inglaterra conquista Calais al norte de Francia. Eduardo el “príncipe negro” tiene importantes victorias, y Juan II de Francia es aprisionado en Poitiers. Se firma el tratado de Brétigny en 1360, por el cual Francia cede Aquitania, pero a cambio Eduardo renuncia a la corona francesa.Vendrá después una paz relativa (1360-1396); se redujeron las hostilidades abiertas, y el escenario se traslada a la Península Ibérica por la sucesión al trono de Castilla tras la muerte de Enrique IV. Francia recupera las partes cedidas a los ingleses, y se reabren las hostilidades. El Cisma de Occidente (1378) y la política interna, hace que se desgasten y firmen un nuevo pacto por el que casaron a Ricardo II de Inglaterra con una hija del rey de Francia. Entre 1396 y 1422, el apoyo de los franceses a los escoceses empeoró las relaciones con Inglaterra. Como consecuencia Inglaterra firmó el Tratado de Bourges (1412), consiguiendo un aliado contra Francia. Inglaterra consiguió importantes victorias en Azincourt (1415) y Harfleur (1416). La guerra de asedios asoló Normandía. Inglaterra firma el Tratado de Troyes (1420) por el que Eduardo V pretende hacerse con la corona francesa con ayuda de los borgoñeses, pero la idea se vio truncada por su muerte, así como la de Carlos VI de Francia. Deja como heredero a Enrique VI que contaba tan sólo con un año. De esta manera la regencia es asumida por Juan, duque de Bedford. Entre 1422 y 1453, Juan pone en vigor el Tratado de Troyes. Se crea así una división entre partidarios ingleses y franceses. En un principio los ingleses tuvieron victorias en el Norte de Francia afianzando su poder, pero a partir de 1429 hace su aparición Juan de Arco, que consigue significativas victorias. La guerra cada año estaba más perdida para Francia, hasta que una muchacha cambió el curso de la historia. Hay que entrar después en un contexto más personal de Juana, alejándonos de la parte social y política y entrando en los paralelismos del personaje histórico con otros contemporáneos. Y en ese caso debemos analizar de forma externa las aptitudes y facetas de la Doncella de Orleans. Es mujer, predicadora y militar consagrada con muy importantes victorias. El delfín Carlos se coronó rey de Francia en Reims, y Enrique VI en París, lo que creo una doble monarquía y la consiguiente división interna. Juana es quemada en la hoguera, y se abre un período de victorias fundamentales para Francia, sobre todo en el momento en que Borgoña retira su apoyo a Inglaterra. Su victoria en Castillon en 1453 puso fin a la Guerra de los Cien Años.
Es importante insistir en cómo la Guerra de los Cien Años ha influido de manera determinante en el Estado Moderno. En Francia, la identidad como nación salió fortalecida, convirtiéndose en un reino que ya no tenía vasallos, sino súbditos. La maquinaria de la lucha se creó bajo auspicio de la monarquía, y en Inglaterra se aceleró la modernización de su sistema. En todo este sistema, Juana de Arco jugó un papel determinante.
El camino de la guerrera, la senda de la mística
Para una biografía tan singular como la de un personaje tan particular en la Edad Media seguiré el esquema del prestigioso autor Jules Michelet. Es el que mejor se adapta, a mi juicio, a una vida tan corta en años pero intensa en acontecimientos.
Los primeros años de una campesina peculiar
Juana era la hija de Jaime e Isabel, dos labriegos de la zona de la Lorena. Estas tierras eran más duras si cabe que el resto de Francia. El motivo es que estaban a dominio del rey de Francia de forma directa, y eran fronterizas. Es decir que realmente nadie se ocupaba de ellas, y los campesinos notaban especialmente las malas cosechas y las invasiones. En ningún momento aprende a escribir, ni siquiera cuida del campo o de otros animales. Su madre la tiene cerca de ella, y le enseña la religión de forma oral y prácticamente como un cuento. Además se caracteriza por su solidaridad y ayuda a los pobres como testifica un labriego, al que Juana había cuidado.
Sin embargo no nos debemos dejar engañar y pensar que su infancia fue idílica. La tierra de Lorena es donde los escoceses al servicio de Inglaterra hicieron enormes correrías. Su tierra otorga una vida dura y difícil al campesinado, y la guerra la hace muy precaria. De esa forma una mañana tiene una visión. Es llamada por el arcángel Miguel a liberar Francia, y darle esa tierra a su rey. Santa Catalina y Santa Margarita le ayudarían a convencer al señor de Baudricourt a que le presentasen ante el rey. Desobedeciendo a sus padre y con ayuda de su tío (su progenitor le amenazó con estrangularla si iba con la soldadesca) rechazó un matrimonio y marchó en su búsqueda.
En la vertiente más religiosa que acaricia el misticismo vemos que no era tan extraño. No era la única mujer de su época guerrera ni la única . Muchos ejemplos y testimonios de carismáticos líderes religiosos así lo indican. La explicación más aceptada es que habitualmente los personajes carismáticos de este tipo oratorio tienen más peso en momentos duros para la gente de a pie. En Paris el Hermano Ricardo sacude a la población francesa contra las autoridades inglesas hasta que estos le ejecutan. En Arras el carmelita bretón Conecta era escuchado por masas de quince mil a veinte mil hombres. Y es que en tiempos duros los oradores son escuchados como nunca, pues la gente necesita oír que hay esperanza.
Diremos además sobre la cuestión de las mujeres en el campo de batalla, que en los asedios no era tan extraño que combatiesen mujeres en la Edad Media. En una época donde todo brazo era muy apreciado para los asuntos bélicos, en una situación de emergencia poco o nada importaba el género. Solo si sabía empuñar un arma. Prueba de ello es cómo hace frente en 1414 Amiens al enemigo.
Concretamente el Príncipe de Parma sería detenido en el intento de tomar la plaza, sucediendo que el coraje de la mujer al lanzarse a por un caballero animó a los defensores. En las guerras de los husitas, las esforzadas mujeres de Bohemia combatían con fiereza inusitada. “Et amoient les femmes ainsi que diables , pleines de toutes cruautés , et en fuerent trouvees plusiers mortes et occises aux rencontres” [Y armaban a las mujeres como diablos y llenas de odio y crueldad, y varias fueron muertas y aniquiladas en los encuentros”]. Y teniendo en cuenta que Juana vivía en la Lorena de los Vosgos, peligroso lugar de tierra de nadie, pues no es extraño que supiese combatir.
Pero sería Juana la que los eclipsaría a todos.
Mejor una guerra cruel que una paz humillante
La curiosa historia se difundió como la pólvora entre el pueblo llano, sobre una chiquilla que iba a hablar con el señor de la región para decirle que la llevase a la corte. El gentilhombre se siente conmovido ante su insistencia, pese a los rechazos iniciales. Sin embargo es muy posible que fuese la presión popular de una gente que veía como su tierra era devastada y el ejército era incapaz de detenerlo. Los nobles perdían credibilidad y los campesinos necesitaban un milagro. Cabe destacar que en el transcurso de los acontecimientos el duque de Lorena pidió su consejo ante su enfermedad. Esta le respondió que había de reconciliarse con su esposa.
Escoltada por siete gendarmes (hombres de armas, derivado del “gent d armees”) atravesó la peligrosa región. Atendiendo al hermano Seguin en el Procés, sufre una celada en Chinon de la que escapa milagrosamente. Esto no hizo más que agrandar su aura de misticismo. Una derrota francesa cercana hizo que el rey tuviese que recibirla. La campesina en poco tiempo se había convertido en un fenómeno social, como lo eran los predicadores.
En la corte tanto la esposa de Carlos VII como la reina madre le apoyan, amén del duque de Alençon, que deseaba librar la guerra pronto, pues perdió sus dominios en las recientes derrotas francesas. Demostró un don para la dialéctica, pues todo el pueblo, incluso los recelosos burgueses, lloraba al conocerla. Ella afirmaba que había que atacar después de Pentecostés. Orleans necesitaba ayuda rápido, y los doctores de la iglesia no sabían decidirse. Finalmente unos monjes franciscanos la examinaron y comprobaron que era virgen. El demonio no podia influir en la pureza, se dijeron. Y así se le otorgó el ejército. Fue la propia Reina madre de Sicilia la que revisó el examen.
En los asedios no era tan extraño que combatiesen mujeres en la Edad Media. En una época donde todo brazo era muy apreciado para los asuntos bélicos, en una situación de emergencia poco o nada importaba el género. Solo si sabía empuñar un arma. Prueba de ello es cómo hace frente en 1414 Amiens al enemigo. Concretamente el Príncipe de Parma sería detenido en el intento de tomar la plaza, sucediendo que el coraje de la mujer al lanzarse a por un caballero animó a los defensores. En las guerras de los husitas, las esforzadas mujeres de Bohemia combatían con fiereza inusitada. “Et amoient les femmes ainsi que diables , pleines de toutes cruautés , et en fuerent trouvees plusiers mortes et occises aux rencontres” [Y armaban a las mujeres como diablos y llenas de odio y crueldad, y varias fueron muertas y aniquiladas en los encuentros”] . Y teniendo en cuenta que Juana vivía en la Lorena de los Vosgos, peligroso lugar de tierra de nadie, pues no es extraño que supiese combatir.
Con la presión campesina y burguesa, su dialéctica ruda pero efectiva y el apoyo de algunos cortesanos fue enviada a Orleans. Afirmaba que Dios le ayudaría, y por azares del destino muere Salisbury, hombre que pagaba a compañías libres que ayudaban a ingleses. Al verse sin su patrón, estas abandonaron el temible ejército. Ocho mil ingleses lo componían, entre ellos los temibles arqueros galeses. Sin embargo su disposición en el asedio les quitaba flexibilidad, poco adecuada para resistir una carga externa, si muy acertada para cubrir toda línea de abastecimiento de la escasa guarnición de Orleans.
Para explicar la campaña militar adecuadamente se ha de hablar primero de los ejércitos. El ejército francés, herido en orgullo en sus derrotas, se componía de hombres de armas, caballeros nobles y mercenarios. Sus ricas armaduras de placas eran muy duras lo que provocaba una superioridad armamentística notable. Sin embargo no servía de nada debido a la indisciplina del ejército. Los nobles guerreros no obedecían a un rey pusilánime, y las disensiones entre armañaques y borgoñones dos poderosas facciones representativas de nobleza y burguesía respectivamente, lo convertían en un ejército ingobernable.
El ejército inglés era bien diferente. Sus tropas al ser más pobres no iban tan bien armadas, por lo que sus fuerzas montadas no podían oponerse a las francesas. Sin embargo eran mucho más disciplinados, y contaban con la mejor fuera a distancia de la Edad Media hasta la aparición de la pólvora. Los arqueros galeses, que eran oriundos de ese país, cazadores obligados a entrenar todos los domingos por sus señores. Una fuerza semiprofesional que contaba con una cadencia de tiro y una penetración que durante casi un siglo sojuzgaron a la orgullosa caballería de Francia.
Es un ejemplo claro de la progresiva profesionalización de los ejércitos durante la Edad Media. Sin embargo el hecho de que sus mejores tropas no fuesen inglesas significaba su debilidad, dado que las rebeliones galesas y escocesas eran especialmente dañinas.
Entre las tropas de Juana se encontraban ilustres guerreros. Armagnac, rico gentilhombre que había sufrido varias derrotas. La Hire era un blasfemo y concupiscente señor cuyo comportamiento recordaba más al de un bandido, y Gilles de Rais, que llegaría a ser Mariscal de Francia. Este último fue uno de los personajes más oscuros y siniestros de su época, probablemente de todos los tiempos. Muchos bandidos y milicias pobremente armadas completaban los diez mil hombres que sumaban las huestes francesas. Uno a uno los atrajo para su causa, pues el rey no los podía unir bajo su mando. Pero, y he aquí el verdadero mérito de Juana, y como se relata en las crónicas desde La Hire hasta Gilles le rindieron pleitesía antes del enfrentamiento. Puede que no tuviese formación militar, pero fue su carisma lo que les hizo formar un compacto bloque bélico . Antes tenía diez mil hombres, ahora un ejército.
Los ingleses no atacan al enemigo cuando dan un rodeo por el río y entran en Orleans. Seguramente por lo inesperado de la maniobra, y por la disciplina traducida en celeridad del ejército francés. Tras unos pocos días de preparación los bastiones ingleses van cayendo uno a uno, hasta que Talbot, comandante inglés, decide cambiar de táctica. Se concentra con sus tropas en un el bastión más fuerte. Las bombardas francesas suenan y el asalto se inicia. Los ataques de Juana no seguían ninguna lógica militar lo que desconcertó a los ingleses que pese a herirla, se vieron superados por la situación. Pese al agotamiento de sus tropas, cuando Dunois, el Bastardo de Orleans quiere tocar la retirada, ella se niega. La visión de una mujer herida ordenando el ataque fue suficiente para que incluso la población de Orleans saliese al último asalto. Y se desvanece la resistencia inglesa, cayendo estos ante lo que consideraban un milagro de Dios.
En realidad la batalla fue vencida por muchos factores. Aunque la superioridad numérica francesa servía de poco o nada ante la indisciplina tradicional de sus caballeros, Juana logró que se dejasen a un lado las individualidades. Al atacar como uno solo se puso patente la mala organización inglesa por parte de Talbot. Y por último el aura de Juana de Arco, a partir de ahora llamada la Doncella de Orleans. Su capacidad de motivación fue vital. Sin embargo el rey su consejo aconsejaban prudencia a los armañaques y a Juana. Al fin y al cabo la temeridad les había llevado a las humillantes derrotas de Crecy y Poitiers. Sin embargo la Doncella de Orleans ya había obrado su primera acción militar importante, y una inyección de moral al país. Por lo que con su estrambótico ejército avanzó sobre los ingleses, que trataban de reagruparse cerca de Patay. Pese a que los números estaban a su favor, el mando inglés estaba dividido. Suffolk, veterano y prudente afirmaba que debían ponerse en formación defensiva, con estacas para detener la caballería francesa, tal y como era el estilo tradicional inglés. En cambio Talbot, probablemente para recuperar su gloria, deseaba atacar aprovechando que con nuevos refuerzos ya tenían superioridad. Pero Juana no esperó al debate y avanzó .
Sucedió una casualidad afortunada para los franceses, que la propaganda de entonces convirtió en milagro. Un ciervo recorrió el frente de los arqueros galeses, unidad de élite inglesa. Esto les perdió, dado que comenzaron a disparar al ciervo, ocasionando un ruido que reveló su posición. Juana cargó entonces contra sus desprotegidas filas y Talbot quiso morir con gloria defendiendo su posición. Solo fue capturado, pero los dos mil ingleses que fallecieron ese día no tuvieron tanta suerte. Así, la Batalla de Patay fue una revancha para la maltratada caballería francesa, logrando resarcirse de Poitiers y Crécy.
Esta batalla junto a la de Orleans logró que su ejército siguiese creciendo con gente venida de todos lugares de Francia ante la cristalización de sus esperanzas. Muchos nobles reticentes ahora se unían a ella, y el Duque de Borgoña no se atrevió a marchar contra ellos. Tanto es así que pasaron cerca de la importante ciudad de Auxerre y este se quedó tras sus murallas. Y se dirigieron entonces a una urbe de vital simbolismo para el país, Reims. Aunque esta era defendida por muchos ingleses y la burguesía local, todos temían el halo de misticismo de Juana. Así que la burguesía pactó con las tropas de Orleans para abrir sus puertas mientras que los ingleses pudiesen marchar llevándose vituallas y prisioneros.
Este pacto conveniente había sido firmado por la mismísima corte del rey, facilitando el asedio que debía haber sido de otra forma muy complicado. Sin artillería pesada para destruir el lienzo de las murallas no había forma de asalto.
Pero Juana al ver a los ingleses marchar con prisioneros compatriotas, atacó de forma sorpresiva. Y los liberó, haciendo de estos adeptos suyos. Otro golpe moral a Inglaterra, y un aumento de la mitificación de Juana de Arco. Y más importante aun, ella ya había demostrado con hechos que no tenía intención alguna de seguir las directrices de los nobles. Este tipo de acciones alarmarían a la corte, que veían como perdían influencia sobre el rey. Y es que el monarca se proclama entre lágrimas y alborozo en la ciudad de Reims legítimo soberano de Francia. Carlos VII daba un golpe moral dado que amén de recuperar en pocos meses tierras perdidas durante décadas, lograba legitimidad a ojos de la iglesia y de otros estados europeos. Esta capital victoria fue más jurídica que militar, y así Reims vio una nueva era. Y los ingleses estaban perdiendo todo el prestigio y territorio ganado durante la larga guerra, tanto es así que París, en manos inglesas, era amenazada. Ese era el siguiente objetivo de Juana de Arco.
Sin embargo toma las riendas de Inglaterra el implacable cardenal Winchester. Como muchos en su época era más un animal político y un líder militar que alguien dedicado a la religión. Este lo primero que hizo fue solicitar casi veinte mil hombres al papa para una cruzada contra los husitas. En lugar de dirigirlos a la zona de conflicto, previo soborno de veinte mil libras, les convenció para quedar en París. Así esa ciudad estaría guarnecida por un ejército muy poderosos. El Duque de Borgoña, dueño de la mitad de los Países Bajos, ve como su comercio con Castilla e Inglaterra está en riesgo de cortar las rutas de Normandía. Así que avanza posiciones. Y para convencer a la población de París Winchester esparce rumores de que los sanguinarios armañaques pretender pasar la ciudad a fuego y espada. París ya no era un hervidero incontrolable sino una ciudad poderosa y compacta, excelente para defenderse de los asaltos de Juana.
París además tiene una geografía muy particular. Atravesada por los ríos del Sena y del Loira es muy difícil de tomar dado que durante un asedio, mediante diques puede convertirse en una isla. Pese a las victorias de Juana en plazas como la Charité, y Saint Pierre, cae herida de una flecha en el muslo. Logra tomar un par de diques en la ciudad, pero al final, la terquedad que le sirve en Orleans, le es inútil. Esta vez su aura mística se choca contra la realidad de murallas enormes y muchos más defensores que atacantes. Así, ante el advenimiento del Duque de Borgoña el ejército francés se retira, y es el principio del fin de Juana.
Esta derrota le quita un halo de divinidad, el cual será puesto en entredicho incluso por el pueblo llano. En Troyes le dan una niña de doce años para que la resucite. El Conde de Armagnac le solicita que le diga a que papa debe apoyar durante el Cisma. La mujer de dieciocho años que es Juana no es capaz de sobrellevar responsabilidades enormes para cualquier ser humano. Así pues su mito está en horas bajas, y a esto se le une la entrada del Duque de Borgoña, figura clave como dominante de los Países Bajos. Para tener en cuenta la importancia de los Países Bajos baste decir que Francia trata de invadirlos en su mejor momento y fracasaron, en la batalla de Cortrique. Por no hablar de que eran el centro de comercio de Europa. Esta entrada insuflaba hombres y dinero a Inglaterra, cosa que veían los nobles franceses como motivo para firmar una tregua. Así perdió popularidad entre el rey y el pueblo a los que tanto había defendido. Y Winchester y el borgoñón iban a aprovechar la coyuntura.
El contraataque flamenco-inglés se produjo especialmente sobre un enclave cercano a París, La Compiegne. Antes de que su numeroso ejército llegase Juana de Arco ya entraba en la ciudad con sus refuerzos. Y pese a su inferioridad numérica aguantó con fuerza en el puente, hasta que la caballería inglesa flanquea y son rodeados. Ella pretendió avanzar en vez de retirarse prudentemente a las puertas de la muralla. Juana logra entonces retroceder, viendo que el avance es imposible. Y en aquel momento Guillaumme de Flavy, comandante de la guarnición de la ciudad comete un error que le costaría caro a Francia. No salió a rescatar a Juana, incluso cierra las puertas. Pese a la resistencia de los armañaques, Juana es capturada. En mi opinión debido a la persecución sufrida posteriormente por los armañaques y partidarios de Juana, seguramente fue una traición. Además la importancia de la Doncella de Orleans era muy superior a la de una plaza a su lado irrelevante.
Las llamas pueden quemar su cuerpo, no el humo de su leyenda
El proceso de Juana de Arco es conocido por su parcialidad y su falta completa de intención de hacer justicia. Lo cierto es que en la Edad Media ya había códigos de leyes, si bien dependían del rey, cuya autoridad emanaba de Dios. Esto implicaba que en una Inglaterra donde el rey era un niño, sería el cardenal Winchester quien tuviese la autoridad pertinente. Y como la Iglesia estaba sobre el papel por encima de todo estado terrenal, fue entregada para que le juzgase un tribunal compuesto por eclesiásticos.
En primer lugar el jefe de tribunal fue el Obispo de Beauvais no era adecuado para juzgarla dado que ni siquiera era de su jurisdicción. Y además de ello los crímenes de los que se le acusaban ya habían sido juzgados previamente por el Obispo Reginault durante la estancia de Juana en Poitiers. Un obispo no debía contradecir a otro, pero la verdad es que los ingleses no deseaban hacer un juicio justo.
Para entender la actitud de los ingleses solo hay que entender que el proceso estaba destinado a desacreditar a la muchacha que había humillado sus huestes. Inglaterra pretendía la dominación de Francia, y para ello debían erradicar el símbolo de la resistencia gala. De esta forma se le juzgó como si fuese un hereje, despreciándola para no reconocer en ella a una insigne enemiga de la corona. Curiosamente este modus operandi inglés se parece mucho al que ejecutan contra William Wallace, otro injusto proceso.
A Juana la mantienen un año en una prisión de Ruán húmeda, sucia y sin luz apenas. El travestismo se unió a la lista de acusaciones que había contra ella, y un año entero se le trató de inculpar. Los cargos en total fueron setenta y dos. “Sin embargo, es nuestra intención recuperar y encarcelar de nuevo a dicha Jttana, si no resultase culpable…” escribía el Duque de Bedford a Pierre Cauchón, presidente del tribunal compuesto por cincuenta eclesiásticos. La neutralidad del tribunal es confirmada como inexistente.
Tras ese tiempo de manipulación de sus palabras, especialmente de declaraciones de las santas, de obligarle a cometer perjurio cuando es forzada a vestir como un hombre tras ella aceptar vestir de mujer. Finalmente es quemada en la hoguera el 30 de mayo de 1431, siendo uno de los mayores fraudes que se recuerdan en los juicios medievales. Las llamas serían símbolo de vergüenza pero no para ella, sino para el rey francés que la dejó morir, y los ingleses que nunca trataron con la dignidad debida a sus enemigos.
Sin embargo su figura fue rehabilitada por el rey de Francia, dos años antes de la muerte de su madre. Así ella pudo ver a su hija con la honra repuesta. Los franceses a partir de ese momento tomarían esa figura como símbolo de libertad ante el enemigo, y las mujeres de todo el mundo la cogerían como símbolo feminista. Y es que hay personas que atraviesan épocas para dar ejemplo a todas las generaciones de la grandeza del ser humano.
Agradecimiento especial a Ana Valtierra, mi mentora.
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