Si de emperadores en el Alto Imperio hablásemos, se nos podrían ocurrir varios nombres. Algunos son conocidos por la crueldad con la que nos los describen las fuentes clásicas, como Nerón, Calígula o Domiciano. Otros, sin embargo, nos serían conocidos por su grandeza y buen hacer para el Imperio, como es el caso de Augusto o Trajano.
Trajano es generalmente conocido, y se nos ha presentado siempre, como el emperador que llevó al Imperio Romano a su máxima expresión y extensión. Dirigió múltiples campañas militares exitosas para expandir el limes. Además, recibiría y promovería múltiples obras públicas como recuerdo de su gobierno, gloria y prosperidad.
En este artículo trataremos la figura del Optimus princeps, su gobierno y su trascendencia desde una perspectiva crítica y en contraste con las fuentes clásicas. Cabe detacar que estas últimas no son muy abundantes y muchas no han perdurando en el tiempo.
MARCO ULPIO TRAJANO
Trajano nació en el año 53 d.C. en Itálica (Santiponce, Sevilla), en la provincia Baetica, en el seno de una familia la cual no tenía una tradición senatorial. Su padre, Marco Ulpio Trajano, fue el primer político de la Gens Ulpia en entrar en el senado romano. Alcanzó el rango de gobernador en varias provincias bajo el gobierno de la dinastía Flavia y llevó a cabo varias campañas militares con éxito. La revuelta de Judea fue una de ellas.
Cursus Honorum
Trajano, el futuro emperador, a lo largo de la historia ha sido destacado como un militar más que como un político. Bajo la dinastía Flavia consiguió ascender en su carrera por méritos militares, en gran parte, bajo las órdenes de su padre en la guerra judaica. Esto se daría concretamente en la legio X Fretensis, de la que su padre era legado(BLÁZQUEZ, JM. 2005, p19).
Junto a su padre, fue Tribuno militar entre los años 76-77, estando 10 años en el cargo. Es aquí donde Trajano tomó la destreza en el arte de la guerra, lo cual, junto con la notoriedad de su padre, le hizo ascender en el cursus honorum. Alcanzaría los cargos de cuestor, praetor y legatus legionis de la legio VII Gemina -acantonada en Hispania-. Es en este último con el cual, en el año 89, socorrió la revuelta de Saturnino en Germania Superior, ganándose la confianza del emperador Domiciano (SUÁREZ, A. 2004, p274).
En el año 91, ascendió al rango de cónsul y, ya en tiempos de Nerva, le concedieron el gobierno de la provincia Germania Superior, donde adquirió una notable experiencia en términos administrativos-fronterizos y políticos.
Ascenso al poder
Cuando Domiciano fue asesinado, en el año 96, Trajano era gobernador de la provincia Germania Superior, con capital en Maguncia, donde se encontraba en ese momento al mando de 3 legiones, la legio XIV Gemina, la legio I Adiutrix y la legio XXI Rapax (SÁEZ, A. 2013, p66).
Tras el magnicidio, el senado decide escoger con rapidez a un individuo con experiencia para evitar una nueva guerra civil. Así, elegirán a Nerva como sucesor de Domiciano, -a quien le aplicarán la damnatio memoriae- un gobernante maduro y experimentado en política.
Sin embargo, Nerva estaba en edad anciana y no tenía hijos, de forma que el senado tendría un tiempo para elegir a un sucesor. Pero, surgía un problema sucesorio sobre a quién se le debía legar el gobierno del Imperio. Este sería disputado por 2 personajes hispanos, que jugaban un papel relevante en la sucesión, Trajano y Nigrino, gobernador de Siria.
El candidato ideal
Trajano era un candidato ideal. Es hijo de un destacado senador y militar, su carrera militar y política como gobernador le había dado una gran experiencia en materia administrativa y militar, sumándole el apoyo del que gozaba entre el ejército. Sin embargo, esto último es un gran aliciente en su elección como sucesor de Nerva.
Las legiones, a la hora de tomar decisiones políticas relevantes, eran de gran importancia. La fuerza militar podía ser usada como un elemento disuasorio, o bien, para imponer la autoridad de un personaje destacado. Sin embargo, la aceptación del emperador por parte de los soldados cada vez iba ganando más peso e importancia en la política romana, llegando, en años posteriores, a ser indispensable para la estabilidad. Pero Trajano, además de tener la fuerza y aceptación militar, tenía otras ventajas que jugaban en su favor.
Adopción
Una rebelión de la guardia pretoriana hizo que Nerva finalmente accediera a elegir a uno de los dos posibles sucesores en el año 97. Los pretorianos exigían la entrega y castigo de los asesinos de Domiciano rodeando el palacio imperial y tomando como cautivo a Nerva. El emperador tuvo que acceder a sus demandas y su autoridad se vio diezmada y humillada. De esta forma, Nerva sabía que, debido a su estado de salud y su popularidad política, debía de adoptar a uno de los posibles sucesores. Esto le serviría como apoyo mientras durase su gobierno, que finalmente se decantaría por Trajano. (GARCÍA Y BELLIDO, A. 1955, p4)
Esto fue a sugerencia del senado, por ser el general más popular del momento, con el apoyo de las legiones y que, en caso de que se volviese a producir un evento desestabilizador, pudiese actuar con ellas. Además, era también un senador destacado, por lo que el senado se aseguraba un “aliado” en el trono. (SUÁREZ, A. 2004, pp265-266)
Así pues, Nerva adopta a Trajano en el 97 y compartirían consulado en el 98. A partir de ahora, tendría el título de Caesar y se llamaría Marco Ulpio Nerva Trajano. En el mismo año Nerva morirá, permitiendo el ascenso del Caesar al trono.
IMPERATOR TRAJANO
La sucesión se produjo sin incidentes ni derramamiento de sangre, siendo Trajano un emperador recibido con entusiasmo por parte de muchos sectores del imperio.
Trajano recibió, por medio de su sobrino segundo Adriano, la noticia de la muerte de Nerva mientras se encontraba Germania. Ocupado en la administración y fortificación del limes, no acudió a Roma hasta que finalizó la tarea.
Comienza aquí, según muchos autores, una época de esplendor en el imperio. Trajano sería un emperador aclamado tanto por el pueblo como por el senado y el ejército. Las provincias sufrirían un despegue económico sin parangón, gracias, entre otras cosas, al saneamiento de las finanzas, las riquezas que acarreaban las campañas militares (y gastos), la pacificación de las rutas comerciales, etc.
Según Dión Casio, no era un hombre con una una educación y habilidad destacable en cuando a la oratoria y la elocuencia, aunque sabía a quién debía de premiar o no, para ganar el favor de las personas.
Una de sus primeras medidas fue llamar a Elanio y al resto de pretorianos que participaron en el golpe contra Nerva para deshacerse de ellos, seguramente, por no fiarse de la lealtad de estos (DIÓN CASIO. LXVIII, 4).
Desde un principio vemos en la propaganda del emperador hispano, un intento de apariencia de ciudadano. Se enfocaron muchos esfuerzos en que el emperador no aparentase ser superior al senado o a otros ciudadanos. Mantener una “simulada república”, es una práctica común desde el comienzo del principado. Sin embargo, Trajano la llevó a cabo con un éxito más latente que otros emperadores. De hecho, el senado impulsó una campaña de desprestigio contra Domiciano -que aún hoy es posible conocer-, engrandeciendo, aún más, a Trajano.
Economía
Es difícil hablar de las medidas económicas del gobierno de Trajano sin hacer mención a Domiciano. Ambos son comparados continuamente en las fuentes de forma una indirecta y sutil en una balanza que siempre es favorable a Trajano.
En gran medida, a pesar de la propaganda en contra, el despegue económico en las provincias vino dado de un excedente económico abundante que viene de época de Domiciano. Y es que, Trajano, no escatimó en gastos cuando ascendió al poder, tanto en guerras como en obras públicas o reparaciones o en grandes concesiones de dinero al pueblo.
Según la historia oficial, como ya hemos nombrado, el gobierno de Domiciano fue desastroso, dejando las arcas romanas prácticamente vacías. Pero lo cierto es que Domiciano impulsó varias medidas económicas exitosas.
Hubo un saneamiento de las finanzas provinciales, que fue posible gracias a la reforma de los municipios latinos en época de los Flavios. Esta reforma permitió a muchas ciudades peregrinas convertirse en municipios de derecho latino –ius latii-. Domiciano terminaría por aplicar a todos los municipios el ius latii, adaptándo la reforma a las características de cada municipio, lo cual sería de gran favor para las arcas romanas.
Cierto es que, Trajano, eliminó determinadas medidas impulsadas en época de Domiciano, pero la mayoría no se modificarán debido a su efectividad. Cabe destacar, las riquezas que trajo consigo las conquistas del emperador. Estas resultaron ser de gran beneficio para el imperio en la explotación de los recursos, saqueos y venta de esclavos.
En gran medida, el esplendor económico de esta época vino dado de las conquistas, que a su vez, vinieron dadas de unas arcas saneadas anteriormente.
Campañas militares
Como hemos visto, Trajano era un emperador que gozaba de una sobresaliente popularidad, al igual que su gobierno. Pero, si en algo destacaba su gobierno, era en la agresiva política expansionista que llevó a cabo para expandir las fronteras del imperio mundo. El emperador destacaba allí donde se sentía más cómodo, en la guerra.
Trajano ejerció una política imperialista, ya que era una persona alejada de las virtudes orales y sus resoluciones las preferiría llevar a cabo mediante la batalla.
Guerras Dacias (101-106)
Para entender el contexto de la campaña en la Dacia, debemos hablar sobre Decébalo, un rey dacio que llevó a cabo una política agresiva que inquietaba a Roma. Domiciano lanzaría una campaña de castigo contra los Dacios en el 89, que surtió el efecto deseado, pero obligó a Domiciano a firmar un humillante tratado. Roma debía pagar una serie de tributos al monarca dacio, que bien haría mella al orgullo romano y a la imagen de Domiciano.
No me detendré en demasía en el desarrollo de las guerras, ya que, aunque la bibliografía es escasa, merece un artículo dedicado exclusivamente a ellas para explicar y desarrollar, de forma cuantitativa y cualitativa, todos los aspectos de estas.
Primera Guerra Dacia (101-102)
Al poco tiempo de haber ascendido al trono imperial y bajo aceptación del senado, Trajano emprendió una primera campaña contra los dacios en el año 101 d.C., bajo el pretexto de acabar con Decébalo y recuperar la dignidad romana, aunque es probable que existiese algún tipo de interés económico en las minas de la Dacia.
Esta campaña militar se ve representada en el monumento conocido como «Columna trajana». Una columna con una serie de relieves que narran las guerras dacias con una sucesión de escenas que recorren la columna en espiral y donde se ven representados el emperador, las legiones y el ejército enemigo.
La invasión se realizó con un número incierto de legiones -unas 9 legiones en total aproximadamente-, que participaron en el conflicto junto con varias vexillationes -destacamentos- de la legio II Adiutrix, XXII Primigenia y XX Valeria Victrix (BLÁZQUEZ, JM. 2005, p24).
La Primera Guerra Dacia se saldará, en el 102 d.C., con una paz y alianza entre Roma y Decébalo, a cambio de que entregase las armas. Roma se quedaría con los territorios ocupados cerca del Danubio, en la Dacia, mientras que Decébalo se quedaría en la actual región de Transilvania, conocida por la presencia de minas. Ante esta victoria, el senado le concedió el título de Dacicus (DIÓN CASIO. LXVIII, 10).
Después de asegurar el territorio conquistado, el emperador volvió triunfante a Roma, donde celebró unos juegos gladiatorios en el anfiteatro, con prisioneros dacios, y una serie de representaciones teatrales con intérpretes de pantomimas.
Segunda Guerra Dacia (105-106)
Pero a los pocos años, en el 105 d.C., bajo el argumento de que Decébalo estaba actuando en contra de lo pactado, armándose, construyendo alianzas con pueblos vecinos, fortificando y demás menesteres relacionados con la guerra, el senado le declaró la guerra, la cual volvió a ser dirigida por el emperador. Posiblemente, este argumento no era más que una excusa para extender el limes y tener acceso a las minas que estaban en el territorio restante de los dacios.
De esta forma, la guerra comenzaría con el embarque de las tropas en el puerto de Ancona, costeando el Adriático hasta Panonia, donde bajarían por el Danubio hasta llegar a tierra hostil (BLÁZQUEZ, JM. 2005, p41).
Según Dión Casio, Trajano sufrió un intento de asesinato en el marco de la Segunda Guerra Dacia, en Mesia, por unos falsos desertores dacios aprovechando que el emperador les concedió una audiencia (DIÓN CASIO, LXVIII, 11).
Es en este momento cuando, Apolodoro de Damasco, que iba con Trajano en la campaña, construyó un puente de piedra sobre el Danubio, con «20 pilares de piedra cuadrada, 150 pies de altura sobre su base y 60 de ancho«. Se construiría también, por cuestiones defensivas y logísticas, un puerto en el propio río (DIÓN CASIO, LXVIII, 13).
Finalmente, las tropas, comandadas por el emperador, cruzaron el Danubio por el puente recién construído y ocuparon todo el territorio de los dacios. Decébalo, ante el avance y la inminente victoria del enemigo, acabó suicidándose. La Dacia pasaría a formar parte del imperio.
Conmemorando la victoria y la gloria del emperador, se realizaron múltiples concesiones monetarias al pueblo, espectáculos y grandes construcciones, como el Foro Imperial de Trajano y la Columna de Trajano, donde se narraría la campaña de la Dacia en relieve policromado.
Conquista de Arabia Pétrea (106)
Al mismo tiempo que se sucedieron los acontecimientos en la campaña dacia, el gobernador de la provincia de Siria ocupó con tropas militares distintos territorios de la región de Arabia, aprovechando la muerte del rey nabateo, cliente de Roma. Petra sería uno de estos territorios. Se crearía así la provincia de Arabia Pétrea.
Trajano contra los partos
El casus belli de esta guerra fue argumentado en que, en el año 113, el rey parto Osroes ejerció su influencia en la colocación de un monarca títere en el reino armenio, el cual no gustó a Trajano. Las relaciones entre Partia y Roma han sido las propias de 2 Estados rivales que competían por la hegemonía territorial, con periodos tensos de paz y de hostilidades.
Las motivaciones de esta guerra parece ser que no van más allá de la búsqueda de la gloria de Trajano, como así nos lo hace saber incluso Dión Casio, por medio de su cualidad más destacable, que era la guerra. Según este autor, el monarca parto pretendió ofrecer la paz a Trajano antes de que comenzasen las hostilidades, pero el emperador rehusó de las conversaciones (DION CASIO. LXVIII, 17).
Es durante estos momentos, cuando el senado votaría la resolución de sumar un título más a la titulatura del emperador, otorgándole el de Optimus Princeps –el mejor príncipe-. Esto fue una forma de agradecer, y también engrandecer, a un emperador que había sabido ejercer su gobierno de forma cooperativa con el senado, aunque esta hubiera sido de una forma simulada y no real.
Una vez invadido el territorio parto, fue despuesto el rey Osroes, inmediatamente sustituído por Partamaspates, un rey títere de Roma colocado a conveniencia. Sin embargo, la ocupación no fue fácil debido a continuas revueltas e intentos de reconquista.
Así, en Oriente, quedaría Mesopotamia y Armenia unidas al territorio romano en el año 117.
Muerte de Trajano
En medio de la campaña parta, en el año 117, Trajano no pudo continuar dirigiendo a su ejército, ya que su salud se estaba deteriorando rápidamiente. Por ello, partió hacia Italia, dejando a Adriano -futuro emperador- al cargo de los ejércitos en Siria (DION CASIO, LXVIII. 33).
Según las fuentes, Trajano sospechaba de que había sido envenenado durante la campaña parta, algo que no podemos conocer con exactitud ya que, el que hace referencia a este hecho, Dión Casio, lo relataría practicamente 100 años después de que ocurriera. Lo que nos hace pensar que, de acuerdo con la mala fama que acabó cosechando Adriano durante su gobierno, sean rumores a posteriori a fin de deslegitimar al sucesor.
Finalmente, Trajano, morirá en el año 117 en Selinunte, Cilicia -Sicilia- tras haber gobernado Roma durante 19 años. Su sucesor, entre rumores de conspiraciones, sería Adriano, pariente suyo y marido de su sobrina.
Su mujer, Pompeya Plotina, sería la que transportó las cenizas de su marido a Roma, que posteriormente fueron colocadas debajo de la Columna Trajana.
De acuerdo con las fuentes, fue Plotina, mujer de Trajano, quién eligió a Adriano como sucesor, en un momento en el que su marido ya había fallecido o se encontraba convaleciente. Sin embargo, no podemos saber con certeza si Adriano fue adoptado o no, lo que sí sabemos es que Trajano no tenía hijos y que Adriano era su pariente más cercano. Es posible entonces, que esta fuera realmente la decisión de Trajano, ya que era el tutor de Adriano y le había concedido el mando de los ejércitos en Siria.
¿El mejor príncipe?
Las fuentes nos han descrito a Trajano como el mejor de los príncipes –optimus princeps-. Sin embargo, insisto en que esto fue así por su habilidad de sustentar una «república artificial», en la que mantenía el simulado papel del senado. Trajano no ejercía su poder de forma despótica, como sí lo hizo Domiciano.
Realmente, dejando a un lado la propaganda, Trajano era un gobernante igual o peor que otros, que simplemente había sido favorecido por el senado y por sus victorias, pero que, a la larga, no supusieron beneficiosas para nadie más que para su gloria y fama.
¿Realmente era necesario la expansión de un limes que ya estaba expandido? A priori, podemos decir que aportó muchas riquezas y gloria a Roma. A posteriori, que es muy costoso defender un limes que estaba expandido por encima de la capacidad del Estado. Esto conllevaba a la movilización de regimientos fronterizos y al mantenimiento de castellum por toda la línea fronteriza, lo cual no era rentable.
En definitiva, Trajano fue un emperador que supo mantener la concordia con el senado, que hizo lo que mejor se le daba, hacer la guerra, mediante la cual consiguió fama y gloria sin parangón, pero que, si en términos administrativos y gubernativos hablásemos, Trajano supondría un punto de inflexión en la historia de Roma, una Roma que ya no sería la que era.
Bibliografía
– BLÁZQUEZ MARTÍNEZ, JM. Las res gestae de Trajano militar. Las Guerras dácicas. Aquila legionis: cuadernos de estudios sobre el Ejército Romano, Nº6, 2005. pp19-55. ISSN 1578-1518
– BLÁZQUEZ MARTÍNEZ, JM. Trajano. Biografías Ariel. Editorial Ariel, Barcelona 2003. ISBN 8534467003
– GARCÍA Y BELLIDO, A. La modestia de Trajano ante la recepción del Imperio. Estudios Clásicos, Tomo 3. Nº14, 1955. ISSN 0014-1453
– MONTERO DÍAZ, S. El Estado Universal de Trajano. Estudios clásicos, Tomo 3. 1955, Nº14. ISSN 0014-1453
– SÁEZ GEOFFROY, A. La política militar y geográfica de Trajano y Adriano: ¿cambio o continuidad?. Universidad del Bío-Bío. Chile, 2014. ISSN 0716-0867
– SUÁREZ, A. La dinastía hispánica y el Derecho. Anuario Jurídico y Económico Escurialense, 2004. pp263-303. ISSN 1133-3677
Fuentes clásicas
– DIÓN CASIO. Historia Romana. Libro LXVIII
– PLINIO EL JOVEN. Epistolario, Panegírico al Emperador Trajano