Introducción

Ernesto Guevara de la Serna, conocido mundialmente como “Che” es sin duda uno de los personajes más importantes y polémicos del siglo XX. Famoso guerrillero y también teórico comunista que dejó tras su muerte cientos de páginas escritas revisando conceptos sobre la ideología socialista. A lo largo de estos artículos iremos estudiando su historia hasta el dramático final en octubre de 1967 a manos del ejército boliviano.

Los padres y el nacimiento del niño (1927-1928)

Los padres de “Ernestito” eran de origen aristócrata y acomodado. Su padre, Ernesto Guevara Lynch era bisnieto de uno de los hombres más ricos de Sudamérica e incluso su árbol genealógico incluía familiares de la nobleza irlandesa, además de la española. Sus antepasados viajaron de Argentina a California en busca de oro pero la aventura no salió bien. Con el paso del tiempo, los títulos nobiliarios de las familias Guevara y Lynch fueron desapareciendo y finalmente todo se perdió, incluida su inmensa fortuna, aunque siguieron siendo una familia acomodada. La madre, Celia de la Serna era incluso de sangre azul. Uno de sus antepasados había sido virrey de Perú colonial, además de otro que había sido un famoso general argentino. Su abuelo había sido un rico terrateniente e incluso su padre fue un célebre profesor de derecho, diputado y embajador. A los veintiún años de edad heredó buena parte de la herencia familia.

Cuando Ernesto padre y Celia se conocieron en la década de 1920, él estaba metido en un negocio familiar, un astillero que fabricaba yates. Su cargo de supervisor era un buen trabajo pero pronto perdió el interés. La relación con Celia prosperó y ambos decidieron emprender un nuevo negocio, la plantación de la famosa yerba mate. La yerba mate es una planta que se toma en forma de infusión y que en los años veinte era un verdadero “oro verde” como ha afirmado el historiador Jon Lee Anderson, pues producía muchos beneficios a sus explotadores. Ernesto y Celia intentaron probar suerte comprando una extensión de terreno e iniciarse como yerbateros. Antes de adquirir la propiedad, debieron obtener parte del dinero de la herencia de Celia, algo que resultó difícil debido a que la familia de Celia se negó, aunque finalmente lo consiguieron. El 10 de diciembre de 1927 Celia y Ernesto se casaron por conveniencia, pues ella estaba embaraza del pequeño Ernesto y en la época las apariencias eran importantes.

Ernesto "Che" Guevara (I): La infancia del mito
Celia de la Serna y Ernesto Guevara Lynch sujetan al pequeño «Ernestito»

La vida del que sería el “Che” es polémica hasta en su nacimiento. En el certificado de nacimiento apareció el 14 de junio de 1928, el pequeño Ernestito había sido un niño sietemesino. La realidad era otra bien distinta, como ha afirmado Anderson, Celia estaba embarazada de tres meses cuando se casó con Ernesto, lo de su embarazo no fue comunicado a sus familias y solo se supo del nacimiento cuando el niño tuvo un mes de vida. En verdad, Ernesto había nacido el 14 de mayo, con una gestación totalmente normal, pero no quería que se supiera que Celia se había quedado embarazada antes de contraer matrimonio. El escándalo se evitó y nadie dijo nada durante años. Los primeros años del pequeño Ernesto Guevara los vivió en el Rosario, sus padres vivían de las rentas y de la herencia familia.

Infancia y adolescencia (1928 – 1947)

En 1930 los Guevara vivían sin problemas serios en el Rosario, pero en mayo ocurrió un hecho trascendental en la vida del pequeño Ernesto de dos años. Su madre tuvo la genial idea de llevarle al club náutico para que comenzara con la natación. La época no era la más acertada, en mayo los vientos y el clima frio del invierno se aproximaban. Tras la natación, esa misma noche el niño tuvo un tremendo ataque de tos, los padres llamaron al médico que les dijo que se trataba de bronquitis asmática. El asma acompañaría al futuro “Che” hasta el final de sus días y en muchas ocasiones le llevó a situaciones bastantes complicadas. Los médicos le recomendaron a los padres un clima seco para tratar de paliar los ataques, así fue como la familia Guevara se mudó a Alta Gracia (Córdoba) donde vivieron hasta 1947. Los ataques de asma eran comunes, lo que obligaba a Ernesto a estar postrado en la cama durante largas temporada, esto fue aprovechado para aprender a jugar al ajedrez y sobre todo para iniciar su amor por la lectura, que fue clave en toda su vida.

Ernesto "Che" Guevara (I): La infancia del mito
Un joven Ernesto Guevara de 15 años durante 1943.

En Alta Gracia, el joven Ernesto Guevara cursó sus estudios primarios. También fomentó su pasión por la lectura y practicó deportes variados entre los que se incluía el fútbol o el golf, a pesar de su asma. En la escuela de su localidad, Ernesto era un chaval bastante peculiar, debido a su aspecto débil siempre quiso llamar la atención de los demás, por ejemplo visitaba minas abandonadas, trepaba a los arboles, bebía tinta, comía tiza o incluso una vez toreó una cabra. Rara vez se le veía estudiar para los exámenes, aunque todos coinciden en que su agilidad mental le permitía comprender muy bien lo que se explicaba en las clases. Sus notas fueron mediocres algo que desconcertaba a su padre, pues su hijo era inteligente, pero no se aplicaba. Otra de las características del pequeño Ernestito era su mal genio, que según dicen heredó de su padre. En esta etapa de su vida las peleas a puñetazos contra las pandillas rivales eran corrientes y perdía los estribos cuando sus progenitores le castigaban según él, injustamente. Nunca perdió este carácter, la violencia fue sustituida por el uso de una lengua afilada que usaba con gran destreza en las discusiones o cuando quería increpar algo.

En 1936, en España comenzó la guerra civil. Este hecho tan lejano de Argentina tuvo mucha importancia en la vida del pequeño Ernesto y de la familia Guevara. Tras el cese de hostilidades en 1939 y con la derrota republicana, grupos de refugiados españoles comenzaron a llegar al país. En Alta Gracia se instaló una familia española, que poco a poco estrechó relación con los Guevara hasta que surgió una bonita amistad. En 1943 la familia Guevara se mudó a la cercana ciudad de Córdoba, donde Ernesto (14 años) comenzó los estudios de secundaria. En el nuevo colegio hizo nuevos amigos, entre ellos Alberto Granado, que tenía seis años más que nuestro protagonista. Durante esta nueva etapa, Ernesto se apuntó al equipo de rugby de su colegio, a pesar de que su estado físico no era el mejor, pues era bajo para su edad y delgado. Durante estos años se ganó varios apodos de parte de sus compañeros, como «pelao» debido a las rapadas que se hacía, «Chancho» por su falta de higiene o «Fuser» mote que le puso Alberto y que era una abreviación del “grito de guerra” de Ernesto en el rugby: ¡Cuidado, ahí viene el Furibundo Serna!.

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Equipo de rugby del joven Ernesto Guevara (rojo), junto a su amigo Alberto Granado (verde).

Durante estos años en Córdoba, el joven Ernesto también tuvo sus primeras experiencias sexuales. Normalmente los jóvenes de clase acomodada perdían la virginidad en burdeles, con chicas de clase baja o con la mucama (criada). Ernesto se “estrenó” con esta última opción. Su amigo Calica Ferrer fue el responsable de que Guevara se acostara con su criada, conocida como «la Negra» Cabrera. Jon Lee Anderson (Pg 46) nos lo relata “Rodolfo Ruarte estuvo presente en la ceremonia de iniciación de Ernestito, y con otros jóvenes los espiaron a él y a la Negra a través del ojo de la cerradura. Lo vieron sacar su inhalador para el asma y observaron que si bien se desempeñaba a la perfección sobre el cuerpo sumiso de la criada, cada tanto se interrumpía para inhalar. La escena les provocó un ataque de risa incontrolable y fue una fuente de bromas durante varios años. Pero eso no afectó a Ernesto, quién siguió visitando regularmente a la Negra.” También tuvo una aventura idílica cuando su prima Carmen Córdova Iturburu de la Serna se enamoró de él. Ambos compartían gustos parecidos y solían hablar de literatura y poesía.

Política y Universidad (1947-1950)

El pensamiento político de Ernesto Guevara comenzó a formarse en la década de 1930. La Guerra del Chaco (1932-35), la Guerra Civil Española (1936-1939), la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y finalmente la Guerra de Corea (1950-1954) tuvieron mucha influencia en su juventud y adolescencia. Gracias a su pasión por la lectura leyó los clásicos en filosofía así como en política. El joven Ernestito no se parecía nada a la persona que llegará a ser en su etapa de madurez. En la década de 1940, en Argentina gobernaba Domingo Perón, presidente elegido tres veces consecutivas de manera democrática. El llamado “peronismo” siempre causo rechazo en la familia Guevara, pero en Ernesto nunca suscitó malos pensamientos.

Cuando llegó a la universidad algunos de sus compañeros le definían como un “progresista liberal” que daba su propia versión del marxismo (a partir de cierta época estuvo muy interesado por la obra de Marx) y que criticaba abiertamente el comunismo debido a su sectarismo. A pesar de no estar de acuerdo con la izquierda en parte, su pensamiento antiimperialista siempre estuvo presente desde una temprana edad. En 1950 debatía fuertemente con su padre debido a la ocupación norteamericana de Corea. En 1943, varios de sus compañeros, entre ellos su gran amigo Alberto Granado habían participado en una manifestación contra el gobierno, el se había opuesto a la misma, decía que no serviría y que los estudiantes se llevarían nada más que palos.

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Ernesto Guevara durante una clase de anatomía en la universidad de Buenos Aires.

En 1947, nuestro protagonista inició sus estudios universitarios de medicina en la ciudad de Buenos Aires, en donde vivía con su familia en un apartamento. En este momento de su vida sus padres viven juntos pero de hecho están separados. No hay una versión clara por la cual Ernesto escogió los estudios en medicina, lo que más se piensa, es que estuvo influenciado por numerosas causas. Una de ellas fue que la medicina no había podido paliar el dolor de su difunta abuela hace unos años; también se dice que quería investigar para poder curar su propia enfermedad, además el mismo expresó que quería sentirse útil al mundo y ser un famoso investigador. Durante sus años universitarios estuvo muy ocupado con los trabajos y apenas tenía tiempo para nada más. Su época universitaria estuvo interrumpida solamente por los famosos viajes que realizó por Argentina y Latinoamérica en la década de 1950. Finalmente, en 1953, la universidad de Buenos Aires le concedió el título de doctor.

Los famosos viajes del Che (1950-1953)

Los viajes que Ernesto realizó por su país y por Latinoamérica fueron de una gran importancia para su pensamiento político posterior.

El primer viaje: lo realizó por el norte de Argentina. Salió de su vivienda familiar el 1 de enero de 1950 y estaría de viaje durante seis semanas, al final del mismo habría recorrido una increíble distancia de 4500 kilómetros. En este primer viaje se valió de una vieja bicicleta a la que colocó hábilmente un pequeño motor para ayudarle en esta pequeña epopeya. El primer día que comenzó su aventura se hizo sacar una fotografía en la cual aparece con gafas y gorra, montado en su maravilloso invento (conocido como “velomotor”) y con una cámara de bicicleta atravesada por el hombro a modo de bandolera. El objetivo principal del viaje era llegar a San Francisco de Chañar, cerca de donde él vivía de joven, para visitar a su buen amigo Alberto Granado, que trabajaba en una leprosería. Por el camino entabló conversación con ciclistas, motoristas e incluso con un vagabundo al que despertó de su sueño después de estrellarse con su velomotor cerca de donde el hombre dormía.

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Ernesto Guevara antes de partir en su primer viaje con su famoso velomotor.

En San Francisco de Chañar se reencontró con su amigo Alberto, al que Ernesto le llamaba simpáticamente “Mial” (Mi Alberto). Juntos en la leprosería ayudaron a diferentes pacientes, hasta que ambos discutieron un día debido al estado de una paciente que estaba en una situación grave. Aquella discusión entre ambos nunca fue olvidada, pero la amistad siguió adelante. A parte de visitar a Mial, Ernesto también visitó su antigua localidad del Rosario y a sus antiguos compañeros de escuela y amigos. Cuando el viaje parecía terminado, el veinteañero Ernesto se dirigió hacia las provincias más pobres de Argentina, con lo que vio allí su pensamiento fue transformándose. A la vuelta, llevó su pequeño motor a revisión a la empresa que se lo había vendido, Amerimex. El gerente de la misma se sorprendió tanto de la distancia recorrida que le escogieron para un aviso publicitario. Ernesto escribió una carta en la cual elogiaba el motor, “Ha funcionado a la perfección durante mi largo viaje y sólo observé que hacia el final perdía compresión, razón por la cual la envío a usted para su reparación”.

El segundo viaje: fue gracias a que pidió trabajo como médico en una flota petrolera estatal, Yacimientos Petrolíferos Fiscales, YPF. El 9 de febrero de 1951 se embarcó en el buque cisterna Anna G en una travesía de seis semanas, pero no sería su único viaje con esta empresa, pues en junio, cuando dejó de trabajar había realizado un total de cuatro viajes y había estado más tiempo embarcado que en tierra firme. Durante estos viajes recorrió la costa atlántica de Sudamérica hasta colonia británica de Trinidad y Tobago. En la década de 1950, Ernesto se había enamorado de María del Carmen «Chichina» Ferreyra (una joven de familia aristócrata), y ella de él. La relación entre ambos jóvenes prosperó a pesar del rechazo de los padres de esta que estuviera con una persona que tenía poca higiene y que vestía casi siempre con la misma ropa. El noviazgo tuvo altibajos, pero a partir de 1952 se tuvo que mantener en secreto, ya que su madre incluso rezó para que ambos dejaran de verse. En esta época, Ernesto pasó momentos duros y de angustia debido a su situación personal con Chichina.

El tercer viaje: es el más icónico de la vida del Che. Durante los momentos en los que estaba en sus horas más bajas, su amigo Alberto Granado le propuso un viaje de un año por Sudamérica. El joven Ernesto aceptó, pues su gusto por la aventura se había ido acrecentando cada año desde 1950. El viaje lo realizarían con la moto de Alberto, la Poderosa, una vieja motocicleta modelo Norton. Antes de partir definitivamente, Alberto llevó a Ernesto a ver a Chichina una vez más, quería sacarle alguna promesa de que le esperaría; sería la última vez que estarían juntos, pues ella decidió terminar con el noviazgo y no esperarle, además era seguro que estuviera ya con otro. Finalmente el día 14 de enero de 1952 los dos jóvenes argentinos se pusieron en marcha. El viaje estuvo plagado de anécdotas, Ernesto y Alberto realizaron el viaje con poca plata (dinero), por lo que normalmente para dormir y comer dependían mucho de las personas de los lugares donde estaban. Algunas veces no había problema ninguno, otras ofrecían sus conocimientos médicos para tratar a algún lugareño y pocas veces compraban lo que necesitaban.

Las aventuras e historias que vivieron rozan lo humorístico, (Anderson pg 79) “Una noche, cuando dormían en el granero de una familia austríaca, Ernesto despertó al escuchar arañazos y gruñidos en la puerta; un par de ojos brillaban en la oscuridad. Prevenido sobre la ferocidad de los «tigres chilenos», cogió el Smith & Wesson que Guevara Lynch le había dado para el viaje y disparó una sola vez. Cesaron los ruidos y se puso a dormir de nuevo. Por la mañana, Alberto y él descubrieron que el animal muerto no era un puma sino un perro alsaciano llamado Bobby, la adorada mascota de la familia. Escaparon corriendo cuesta abajo con La Poderosa –que se negaba a arrancar-, seguidos por el llanto, las imprecaciones y los insultos de sus anfitriones.” A parte de esta historia, Ernesto incluso cruzó a nado el Amazonas y tuvo problemas en un baile de una localidad, ya que no sabía reconocer si era tango o mambo y alguien debía decírselo para ejecutar los movimientos que tenía aprendidos de memoria.

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Ernesto Guevara y Alberto Granado arreglando la Poderosa durante su viaje por Sudamérica.

La verdadera importancia de este viaje fue también el cambio de pensamiento de Ernesto tras estar en contacto con la pobreza más extrema en los numerosos lugares que visitaron, a pesar de algunos comentarios racistas (1) en sus diarios, la influencia del médico marxista Hugo Pesce fue clave. Las averías de la motocicleta de Alberto fueron habituales, hasta que finalmente tuvieron que dejarla en un taller, su viaje continuó y en julio se presentaron en Caracas (Venezuela). Los dos amigos se separaron finalmente el día 26 de julio entre bastante tristeza, Alberto quedó allí trabajando en una leprosería y Ernesto volvió a Buenos Aires para acabar con sus estudios universitarios. Al regresar en su diario escribió “El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina. El que las ordena y pule, «yo», no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por nuestra «Mayúscula América» me ha cambiado más de lo que creí”.

El cuarto y último viaje: que realizó Ernesto comenzó en julio de 1953, acompañado de su amigo Carlos “Calica” Ferrer. Salieron de Buenos Aires dirección Bolivia en tren. En la capital, La Paz, ambos pudieron ver los movimientos revolucionarios que había por aquel entonces, las calles estaban llenas de indios armados con fusiles, algo que sorprendió mucho a Ernesto. Durante este viaje, volvió a encontrarse con el doctor Pesce y conoció a otros jóvenes argentinos de distintas ideologías. Todos ellos vivieron durante una temporada juntos en un apartamento. Finalmente los amigos se volvieron a separar. Calica fue a Venezuela con Alberto Granado y Ernesto tomó su camino dirección Guatemala. En este país el coronel Jacobo Arbenz había comenzado unas reformas agrarias y políticas muy interesantes en contra de los intereses extranjeros.

Guatemala, 1954

Guatemala en la década de 1950 se había convertido en un lugar bastante pintoresco, pues cientos de personas de diversos lugares de Latinoamérica se habían establecido allí para trabajar y también para esconderse de sus respectivos gobiernos. El pequeño país parecía un lugar ideal y armonioso pero detrás de esta fachada de cordialidad se encontraba la verdad. Aunque la dominación española había terminado hacia siglos, en Guatemala aún existía una pequeña élite criolla que manejaba los resortes políticos y económicos. Además de esto, también existían empresas extranjeras, la más icónica era la estadounidense United Fruit Company que tenía numerosas propiedades en el país y tenía poder para ejercer presión en la política del mismo. Esto era algo normal en América del Sur, el imperialismo norteamericano tenía gobiernos títeres por todo el mundo que le daban exenciones y privilegios a sus empresas presentes en el lugar.

En el año 1944, militares y estudiantes con pensamientos democráticos derrotaron al gobierno militar. En 1951, Jacobo Árbenz, uno de los militares que había participado en el derrocamiento del anterior gobierno, comenzó a realizar reformas profundas en la política de su país. La más famosa sería la Reforma Agraria de 1952; esta reforma pretendía la nacionalización de gran parte de la empresa estadounidense United Fruit Company y la desaparición de los grandes latifundios. Con esta política que muchas personas apoyaron se ganó la enemistad del gobierno estadounidense, que junto a la CIA comenzaron a planear un golpe de estado para derrocar a este gobierno izquierdista que ellos consideraban comunista.

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Jacobo Árbenz asumiendo la presidencia de Guatemala.

En 1954, Ernesto Guevara llega a Guatemala en unas condiciones económicas bastante críticas, intentó buscar trabajo como médico pero no fue aceptado y sobrevivió como buenamente pudo. En Guatemala conoció a dos personas claves en su vida posterior, la primera Hilda Gadea, una joven que trabajaba para el gobierno de Árbenz y que se convertiría su primera esposa. También conoció a Ñico López, un exiliado cubano, veterano del asalto al Cuartel de la Moncada. Ambos estrecharon una gran amistad y Ñico le dio el famoso mote a Ernesto, Che, debido a la de veces que el argentino repetía dicha palabra. Hilda intentó ayudar a Ernesto a encontrar un puesto de médico, mientras con Ñico, el joven argentino debatía y finalmente simpatizaba con las ideas socialistas.

En junio de ese mismo año, los Estados Unidos actuaron contra el gobierno de Jacobo Árbenz, consiguieron equipar a un pequeño ejército fuera del país que penetró en Guatemala el día 16 de  junio precedido de bombardeos aéreos en la capital. En el fragor de los combates y los bombardeos, Ernesto salió y pidió que el gobierno debía repartir armas entre la población civil. La lucha no duró más de dos semanas, y los golpistas se hicieron rápido con el poder. El joven argentino defendió hasta el final que había que realizar un último esfuerzo para parar la intentona, pero finalmente se dirigió hacia la embajada de México y Hilda Gadea fue detenida (más tarde se reencontrarían). La CIA estuvo al tanto de lo expresado por un tal Ernesto Guevara de la Serna que quería realizar una última defensa, estos datos fueron pasados por escrito y guardados en una carpeta, lo que no sabían los de la CIA es que Ernesto Guevara en los años siguientes ocuparía una sala entera llena de informes.

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Carlos Castillo Armas líder de los golpistas de Guatemala durante las operaciones de 1954. Fuente: Life

México y los cubanos, 1956

Tras medio año en Guatemala, Ernesto Guevara se muda a México en donde se lleva una alegría al reencontrarse con sus amigos cubanos, fieles seguidores de Fidel Castro, aunque este último aún no conoce al argentino. En México también se reencuentra con Hilda, su historia con ella comienza a tomar otro camino, pues primero se hicieron amantes y finalmente se casaron. En febrero de 1956 tuvieron una hija, Hildita, a la que Ernesto llamaba cariñosamente Pequeña Mao. A pesar de este acontecimiento, la relación no fructificó debidamente y poco a poco comenzaron a separarse el uno del otro.

Las conversaciones con los cubanos por el contrario comenzaban a ser más fuerte e intensas. Las reuniones eran comunes, en junio Ernesto conoció finalmente  a Raúl Castro, con el cual entabló una gran amistad gracias a sus pensamientos políticos cercanos, ambos se consideraban marxistas-leninistas. En julio, Fidel Castro llegó a México y conoció al famoso argentino del que tanto se hablaba. Ernesto y los cubanos se reunían muy a menudo en la casa de una amiga, María Antonia. Una noche, salieron a cenar Fidel, Raúl y Ernesto; el joven líder cubano le propuso unirse a su grupo guerrillero, cosa que el argentino aceptó sin dudar. A partir de aquí comenzaría la famosa historia del Che Guevara. Después de unas semanas, el grupo guerrillero de Fidel se trasladó a una finca a las fueras de México D.F donde comenzaron su entrenamiento. Este entrenamiento se basaba en lecciones de tiro, largas caminatas, ejercicio físico variado e interpretar órdenes. Una de las grandes curiosidades de esta época fue que a los guerrilleros de Fidel los entrenaba un viejo oficial republicano español, Alberto Bayo.

Ernesto "Che" Guevara (I): La infancia del mito
Ernesto «Che» Guevara entrenando con un rifle en México antes de iniciarse en la aventura guerrillera.

Tras varias semanas de entrenamiento y con el dinero que había conseguido Fidel en Estados Unidos (1) los guerrilleros estaban listos para embarcarse en la gran aventura que estaba por venir. El Che se había entrenado junto a ellos y había superado los ejercicios a pesar del asma, incluso le creían un hombre capacitado para ser un buen líder. Antes de embarcarse, el grupo de cubanos fueron detenidos por las fuerzas de seguridad mexicanas, que encarcelaron algunos de ellos, incluido Ernesto. Tras un breve tiempo en la sombra, todos estaban de nuevo listos para embarcar en el yate Granma (2). El número de combatientes del que se disponía era de 82, un buen número para comenzar. El día 25 de noviembre, el yate salió de las costas mexicanas con dirección Cuba. Lo último que hizo el Che fue dejar una carta que debía enviarse a sus padres. Así comienza, la segunda etapa de la vida de Ernesto “Che” Guevara.

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Yate Granma en el cual se embarcaron los ochenta y dos guerrilleros al mando de Fidel y Raúl Castro.

Conclusiones

Durante esta primera etapa de la vida Ernesto “Che” Guevara podríamos sacar la conclusión de que fue el periodo de maduración de sus ideas políticas. Nacido en el seno de una familia acomodada y arrendataria heredó unas ideas acordes. Los diferentes viajes realizados por Sudamérica en solitario o en compañía de sus amigos fueron clave para ir formando su ideología. Hay que decir que el Che nunca dejó de aprender, pues incluso de adulto siguió leyendo y actualizando sus pensamientos. Gracias a su juventud obtuvo un carácter crítico con el mismo y con su alrededor. Además de esto, su instinto le llevó a superarse siempre, ejemplo de esto es que a pesar de tener asma realizó con éxito todos los ejercicios físicos que le impusieron para el entrenamiento como guerrillero. En la siguiente etapa de su vida, que podríamos acotar entre 1957-1964, Ernesto llegó al cenit de su vida y también formó su pensamiento económico. Esto lo veremos en próximos artículos.


(1): Estos comentarios se encuentran en su diario, serán comentados en un artículo posterior en el se desmentirán mitos y se aclararan citas dichas por este personaje.

(2): A día de hoy aún no esta claro quien le dio dinero a Fidel Castro para llevar a cabo la operación guerrillera. Se piensa que fue la CIA, pues al comienzo de la revolución no se sabía que carácter político iba a tener. Igualmente la procedencia de ese dinero no esta clara.

(3): El famoso yate Granma llevó a los ochenta y dos primeros guerrilleros de México a Cuba. Este pequeño yate se adquirió gracias al dinero que consiguió Fidel. Tras la victoria revolucionaria se convirtió en todo un icono y se creó incluso un periódico con su nombre.


BIBLIOGRAFÍA

LEE ANDERSON, Jon: Che Guevara, una vida revolucionaria, Editorial Anagrama, Barcelona, 2013.

GUEVARA DE LA SERNA, Ernesto & Granado Alberto: Viaje por Sudamérica, Editorial Txalaparta, Bizkaia, 1997.

GUEVARA DE LA SERNA, Ernesto: Otra vez, diario inédito del segundo viaje por Sudamérica, Ediciones B, Barcelona, 2001.

GRANADO, Alberto: Con el Che por Sudamérica, Editorial Letras Cubanas, Habana, 1986.

GADEA, Hilda: Mi vida con el Che, Editorial Txalaparta, Bizkaia, 2017.

 

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