Visión general de la situación
Desde hace siglos Europa ha visto innumerables conflictos bélicos entre los países que la componen. En 1870, Francia y Alemania lucharon debido a ciertas circunstancias y causas, este hecho terminó con la victoria alemana y la proclamación del II Reich Alemán. En esta fecha, la espina dorsal de los ejércitos eran los soldados de infantería que luchaban en formaciones en línea, al fin al cabo como en la época de Napoleón I. En este conflicto, comenzaron a surgir con fuerza los rifles accionados con cerrojo y la artillería de retrocarga. Tras 1871, en Europa Occidental no hubo más guerras y comenzó la llamada «Paz Armada».
Aunque los conflictos bélicos desaparecieron de Europa durante un tiempo, la evolución tecnológica siguió su paso, creando armas más mortíferas y más baratas de producir. En todos los campos la evolución fue frenética hasta que de nuevo en agosto de 1914, los ejércitos volvieron a la guerra una vez más, pero tras décadas de latencia ninguno de los contendientes sabía a manera cierta como influirían las nuevas armas en las tácticas militares.
El fusil de cerrojo, el mejor amigo del infante
Desde finales del siglo XIX, los fusiles de cerrojo se adoptaron finalmente como arma reglamentaria en la totalidad de los ejércitos europeos. En 1914, los fusiles disponían de un cargador con capacidad para 5 cartuchos incluso hasta 10, esto permitía realizar 10 o 12 disparos por minuto. Los batallones y los regimientos de infantería creaban verdaderas cortinas de fuego debido a la alta cadencia de sus fusiles. La munición metálica proporcionó a estas armas un alcance y precisión nunca antes vistas, por lo que abatir a un infante a 500 metros o más era una realidad.
La artillería, la maquina trituradora
Si verdaderamente algo cambió desde el siglo XIX hasta 1914 fue el uso de la artillería. Cuando los ejércitos europeos volvieron a la guerra se habían creado cañones de todas las clases y calibres, pero todos ellos tenían una función y la cumplían muy bien. Así pues la artillería que más va a destacar va a ser la de bombardeo, la cual usa munición de alto poder explosivo que se fragmenta y lanza terribles esquirlas metálicas que despedazan y cortan los miembros de los soldados de infantería y caballería. A partir de 1914, con la llegada de la Guerra de Trincheras, esta clase de artillería servirá para bombardear día tras día las posiciones enemigas.
También existe una artillería de asedio, cañones monstruosos que lanzan proyectiles de 800kg que destrozan los muros de las fortalezas que se habían erigido a finales del XIX y principios del XX, el ejemplo más clásico es Lieja, donde el ejército alemán destruyó el anillo defensivo de esta ciudad belga gracias a esta clase de cañones.
La ametralladora y su gran aparición en el escenario europeo
La ametralladora automática ya era un arma conocida desde que en 1884, Hiram Maxim la inventará. Todos los ejércitos europeos habían creado su propia versión de la ametralladora de Maxim. Estas armas en un primer momento estaban diseñadas para ser estáticas, es decir se usaban para la defensa de fortines y posiciones, pues todas estas maquinas con todos sus componentes llegaban a más de 50 kg de peso. Principalmente había dos clases de ametralladoras en la época de 1914, la más común era la refrigerada por agua, mientras por ejemplo, Francia utilizaba la Hotchkiss M1914 que estaba refrigerada por aire.
A pesar de que se conocía el poder destructivo de la ametralladora debido a las numerosas guerras coloniales entre los países europeos y las tribus africanas, nunca se había utilizado en masa contra un ejército occidental ( a excepción de la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898). Las ametralladoras podían lanzar 600 balas por minuto y masacrar un ataque de infantería o caballería en cuestión de minutos, además las que estaban refrigeradas por agua, si había un buen mantenimiento podían disparar durante horas sin interrupciones.
La caballería, el anacronismo de 1914
Aunque el uso de la caballería fue común durante todo el conflicto, en 1914 se usó de manera muy activa en el desarrollo de los combates. Desde tiempos muy lejanos en la antigüedad, la caballería ha sido parte de los ejércitos, su misión principal era la del reconocimiento del terreno y la de flanquear al enemigo para desbordarlo. En el siglo XX y tras las innovaciones que hemos visto antes, el papel de la caballería estaba obsoleto. A pesar de todo, hasta que comenzaron a cavar las primeras trincheras, la caballería de todos los bandos hicieron más de una carga con sus lanzas en ristre o con los sables desvainados a la antigua usanza. Así pues, en agosto de 1914, los famosos dragones y coraceros franceses junto a los Ulanos alemanes y los cosacos rusos se enfrentaran a las ametralladoras y los rápidos disparos de fusil de la infantería.
Aunque es cierto que militarmente la caballería ya tenía poco peso, el caballo era fundamental para el esfuerzo bélico, ya que estos transportaban las piezas de artillería en muchas ocasiones, además de ser uno de los pocos medios de transporte en la época, ya que el motor de gasolina todavía no estaba muy extendido como lo estará en la 2ª Guerra Mundial.
El cuerpo de aviación, la nueva caballería
En 1914, hacía algo más de una década que los hermanos Wright habían diseñado el primer avión funcional de la historia. En las primeras fases de la Gran Guerra, la aviación todavía era un cuerpo muy nuevo, los aviones aunque mejores que los de comienzo de siglo, estaban fabricados con tela y madera, por lo que eran muy endebles y podían producirse accidentes con facilidad. Todos los países europeos tenían flotas de aeronaves, la más numerosa era la rusa que contaba con más de 300 aparatos. Al comienzo de la guerra no se sabía muy bien como utilizar estas maquinas, hasta que sustituyeron a la caballería en labores de reconocimiento.
En el aire había un respeto entre los aviadores, puesto que la gran mayoría no eran militares, sino pilotos deportivos, aunque esto duró poco. Después de semanas de guerra, los pilotos comenzaron a cargar armas en sus aviones, al principio se usaron incluso piedras y tiempo más tarde pistolas y carabinas para intentar derribar al enemigo. Aunque algunos pilotos consiguieron derribar algún aeroplano, la mayoría fallaba y hasta que no se pusieron ametralladoras en los aviones no comenzó la verdadera masacre. Como curiosidad, Manfred Von Richthofen, el mejor aviador de la 1ª Guerra Mundial conocido como el «Barón Rojo» fue un soldado de caballería antes que aviador.
Las táctica militar en 1914
La táctica militar en 1914 era muy variada, pero se quedó anticuada tras el uso intensivo del material visto anteriormente. La primera parte de la guerra, en los meses que van de agosto a noviembre, estamos en la etapa de la «guerra de movimientos», en la que la que grandes cuerpos de ejército atacan, se retiran y contraatacan a lo largo de todo el frente. La batallas principalmente las lleva a cabo la infantería cargando contra el enemigo y creando cortinas de fuego con los disparos de los fusiles. Los lugares defendidos y los nidos de ametralladoras se toman lanzando oleadas de infantes contra las posiciones enemigas.
En la mayoría de los casos estos ataques frontales acaban en masacres gracias al uso de las ametralladoras que barren las filas de soldados. Los soldados son enviados al ataque en línea y con la bayoneta calada, los proyectiles de artillería lanzan metralla creando serios huecos en las formaciones, solo cuando los infantes se separan estos consiguen los objetivos. Para concentrar el fuego los soldados se apelotonan, pero la artillería destroza literalmente estas alineaciones.
Lo que principalmente se vio en 1914, es que ningún estado mayor estaba preparado para una guerra moderna como en la que se estaba luchando, por ejemplo en Francia a los oficiales se les llenaba la mente más de premisas patrióticas que de tácticas militares, por eso su primer movimiento fue intentar recuperar Alsacia y Lorena. Los alemanes en cambio se prepararon la guerra de manera precisa y meticulosa, aunque sus planes terminaron fallando. Durante estos meses las batallas se libran a campo abierto, las bajas son terribles y muy altas. Las primeras trincheras comienzan a cavarse en la retirada francesa de agosto, aunque la creación de estas no se generalizará hasta finales de año en noviembre-diciembre.
Con la creación de las trincheras, el frente se estabiliza a lo largo de 700 km, desde el Canal de la Mancha hasta Suiza, el entramado de trincheras será enorme y en 1916-17 alcanzaran grados de sofisticación muy alto y estarán equipadas con desagües, hospitales, teléfonos refugios etc etc. En 1915, las tácticas que se usaron en 1914 y durante finales del siglo XIX se abandonan finalmente.
faltaría el Frente Oriental. gracias