A día de hoy el ejército español es una fuerza militar de primer orden y sus unidades se encuentran entre las mejores del mundo, especialmente las de la Legión que han participado en numerosos conflictos armados en misiones humanitarias, como en los Balcanes a finales de la década de los 90 del siglo XX. También podemos destacar a los Boinas Verdes que tienen una preparación y un equipamiento que pocas veces podemos entender ya debido al uso de la mejor y más avanzada tecnología. Pero esto último no siempre fue así, y es que el ejército español ha sufrido muchas penalidades a lo largo de la historia y en esta entrada expondremos el último conflicto en el que el ejército español tuvo que llevar una campaña con situaciones precarias y material de otra época.
Una lenta recuperación
España se encuentra bajo el régimen del general Francisco Franco que tras vencer en la Guerra Civil (1936-1939) al gobierno republicano impuso una férrea dictadura militar. En 1940 comienza una larga posguerra que se acentúa al final de esta década tras la derrota de las potencias del Eje en la 2ª Guerra Mundial. En estos duros momentos en los que a pesar de las penalidades el régimen se configura, un solo país prestará ayuda a España, Argentina, es famosa la visita al país ibérico de la joven esposa del presidente Juan Domingo Perón en 1947.
En la década de 1950, la economía se resiente cada vez más pero se ha dado un paso importante, en 1953, España y Estados Unidos firman varios tratados conocidos como los Pactos de Madrid en el que se acuerda la entrega de material militar y ayuda económica a cambio de tres bases estadounidenses en territorio nacional, además este acuerdo tiene otra consecuencia, el régimen se configura y se asienta definitivamente. La ayuda militar se basa principalmente en aeronaves de caza F-86 «Sabre» y tiempo más tarde en tanques M41. El gran paso para la recuperación económica se dará en 1959 con los llamados Planes de Estabilización.
La situación de las fuerzas armadas (1939-1956)
Tras la Guerra Civil Española y el fin de las operaciones militares el Ejército Franquista licenció a muchos soldados debido a que en la guerra habían sido más de un millón de hombres. A pesar de que se comenzó a formar un ejército nacional las características de este no cambiaron mucho respecto a la etapa de la guerra civil. En la década de 1940 los uniformes sin ir más lejos en muchas ocasiones quedaban grandes a los usuarios debido a la falta de tallas. El servicio militar, la llamada «mili» se hacia de forma muy precaria en algunos lugares, como en Extremadura, en la que incluso algunos reclutas se desmayaban de hambre tras las maniobras.
La autarquía como en otros aspectos se dejó notar en la vida militar. Elementos sencillos como las botas o los cascos metálicos eran poco abundantes en la posguerra, algo que la mayoría de los ejércitos modernos ya había superado. Las botas en muchos casos eran las alpargatas que han acompañado al soldado español desde las guerras carlistas, y la falta de cascos se paliaba con el uso de gorrillo cuartelero. Sin duda el nuevo ejército español no era un ejército profesional ni mucho menos, pero Francisco Franco lo utilizó como una gran masa policial para mantener el orden.
El material disponible, otra gran lacra
En España, después de la guerra se intentó reconstruir la poca industria que se tenía y por supuesto también la industria militar. La producción hasta la década de 1960 fue muy baja y además se fabricaban modelos de armas anticuados cuando no obsoletos para la época. El nuevo ejército español no ideó armas nuevas, sino que compró las patentes para fabricar en sus fábricas modelos extranjeros. Durante la 2º Guerra Mundial era normal el uso de fusiles de cerrojo, pero tras este conflicto la gran mayoría de los países comenzaron una evolución hacia armas automáticas o al menos semiautomáticas, el ejército español no hizo tal cosa ni mucho menos.
A parte de los modelos «nacionales», existían en España abundantes reservas de material militar de la anterior guerra, aunque esta no era homogénea y era una mezcla material de diferentes países. Por ejemplo, la Guardia Civil estuvo equipada hasta 1950 con fusiles rusos Mosin-Nagant 1891/30 y ametralladoras Maxim M1910, las granadas de la mayoría de los soldados eran de origen italiano y las ametralladoras usadas en gran parte eran modelos de databan de la Gran Guerra (Hotchkiss M1914). La nueva fuerza aérea española era también una mezcla de modelos rusos, italianos y alemanes. En 1953 y los años siguientes cuando llegan los primeros cazas a reacción F-86 «Sabre» se dan de baja activa los últimos Polikarpov I-15 soviéticos que estaban obsoletos desde 1938.
Ifni-Sáhara, un nuevo reto para el régimen
En 1956, Marruecos se había independizado por fin de las potencias extranjeras y una de sus primeras políticas era el crear un «Gran Marruecos» en base a los territorios franceses y españoles circundantes. Para este objetivo se organizaron ejércitos bandas armadas que estaban financiadas y equipadas por el propio gobierno. Este ejército se dirigió contra Mauritania, pero los franceses rechazaron los ataques, fue entonces cuando las bandas armadas vieron en Sidi-Ifni y el Sáhara Occidental Español un objetivo más fácil. En noviembre de 1957, el llamado ejército de liberación marroquí ataca las posiciones españolas.
En un primer momento se perdieron bastantes posiciones en el interior pero las plazas importantes fueron mantenidas con relativa facilidad. Para la suerte de los soldados españoles allí destinados, las bandas armadas marroquíes muchas veces estaban peor armadas que ellos, incluso con fusiles Lebel franceses de 1886. A pesar de todo, Franco envío banderas y expediciones para salvar aquella situación e incluso movilizó a la fuerza naval y aérea. La gran mayoría del material que había almacenado de la Guerra Civil tuvo que usarse además de otro material más o menos moderno, que provenía de excedentes militares de la 2ª Guerra Mundial.
Hay dos unidades que destacan por encima del resto, la primera de ellas la Legión, unidad emblemática del ejército español que en muchas ocasiones estaba mal equipada, pero algunas compañías recibieron lo mejor de lo mejor, como los nuevos fusiles de asalto CETME modelo A1 y A2 del que solo se habían producido 812 en 1958. La segunda unidad que destacó fueron los paracaidistas que se fundaron en 1954 y en 1957 realizaron su primer salto de guerra de la historia. Esta unidad estaba bien equipada (aunque en muchos casos llevaran fusiles de cerrojo), sus cascos estadounidenses M-1 les daba una apariencia muy moderna. A diferencia de las unidades del ejército de tierra, los paracaidistas calzaban botas de salto, que eran muy solidas y que no tenían comparación con las alpargatas.
El ejército español aguantó el tipo y en junio de 1958 la guerra acaba, aunque lo cierto es que esta guerra nunca fue dada a conocer al 100% a los españoles, razón por la que se la conoce como «la Guerra Olvidada». Las pérdidas fueron 300 muertos y 500 heridos, además de varios aviones, debido a los fallos mecánicos. España perdió algunas posiciones y entregó otras, pero de cara la comunidad internacional se hizo un buen trabajo. Hay que destacar la ayuda francesa prestada a las tropas españolas, puesto que esta ayuda dio el empuje final para limpiar el Sáhara de las bandas armadas.
1959, el año del cambio
Después de este conflicto, que no fue ni mucho menos una «guerrita» como la intentan calificar algunas personas, el ejército español comenzó una rápida modernización en todos los ámbitos. En la Guerra de Ifni-Sáhara se habían vivido momentos muy penosos y embarazosos, como el envío de poca munición y armas por parte de la Península por falta de recursos o el hecho de que alguna ofensiva se debieran retrasar por falta de gasolina para los vehículos.
Los primeros cambios llegaron con la llegada de los nuevos cascos de acero modelo Z-42 basados en el casco alemán M1935 alemán de la 2ª Guerra Mundial. Otro importante cambio fue la adopción definitivamente en la década de 1960 de los fusiles de asalto CETME, con su famosos modelos B y C que serán considerados unas de las mejores armas de esta rama. En el tema del armamento también tenemos otro gran cambio, la llegada de la famosa MG-42 a los pelotones del ejército y la llegada masiva de material estadounidense.
Finalmente volvemos al tema de los uniformes, muy pronto quedará atrás el recluta que debía ponerse un pantalón tres tallas más grandes porque no había otra cosa, a partir de ahora se fabricaran uniformes especializados en distintas áreas como en el desierto, donde se les entregaran siroqueras, gafas y botas-alpargatas (si, la leyenda continua) con suela de goma, perfectas para terrenos desérticos. Definitivamente 1959 y los años consiguientes serán de un cambio radical en las fuerzas armadas españolas.
BIBLIOGRAFÍA
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ÁVILA, Gonzalo; YÁNEZ, Roberto: North America Sabre F-86F. Reserva anticipada ediciones.
Buenas tarde, no se si será el sitio indicado, pero me gustaría saber si me pueden ayudar con alguna foto del Willys MB-CJ3B VIASA los primeros que se fabricaron en españa Zaragoza. Para mí sería importante porque estoy restaurando el primero y no dispongo de mucha información para dejarlo lo más original posible. Muchas gracias y un saludo.