Al igual que con el Yakuza 6 y gracias su distribuidora en España Koch Media(a la que de nuevo os instamos que sigáis en Twitter), el equipo de Archivos de la Historia ha podido probar el Kingdom Come: Deliverance, un título que dejará atónitos a todos los que (como a un servidor) les apasiona el belicoso periodo del medievo.
¿Qué interés histórico puede tener el Kingdom Come Deliverance?
Tal y como está evolucionando el mundo sería absurdo suponer que solo podemos hacer llegar el conocimiento a través de libros o interminables textos históricos. Por lo tanto, videojuegos como el Kingdom Come Deliverance nos aportan detalles del periodo medieval en el que está ambientado que han sido concienzudamente introducidos en el mismo.
En primer lugar, cabe destacar que nos encontramos ante un RPG (videojuego de rol) en primera persona y de mundo abierto en el que nos introducimos en la piel de Henry, hijo de un herrero de Bohemia. No obstante, nuestra labor en esta aventura no será la de herrar caballos o fabricar llaves, sino que podremos adoptar diferentes papeles, desde un guerrero hasta un ladrón. Al igual que en otros conocidos títulos, su condición de mundo abierto nos dejará un margen de investigación por nuestra propia cuenta y en la que tendremos que estar atentos a las conversaciones con los distintos personajes que aquí aparecen para realizar algunas misiones secundarias o minijuegos dentro de la historia.
Sumergiéndonos más en la trama de esta historia, hemos de decir que se desarrolla en la Bohemia de principios del siglo XV mientras tiene lugar una guerra. En esta, un rey húngaro llamado Segismundo da la orden de atacar y saquear la aldea de Skalitz, siendo Henry uno de los pocos supervivientes de la masacre que se lleva a cabo. Esto llevará a nuestro protagonista a buscar venganza contra los asesinos de su familia, lo que acabará convirtiéndose también en la lucha por restaurar a Wenceslao IV en el trono de Bohemia, eso sí, con alguna noche de borrachera en la taberna del pueblo incluida.
Una de las cosas que más llama la atención de esta aventura gráfica es su extremado realismo. Entre sus pintorescos edificios, castillos y paisajes medievales, podremos asistir a asedios, montar a caballo y enfrentar contra otros caballeros. Pero nuestro protagonista no se convierte en un digno caballero de la noche a la mañana, sino que podremos ir mejorando y personalizando sus habilidades a lo largo de la historia. De hecho, el realismo llega a tales niveles que tendremos que curarnos las heridas después de los combates o incluso estar pendientes de comer, pues el juego tiene indicadores de hambre que se podrán saciar con comida que el mismo Henry lleva en su bolsa. Esta comida se deteriora, y si decidimos ingerirla, nos veremos en la situación de poder contraer una enfermedad. Este es el nivel de fidelidad del juego, que en algunos puntos más que un RPG es un auténtico simulador de la vida medieval.
Pese a ser una compañía pequeña, su desarrolladora, Warhorse, ha invertido una gran cantidad de medios para hacer el juego los más fiel posible al periodo que representa. El equipo de desarrollo ha estado integrado por 120 personas, entre los que encontramos a la historiadora Joanna Nowak como asesora. Si que es cierto que el juego a veces peca de cierto cariz nacionalista ensalzando la figura de los bohemios frente a sus enemigos. Sin embargo, la guerra medieval era atroz, si el protagonista ve a su familia masacrada por las tropas cumanas de Segismundo, no les va a tener especial cariño.
El resultado ha sido que se ha logrado una recreación muy fiel de los edificios y ciudades que había en la Bohemia (actual República Checa) del año 1403. Del mismo modo se han tratado otros elementos como las técnicas de lucha, vestimentas y armaduras que aparecen en los personajes y con las que podremos equipar a nuestro protagonista. Es más, Nowak en persona se ha ocupado de que hasta los diálogos parezcan sacados del más puro medievo. Sin embargo, este realismo también se alterna un poco con algunas inexactitudes introducidas concienzudamente para que el juego no se haga demasiado tedioso, por eso podremos encontrar espadas y otros elementos de combate que pueden ser anteriores o posteriores a los existentes en 1403, pero que no eclipsan la sensación continua de encontrarse inmerso en la Edad Media. El combate es uno de los sistemas más trabajados, han revisado concienzudamente tratados de esgrima de la época y lo han adaptado a un sistema intuitivo, pero también muy difícil de dominar, un auténtico reto que hace que a veces optes por salidas más deshonrosas en un combate. ¿Que es mejor, atacar un campamento de frente y salir escaldado, o esperar a la noche y simplemente degollar a tus enemigos? Además, como el combate es en primera persona, da sensación de que es un duelo a muerte con una tensión muy lograda. Si resultamos heridos, tendremos que vendarnos para evitar desangrarnos tras haber vencido.
Nuestro personaje podrá ser vestido y equipado en una serie de diferentes capas (al igual que hacían en la Edad Media los caballeros). También los personajes secundarios que encontramos tienen oficios acordes a su época (monje, paje, herrero, granjero…) e incluso puedes regatear a la hora de vender o comprar para que las cosas te salgan más baratas, algo estupendo si se tiene en cuenta que al principio de la aventura seremos pobres de solemnidad.
Kingdom Come Deliverance como videojuego
El juego como tal ha levantado bastantes ampollas entre algunos sectores, sobre todo por las críticas hacia la personalidad que dirige el juego: Daniel Vavra. Se han vertido acusaciones sobre él de nacionalista, machista, homófobo. Nosotros no hemos visto nada de ésto en el juego, así que vamos a centrarnos en el apartado técnico del juego que es sobresaliente.
En primer lugar, gráficamente tiene posiblemente uno de los sistemas de iluminación más logrados de esta generación. En la versión en PC se ve sustancialmente mejor, pero en PlayStation 4, versión que hemos probado más a fondo aguanta muy bien el tipo. En general el juego es muy bonito de ver, con una reconstrucción de Bohemia – no es toda Bohemia, solo una parte muy concreta – realmente espectacular. Su sonido también cumple.
En cuanto a los bugs que se puedan encontrar, al menos a día de hoy no hemos visto ninguno reseñable o fuera de lo normal. El juego está bastante pulido, tenéis que tener en cuenta que ya lleva bastantes parches a sus espaldas y que Warhorse ha trabajado duramente en este aspecto.
Sus misiones secundarias son muy interesantes. De hecho, como ocurría en Yakuza 6, en algunos momentos son más interesantes que la propia trama principal. Si bien son entretenidas, también se aprende bastante con ellas – la representación histórica que hace de los molineros es estupenda -, mención especial la misión del monasterio.
Entonces ¿Lo recomendamos?
Desde el equipo de Archivos de la Historia recomendamos Kingdom Come: Deliverance ¿Los motivos? En primer lugar, porque nos parece una vía totalmente lúdica e interactiva para poder introducirnos de lleno en el siglo XV, siendo una forma distinta, amena y entretenida de aprender a la par que uno se divierte.
El tener que entrenar como un auténtico caballero para mejorar tus habilidades en combate, los juegos con los que los personajes de 1403 se divertían en las tabernas y que nosotros podremos practicar, los asedios, montar a caballo o la ambientación hacen que Kingdom Come Deliverance parezca más un simulador medieval que un videojuego únicamente.