Si hablamos de pintura se nos vienen a la cabeza lugares y obras como la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, La Última cena de Leonardo, las Meninas de Velazquez, los Fusilamientos de Goya… y un largo etcétera. Lo que aveces olvidamos son los inicios, nos sucede en muchas ocasiones. Hoy queremos volver atrás en el tiempo, hace miles de años cuando los humanos daban sus primeros pasos por inhóspitos parajes. Volveremos a vestirnos con pieles de animales como nuestros antepasados y a imaginar lo que ellos imaginaban. Hoy hablaremos del primer arte conocido, el arte paleolítico.
Echemos la vista al pasado, tenemos que retroceder nuestros relojes hasta casi el 40.000 a.C. En este momento el ser humano puebla casi todo el globo terráqueo, podríamos situar aquí el inicio de nuestro pasaje.
Pese a ser la etapa de la historia que más se alarga en el tiempo, la prehistoria es una desconocida para muchos y su arte aún más. No vamos a entrar en etapas específicas dentro de ella pero debemos ser conscientes del desarrollo humano durante todos estos milenios. Poco a poco este ser relativamente nuevo en el mundo iba fraguando su existencia y perfeccionando sus técnicas. Sabemos que las sociedades prehistóricas estaban formadas por tribus, grupos de no más de 20 o 30 personas. Pensemos además que aún son nómadas, van de acá para allá recolectando y cazando, por lo que alimentar a un gran grupo sería dificultoso. Este mismo motivo es lo que hace que no creen edificaciones, ellos aprovechan las cuevas y abrigos. Una curiosidad es que suelen situarse en zonas muy escarpadas donde es muy difícil acceder, esto nos da una idea de lo ágiles que eran nuestros antepasados. En este momento se empiezan a crear herramientas, cuchillos, hachas… que les servirían para cazar con más facilidad. El trabajo se repartía entre hombres y mujeres. Ellos eran los encargados de la caza mayor mientras que ellas se encargaban del cuidado de los menores además de la recolección, pesca y caza de animales más pequeños como conejos o aves.
En cuanto al arte en esta época se reduce al arte parietal, es decir, el que se hacía en las paredes pintando o rasgando con un punzón hasta crear signos o figuras y el arte mobiliar que eran pequeñas tallas de ídolos o deidades asociadas sobre todo a la fertilidad. La pieza más conocida es la Venus de Willendorf. Esta obra es una clara representación de la fecundidad y maternidad. Esta mujer de a penas 11 cm es una muestra magistral de como cambia la concepción de belleza con el tiempo. Para el hombre prehistórico una mujer como esta, de caderas anchas y grandes senos le señalaba que era una mujer sana y con la cual podría procrear fácilmente.
Durante el periodo Paleolítico (13000 – 6000 a.C) que es el que vamos a comentar hoy debieron de existir diversos tipos de manifestaciones artísticas pero lo que ha llegado hasta nuestros días solo ha sido la escultura, la pintura y los grabados como ya hemos comentado. Sin duda alguna la pintura es la que más ha trascendido. Antes de analizar dos de las escuelas más importantes que hubo en la Península Ibérica durante este periodo debemos saber como se pintaba.
Usualmente las pinturas rupestres se suelen encontrar en el interior de cuevas o abrigos de montaña. Seguramente los artistas paleolíticos tendrían un lugar especial en la tribu, se necesitaban unos conocimientos que no todos podrían alcanzar. Estos artistas, artesanos como queramos llamarlos solían utilizar solo un color, normalmente era el negro que extraían de minerales o carbón. Otro color que se suele utilizar es el rojo que se extraía sobre todo del óxido de hierro. Pero ¿cómo pintaban?. Pintaban como todos hemos hecho alguna vez, con las manos. En otros casos utilizaban pinceles muy ru
dimentarios hechos de pelos de animales. Otra técnica es la llamada ‘aerografía’, consistía en expulsar la pintura con la boca o con una especie de caña sobre las manos generalmente. Al hacer esto se consigue un efecto en negativo como el de las imágenes.
Otra pregunta nos surge cuando estudiamos el arte prehistórico, ¿qué pintaban nuestros antepasados? Se pintaban sobre todo animales, renos, ciervos, mamuts, rinocerontes, bisontes… casi todos ellos de perfil. A diferencia de lo que muchos piensan no solo se pintaban figuras animales; bien es cierto que hasta nuestros días han llegado en su mayoría este tipo de figuras pero la representación de signos es muy usual al igual que sucede con las manos y pies. Las figuras humanas son menos usuales y como veremos a continuación se reducen sobre todo a la escuela levantina.
Desde que se descubrieron las primeras pinturas surgieron una serie de cuestiones para los expertos en el tema, la principal es saber el significado de las pinturas. Llegados a este punto, hay diferentes teorías, la mayoría de ellas señalan a ritos y creencias. Los animales podrían ser como dioses para ellos ya que les proporcionaban sustento. Otra teoría sería que representar esas figuras en las paredes y techos podría propiciar la caza. Ciertamente los animales representados en las cuevas eran los más grandes y más difíciles de cazar así que esta teoría tendría lógica. Otra función sería favorecer la reproducción como sucedía con la Venus de Willendorf.
Durante el periodo que el ser humano aún no había domesticado animales y su función recolectora era dificultosa, las pinturas gozan de un gran naturalismo pero con el paso del tiempo esas figuras se fueron tornando cada vez más esquemáticas. Esto se ve con gran claridad en las dos escuelas que se desarrollaron en la Península Ibérica y el resto de Europa durante el Paleolítico: la Escuela Franco – Cantábrica y la Escuela Levantina.
Escuela Franco-Cantábrica.
Esta escuela es la más antigua, se extendió por el norte de la Península Ibérica y toda Europa continental hasta llegar incluso a Asia hace aproximadamente unos 13.000 años. La pintura que desarrollan goza de un gran naturalismo. Los artistas de esta época utilizaban los relieves del interior de las cuevas para dar mayor movimiento y volumen a las formas. Por este mismo motivo si entráramos en la cueva de Altamira nos quedaríamos impresionados al ver sus bisontes tan realistas. Por otro lado esta escuela utiliza la bicromía, es decir, la utilización de dos colores el rojo y el negro. Esta característica será algo diferenciador. No solo esta característica las diferencia, otro rasgo característico de la escuela Franco- Cantábrica es que no es muy usual que utilicen figuras humanas en sus composiciones, como tampoco es usual que aparezcan las figuras en escenas.
El primero de los yacimientos se encuentra en Francia, es la denominada Cueva de Lascaux. Fue descubierta en 1940 por cuatro jóvenes. Sin duda alguna junto con Altamira es uno de los descubrimientos más importantes del arte rupestre. La cueva puede dividirse en diferentes salas o galerías cada una de ellas alberga gran cantidad de obras. En la primera parte se encuentra la Sala de los Toros y el Divertículo Axial de unos 20 metros cada una. Desde ese punto se accede a la Sala de los Felinos un recorrido de unos 80 metros. También en esta cueva encontramos todo tipo de animales, el más representativo es el Caballo chino quizá el más famoso de todos.
El segundo yacimiento sin duda es el más importante. Hablamos sin lugar a dudas de la Capilla Sixtina del arte rupestre: la Cueva de Altamira en Cantábria. Esta cueva fue la primera descubierta en España, fue por sorpresa a mediados del siglo XIX. Aquí se encontró una gran variedad de animales pero como todos sabemos el más importante es el bisonte. Este animal aparece representado de forma magistral, ya que utilizaron las protuberancias de la cueva para darles volumen. El entrar allí para un hombre paleolítico sería como entrar hoy día a una sala de cine con efectos 3D. Incluso Joan Miró dijo que tras Altamira el arte no había hecho otra cosa que entrar en decadencia.
Otros yacimientos que merece la pena mencionar son los de la Caverna de Tito Bustillo en Asturias y la Cueva del Castillo en Cantabria. Ambas presentan una gran colección de animales como los ciervos o bisontes.
Escuela Levantina
Si avanzamos un poco en el tiempo hacia el 10.000 a.C encontramos que en la zona del levante español, en lo que hoy sería Cataluña, Valencia y Murcia, se desarrolla una nueva tendencia artística. Se trata de un grupo pictórico bastante homogéneo y con las características bien diferenciadas de la escuela Franco-Cantábrica.
Una de las diferencias en cuanto al estilo de vida es que las viviendas cambian. En este periodo se empiezan a utilizar lugares de más fácil acceso como son los abrigos de montaña e incluso se realizan obras al aire libre. La pintura es radicalmente distinta, aquí se utiliza generalmente un solo color ya sea el rojo o el negro, aparece la figura humana con mayor asiduidad y se crean las escenas que recrean acciones de la vida cotidiana. Como vimos anteriormente al mejorar su calidad de vida empezaron a ser más esquemáticos ya que buscaban tan solo la esencia de los animales y objetos. Esto sucede porque al domesticar los animales ya no los ven como una deidad como algo muy difícil de conseguir.
Los yacimientos más importantes de esta época son tres principalmente: El Abrigo de Valltorta donde se encuentra la Escena de Caza en ella vemos a una serie de figuras armadas con arcos y dispuestas unas encima de otras tratando de dar caza a una serie de ciervos. El Abrigo de Cogull (Lérida) en este lugar encontramos una de las mejores obras del arte rupestre, La danza de Cogull; en ella se representa una especie de rito de iniciación o un culto a la fertilidad. Por último en el Barranco de los Gascones encontramos figuras de arqueros
La pintura ha acompañado al hombre desde el inicio de los tiempos, ha sido su fiel compañera y el medio por el cual expresar sus pensamientos y sentimientos. Gracias a ella podemos imaginar de alguna forma como era su vida, que comían, que cazaban y cuales eran sus creencias. Aquí termina por hoy nuestro pasaje por la historia de la pintura.
Muy buena la ilustracion y exposición de la Historia del Arte.